Un balcón sobre los naranjos,
un largo pasillo que recorro despacio, porque cada ventana es una promesa,
la fuente cantando a las bouganvillas qué es eso del fluir,
la iglesia, minúscula, en su sitio, en pie, cumpliendo con su deber: recordarnos que somos árboles inversos,
un san José tan humano...
un altar esencial, el Crucificado rodeado de cardos plateados...
... el tiempo relegado.
Hacienda Galindo. San José Galindo. México.