La clasificación de algunos cuentos tradicionales (como Caperucita Roja) como poco recomendables moralmente (por presuntamente sexistas) y su retirada para alumnos de educación infantil en una escuela pública de Barcelona ha reavivado un debate en que se entrecruzan cuestiones como la censura de lo “políticamente incorrecto”, la educación en valores, la relación entre arte y moral, o la protección de la infancia. Para colmo, algunos partidos políticos se han apresurado a instrumentalizar la cuestión. Es la
tormenta perfecta... Sobre esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo
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