El Antropoceno nos recuerda que naturaleza y sociedad se encuentran profundamente relacionadas.Y, además, nos muestra que esa entidad que denominamos “naturaleza” es una realidad dinámica y cambiante con la que mantenemos una interacción cada vez más compleja. No resulta casual que, como afirmase célebremente
Raymond Williams, la palabra sea una de las más difíciles del lenguaje.En su evolución semántica, el concepto ha incluido las distintas dimensiones de la vida humana y ha señalado los límites del conocimiento científico, así como su potencialidad transformadora: la historia humana podría verse como la historia de nuestras relaciones con la naturaleza.No podemos entendernos a nosotros mismos sin recurrir a ella.En los últimos dos siglos y medio, desde el advenimiento del industrialismo, nuestro conocimiento del mundo natural ha aumentado tanto como nuestro impacto material sobre él. El resultado se traduce en que hemos transformado la naturaleza, al tiempo que descubríamos su influencia sobre nosotros: de
Darwin a la doble hélice. Este largo proceso de imbricación socionatural llega a su paroxismo con el Antropoceno, que confirma la coevolución de naturaleza y sociedad y deja al descubierto la densa red de conexiones existentes entre una y otra. Huelga decir que esta penetración humana en el mundo natural ha provocado un conjunto de problemas medioambientales –del cambio climático a la pérdida de biodiversidad– que han de situarse en el centro del debate público.
Manuel Arias Maldonado,
El Antropoceno: Noticia de un concepto colosal, Letras Libres 07/01/2017
[https:]]