Nunca una hermana hizo tanto daño y causó tanto desprestigio como Elizabeth-Förster-Nietzsche.Dos años más joven que el filósofo, se casó con Bernhard Förster, antisemita (calificaba a los judíos como “parásitos del cuerpo alemán”) y era un acérrimo defensor de la raza aria.
Nietzsche no lo soportaba. Ni siquiera fue a la boda. Y no es que Nietzsche fuera un pro-semita. Su odio a los judíos (como también a los cristianos) era por sus ideas, por su moral de esclavos, por el ideal de vida, pero no por su raza. Admiraba al judío Spinoza, al poeta alemán Heine (de origen judío), al compositor Bizet (con antepasados judíos)…
El matrimonio Förster-Nietzsche convencieron a catorce familias alemanas y se trasladaron a Paraguay, donde formaron un asentamiento “ario puro”, llamado Nueva Germania, un proyecto de pureza racial teutónica, (al revés que Nietzsche, que decía de sí mismo “ser un polaco del tercer Reich” (hasta ese punto detestaba a sus compatriotas).
La empresa terminó en un fracaso, entrando en bancarrota, lo que hizo que Förster se suicidara, envenenándose. Era 1.889. Cuatro años después Elizabeth regresaría a Alemania.Ese mismo año, 1.889, fue cuando Nietzsche, tras abrazarse al cuello de un caballo, que estaba siendo apaleado por su dueño, en las calles de Turín, acabó de hundirse en la locura.
Cuando Elizabeth regresó a Alemania, Nietzsche era ya un inválido, pero sus escritos comenzaban ya a leerse por toda la Europa culta.
El problema de Nietzsche con las mujeres es digno de un estudio minucioso. Criado entre mujeres, su relación con ellas no fue buena. Además de las calabazas que, varias veces, le dio la bella e inteligente Lou von Salomé, y su enamoramiento de Cosima Wagner (la mujer de Wagner)
“No me gusta mi madre, y cada vez que oigo la voz de mi hermana me chirrían los oídos y siempre que he estado con ellas he caído enfermo”.
Fue tal la bajeza moral de Elizabeth, que hasta llegó a cobrar entrada para que los devotos de la obra de su hermano pudieran verlo en la cama, cuando estaba reducido a la invalidez.
Elizabeth, nacionalista alemana y antisemita, se hizo seguidora del partido nazi.
Creó y se hizo cargo del Archivo Nietzsche, encargándose de la edición de los manuscritos inéditos de su hermano.
Cuando Hitler llegó al poder, en 1.933, el Archivo Nietzsche recibió apoyo económico y publicidad por parte del gobierno de la Alemania nazi.
Ella distorsionó y manipuló parte de la filosofía de Nietzsche (sobre todo, los fragmentos póstumos de “La Voluntad de Poder”), para hacerla coincidir con la ideología nazi e intentar legitimar la violencia política del nazismo.
Le hizo entrega, en una ceremonia solemne, a Hitler del bastón que había usado Nietzsche, posando para la foto ante la estatua del filósofo.
No es de extrañar que uno de los asistentes a su sepelio fuera, precisamente, Hitler.
Ella fue la responsable-culpable de haber pisoteado, destrozado y echado a los pies de los caballos (nazismo, fascismo, anarquismo, racismo, antisemitismo, Auschwitz-Birkenau…) tanto la persona, como la memoria, como la obra y el legado de su hermano, convirtiéndolo en padre, padrino, inspirador, guía, responsable de esos y más caballos.
¡Es tan fácil sacar fuera de contexto y manipular la obra de Nietzsche, al escribir en aforismos, en ideas clarividentes sueltas¡. Basta con “cortar y pegar” aquí o allí, según intereses de esta “mala señora”.
Y ahora, para finalizar la pregunta del millón: “si Nietzsche, en vez de morir en 1.900 hubiese estado vivo en 1.933, ¿habría aplaudido a Hitler, como lo había hecho con Napoleón y Julio César?”.¡Por Dios¡. ¡Por Dios¡. ¡Por Dios¡
Si despotricaba contra “la moral del rebaño” (que prometía el Paraíso Celestial) ¿iba a abogar por la “política del rebaño”, que prometía un “paraíso terrenal”, de entrada restringida a “la raza aria, de ojos azules y larga caballera”, y regado con ríos de sangre judía?
Tomas Morales,
La hermana de Nietzsche, blogtomasmorales.blogspot.com 08/03/2012
[blogdetomasmorales.blogspot.com] [https:]]