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Los conceptos forman una clase peculiar, diferente toto genere de las representaciones intuitivas hasta ahora consideradas y existente solo en el espíritu humano. De ahí que nunca podamos lograr un conocimiento intuitivo y verdaderamente evidente de su esencia, sino uno simplemente abstracto y discursivo. Por eso sería disparatado exigir que se demostrasen en la experiencia, entendiendo por ella el mundo externo real que es justamente representación intuitiva, o que se presentaran ante la vista o la fantasía como los objetos intuitivos. Los conceptos solo se pueden pensar, no intuir, y únicamente los efectos que a través de ellos produce el hombre son objetos de verdadera experiencia. Tales son el lenguaje, el obrar reflexivo y planificado, y la ciencia; y después, lo que resulta de todos ellos.
Arthur Schopenhauer, El mundo como voluntad y representaciónI. § 9