Las políticas de paridad buscan promover la igualdad de género en empresas e instituciones. Como son los varones los que suelen ocupar los cargos más importantes, estas medidas suelen incluir “cuotas” para el acceso de mujeres a los mismos. Ahora bien, estas cuotas suponen convertir el género (femenino) en un criterio de discriminación tan decisivo como aquellos que solemos atribuir al mérito individual (currículo, experiencia, etc.). Esto no parece justo. ¿Pero lo es?... Sobre este asunta trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.