Se suceden estos días manifestaciones en demanda de leyes más restrictivas sobre el juego, especialmente el que se da en los salones de apuestas deportivas (se ve que el bingo, las quinielas o las administraciones de lotería no cuentan en esto). Una inquina que va más allá de la – lógica – preocupación por la protección de los menores (que por ley tienen prohibido el acceso a estos locales). ¿Por qué esta inquina? Las razones que se aducen son que allí la gente se aficiona desmesuradamente al juego, que esto es algo muy nocivo y que, como tal, exige la firme intervención protectora del Estado. ¿Son estas razones razonables?... De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo
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