Mientras concibamos la educación como mera formación profesional y académica no hay nada que hacer. Los problemas de valores (y una violación lo es) no los resuelve la policía, ni los psicólogos, ni los discursos (ni de feminismo ni de nada). A nadie se le convence simplemente a palos, ni con terapias, ni con soflamas. A la gente se le convence permitiendo que expongan sus ideas, haciéndoles evidente que son erróneas (si es que lo son) y ofreciéndoles otras mejores. Se trata de razonar y dialogar, durante días, meses y años. Hasta que cambie lo único que puede hacer que cambie algo: lo que tenemos en la cabeza... De qué hacer con el problema de las agresiones sexuales a mujeres trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura.
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