ICena agradabi
lísima en casa con un grupo de amigos a los que conocemos desde siempre, a pesar de haberlos conocido no hace mucho. Esto pasa cuando pasa. Hay personas con las que sientes que hay una reserva en el trato mutuo, algo que no acaba de entregarse con generosidads. Las relaciones son cordiales, podemos, incluso, tratar con interés temas comunes, ayudarnos mutuamente, pero algo falta para que la cordialidad pueda dar paso a la amistad. Hay otras, por el contrario, con las que cada encuentro es una celebración. Menú: Vichyssuise con aceite de aguacate; coliflor gratinada con bacalao; lomo con pimientos, queso azul y jengibre. El postre lo trajeron nuestros amigos: horchata con helado de turrón de jijona.
IIAyer hubo sesión importante en el Parlamento. La seguí desde muy lejos, y así no eché en falta directamente la carencia de sentido de Estado de nuestros políticos, a los que tanto les gusta tocar la lira mientras Roma está ardiendo.
IIIConocí personalmente a Elvira Roca en Madrid. En el palacio Real, para ser exactos. Me gustó mucho su
Imperiofobia, que ahora veo que algunos critican porque -dicen- ofrece una visión sesgada de nuestro pasado. Obviamente la misión de los historiadores es buscar la verdad; pero la probidad, que es una importante vrtud, tiene sus límies políticos. No hay comunidad política capaz de vivir sin mitos.
IVCalor de ferroagosto y el agua del mar muy sucia. Bandera amarilla. El Mare Nostrrum corre el riesgo de convertirse en la laguna Estigia.
VMe envía una amiga una foto. Está trabajando en una campaña arqueológica en Cumas. Al fondo se divisa la isla de Isquia.