Sin Ética, toda “educación en valores” o es mera información o es adoctrinamiento retórico. Pero los valores no son simples normas de las que informar; más bien son las normas las que son (o no)
valiosas,
buenaso
justas. Y para comprender y convencerse de que lo son (si es que lo son) no valen discursos retóricos, sino la deliberación ética y filosófica...Sin esa deliberación, sin Ética, sin ciudadanos acostumbrados a dialogar con rigor y fundamento sobre lo justo de sus propósitos, solo cabe una democracia degenerada a merced de zombis, de gente que “actúa” sin saber, y de demagogos y fanáticos dispuestos a pastorearla.De todo esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo
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