Las siguientes orientaciones pueden facilitar el desarrollo de una discusión filosófica en un aula, un centro cultural o un café filosófico (adaptadas de La filosofía en el aula y Enseñar filosofía hoy (de Lipman y VV. AA respectivamente) ) .1. Ayudar a quien tiene dificultades de expresión utilizando frases como las siguientes:
- Parece que estás diciendo...
- Corrígeme si me equivoco, pero ¿no es esto lo que quieres decir?
- ¿Ayudaría si expreso lo que dijiste de este modo...?
- ¿Qué puntos de los que has mencionado consideras más importantes?¿Por qué?
- ¿Podrías hacernos un resumen breve de lo que estás expresando?
- Esto es lo que parece más relevante que has dicho, ¿estoy en lo cierto?
- De lo que estás diciendo parece seguirse lógicamente que...
- ¿Estás sugiriendo que ...?
- ¿Estarías en desacuerdo con la siguiente interpretación de lo que dijiste?
- Poco antes, cuando usaste la palabra "..." ¿no la usaste en un sentido diferente del que usas ahora?
- Para aclarar este punto, ¿no sería coherente añadir que ...?
- ¿Podrías definir la palabra "..." que acabas de usar?
- Si una cosa es un "...", ¿cuáles son sus características principales?
- ¿Qué entiendes por "..."?
- ¿No estás dando por supuesto que ...?
- ¿Lo que acabas de decir está basado en la creencia de que ...?
8. Pedir razones:
- ¿Cuáles son las razones en que te basas para decir eso?
- ¿Podrías apoyar tu afirmación con un argumento?
- ¿Por qué dices eso?
- Y eso que afirmas ¿cómo lo has llegado a saber?
- ¿Has pensado siempre así? ¿Cómo has llegado a una afirmación como ésta?
- ¿De qué otro modo puede verse este asunto?
- ¿Es posible que haya otras explicaciones además de la tuya?
- ¿Aceptarías que fueran posibles otras creencias sobre el mismo tema?
- Supón que alguien quisiera contradecir tu punto de vista, ¿qué podría afirmar?
