Los profesores, por lo visto, somos infalibles y no debemos ser fiscalizados ni por expertos ni por los ciudadanos a los que servimos. Nuestra probada competencia didáctica (adquirida, en la mayoría de los casos, sobre la marcha) supera –por lo que se ve– todos los grandes paradigmas de la pedagogía de los últimos cien años... Sobre esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo
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