(1) El conocimiento vale la pena por sí mismo. Los alumnos no tienen que disculparse nunca por querer aprender cosas.
(2) Las escuelas transmiten el conocimiento compartido y poderoso (shared and powerful knowledge) en nombre de la sociedad. Enseñamos lo que los alumnos necesitan para dar sentido y mejorar el mundo.
(3) El conocimiento compartido y poderoso está contrastado por comunidades científicas. Necesitamos estar en contacto con universidades, investigadores y asociaciones científicas.
(4) Los alumnos necesitan un conocimiento poderoso para comprender e interpretar el mundo. Si carecen de él, serán dependientes de quienes lo posean.
(5) El conocimiento poderoso es superior cognitivamente al que se necesita en la vida diaria. La trasciende y libera a los alumnos de los límites de su experiencia cotidiana.
(6) El conocimiento compartido y poderoso capacita a los alumnos para convertirse en ciudadanos útiles. Como adultos, pueden comprender, cooperar y moldear el mundo juntos.
(7) El conocimiento compartido es la base de una democracia justa y sostenible. Los ciudadanos educados juntos comparten una comprensión del bien común.
(8) Es justo que todos los alumnos tengan acceso a este conocimiento. El conocimiento poderoso abre puertas: debe estar disponible para todos.
(9) Se necesita la autoridad reconocida de un adulto para la transmisión de conocimientos compartidos. La autoridad del profesor para transmitir conocimientos es otorgada y reconocida por la sociedad.
(10) La pedagogía vincula la autoridad adulta, el conocimiento poderoso y su transmisión. Necesitamos profesionales de calidad para todos nuestros alumnos.
Michael Young, "The curriculum and the entitlement to knowledge" (2014).