Hace unos días discutíamos en unas clases sobre David Hume ejemplos diversos de posibles cuestiones de hecho, definiendo una cuestión de hecho como aquella que se puede verificar acudiendo a la experiencia. Fue discutida la llegada del hombre a la luna, la guerra de Troya o el nacimiento de Jesús, pero sobre todo lo que más sorpresa provocó fue el ejemplo de tu muerte futura. ¿Es una cuestión de hecho? Varios alumnos responderon enseguida que sí, porque es un hecho que las personas mueren. Pero enseguida nos dábamos cuenta de que la pregunta se refería no a la muerte de los otros, sino a la muerte propia que se nos promete como futura cuando recibimos nuestro nombre. De ella ¿hay experiencia?
Y una perplejidad más que añadir a esa reflexión. En el instante mismo de tu muerte futura ¿estás o no estás?
Para los interesados: algunas consecuencias que se siguen de estas preguntas se desarrollan en textos de García Calvo como por ejemplo estos dos sobre el nacery el morir. O en aquellos de Deleuze sobre las dos lecturas del tiempo, como Aión y como Cronos, en su libro "Lógica del sentido". Y en otros muchos en los que verdaderamente se encarna aquello de "atreverse a pensar".