Dese comienzos del siglo XX, se han llevado a cabo diversos intentos de extrapolar conceptos de la mecánica cuántica a los debates sobre la naturaleza de la conciencia. En realidad, este tipo de planteamiento son estratagemas para invocar la necesidad de considerar la consciencia como una unidad indivisible y, a la vez, inaccesible. (...)
Intentar definir qué es la conciencia es una tarea que se ha revelado infructuosa hasta ahora. Curiosamente, sin embargo, cualquier persona cree saberlo, aunque no sea capaz de expresarlo con palabras. parece que, en cierto modo, se trata de un sentimiento al que muchos, algunos neurocientíficos incluidos, suelen referirse como "experiencia subjetiva". Esta actitud es la que justifica el intento de sacar la consciencia del campo de estudio de la biología experimental, aunque tengamos constancia científica de la visualización de otras experiencias subjetivas tales como el miedo, la tristeza o la ira como mapas de actividad en el cerebro, e incluso provocarlas mediante la estimulación de ciertos núcleos cerebrales.
obviamente, quienes insisten en mantener la veracidad de conceptos como "mente" o "experiencia interna" siempre podrán desprestigiar los hallazgos obtenidos mediante la experimentación biológica negando que lo que se ha estudiado por esos métodos sea realmente "consciencia". La continuidad del debate está asegurada por mucho tiempo aún. No obstante, es posible que algún día se conozca el funcionamiento del cerebro con tanto detalle que lo que hoy llamamos "consciencia" se diluya en otros procesos y ya no sea necesario emplear ese término. Hay precedentes, por ejemplo: la posesión diabólica, de la que hoy se sabe que se trata de casos de individuos aquejados de epilepsia o esquizofrenia, si bien esto no ha impedido que sigan existiendo exorcistas. (12-14)
Alberto Ferrús, ¿Qué es la consciencia?. Una aproximación desde la neurociencia, EMSE EDAPP, SL 2018