El reglamento de las Cortes constituyentes de 1931, en su artículo 41, permitía la celebración de “sesión secreta (...) cuando las cortes hayan de resolver sobre asuntos concernientes a su decoro o al de sus individuos, y también cuando lo exijan, a juicio de la Mesa, las materias que hayan de debatirse”. En estas sesiones se cerraban con llave las puertas de las tribunas y en las que dan acceso a los pasillos se colocaban los ujieres para no permitir el paso a nadie que no fuera diputado.
El gran Wenceslai Fernández Flórez era cronista parlamentario en aquellas Cortes -¡y qué magnífico cronista, qué fino, qué agudo!- cuando tuvo lugar la primera sesión secreta. Al día siguiente (11 de noviembre de 1931) en el diario ABC aparecía la siguiente nota de redacción:
Hay que decir que en las Cortes constituyentes de la democracia también hubo sesión secreta. Tal consideración tuvo la reunión que tuvo lugar el 22 de agosto de 1978,. que fue la primera de los ponentes de la constitución de 1978.