Escrito por Luis Roca Jusmet
The Master es una película extraordinaria, impresionante: las dos horas y medio de duración te atrapan sin interrupción. Las imágenes tienen una fuerza que te sacude, los diálogos una veracidad que te hipnotiza, la música una expresividad que te magnetiza. Cine en estado puro.
Su director es Paul Thomas Anderson, nacido en 1070 en California, es actualmente uno de los mejores guinositas y directores del nuevo cine USA. Su cine, muy personal, comenzó con Boogie Nigths sobre el imperio del cine porno. Posteriormente realizó
Magnolia, que me pareció una película desigual pero interesante y
Pozos de ambición, una gran película protagonizada por Danny Day Lewis, uno de los mejores actores contemporáneos.
The Master , como las anteriores, utiliza una historia a través de la cual se manifiesta la condición humana. Tiene siempre algo de particular y algo de universal. Lo particular aquí es el contexto : acaba la Segunda Guerra Mundial, los soldados norteamericanos tienen que adaptarse a la vida civil, hay una necesidad de creer en algo que hace florecer nuevos movimientos espiritualistas. Los dos protagonistas responde, apareantemente, a arquetipos: el sociópata agresivo, primario y desarraigado y el egocéntrico fundador de una secta ( la Cienciología). La historia de la formación de una secta es el pretexto para ver más allá de la ideología. La ideología de una sociedad, la nuestra, que se pretende libre y utiliza a las sectas como chivo expiatorio. ¿ Pero las religiones y los partidos políticos son jerárquicos y sectarios ? ¿ NO hay una servidumbre liberal en los individuos consumidores manipulados por los massmedia y la publicidad ? Hay un momento en que Lancaster Dobb, el Maestro, le dice a Freddie : "Quieres ser libre pero nunca ha existido un hombre que no tuviera un amo. Si lo consigues serás el primero."
Pero detrás de estos tópicos hay dos sujetos completamente singulares. Freddie es un dispositivo pulsional: el sexo y las violencia dominan su cuerpo. Cuerpo angustiado que necesita beber para disipara la angustia. Esta fuerza pulsional sexual crea el magnetismo para que todas las mujeres se sientan atraídas por su cuerpo, casi deforme. Su réplica es Val Dool, el hijo de Lacaster, con las pulsiones congeladas como un vegetal. Por esto Freddie no lo soporta. Lancaster Dobb es el Maestro.
Aparentemente no tiene nada que ver con Freddie. Es un hombre carismático, un ideólogo, manipulador, que necesita estar rodeado de fieles. Quizás un psicoanalsista pueda verlos a los dos como dos psicóticos. Freddie es la pulsión ciega, sin límites, devastado por ella, sin inscripción en el orden simbólico. Lancaster es un narcisista que utiliza la metáfora delirante para tapar su devastación. Su certeza es la del delirante, del paranoico, que se considera el Maestro que unificara a todos en el Uno y que ve al Otro ( cualquier crítica) como una amenaza que lo destruirá.
¿ Que une a estos dos hombres ? Es un encuentro imposible que, sin embargo, se mantiene durante un largo tiempo. Freddie ve en Lancaster el Padre que no tuvo, una manera de vincularse a la sociedad, al grupo. Lancaster no queda claro lo que ve en Freddie, pero quizás es una manera de salir del Uno sin aceptar el Otro. Es como su propia fisura, algo extraño. La interpretación de Joaquin Phoenix y de Philip Seymoour Hoffman respira una veracidad que bordea la genialidad.
Una buena película es la que nos hace sentir y nos hace pensar, la que nos estimula sin trampas. Esta es un caso caso claro : hay artificios porque el cine lo es pero no hay efectismos.