Se le hace creer al sujeto que no tiene ningún problema, ni que sus síntomas tienen nada que ver con lo que le pasa, con sus relaciones, con cómo le está yendo su vida: el problema es del “cerebro” que se ha averiado.
Obviamente, está bien que en nuestra sociedad se valoren y respeten los derechos individuales, pero cuando estos derechos se ejercen sin límites se entra en el terreno del narcisismo, un gran problema de nuestro mundo de hoy. Pronto, como sigamos así, a toda la tecnología que llevamos encima habrá que añadir una nueva aplicación: los inhibidores de egos!
Joseba Achotegui,
La sociedad narcisista. Ni gratitud, ni deberes, ni culpa, Público. Salud mental en tiempos difíciles 30/0472017
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