La calidad, en general, de sus docentes, ha sido siempre la principal ventaja de la escuela pública. A veces, la única. Una calidad que está garantizada, principalmente, por el sistema de acceso. Mientras en los colegios privados o concertados es el propio centro el que selecciona a discreción a sus profesores, en los centros públicos no entra nadie que no haya superado (o esté en vías de hacerlo) un duro proceso de oposiciones en que se ha de mostrar la valía ante tribunales de expertos seleccionados al azar y en el que es difícil que se den arbitrariedades o errores de bulto. Es por esto que me resulta sorprendente que se rechace el proceso de oposiciones como modo de selección de profesores. Por mejorable que sea, yo no imagino otro mejor... Sobre esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo
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