Lo que pasa en este país ( sea España, sea Cataluña ) no deja de escandalizarme. No digo indignarme porque la palabra está ya demasiado gastada. Voy a referirme a una cuestión que, dentro del inmenso escándalo que vivimos, no deja de ser secundaria. o quizás no, porque todo está ligado. Me voy a referir al oportunismo y al clientelismo, dos vicios ( no me gusta la palabra por sus resonancias católicas, pero no encuentro otra mejor) de los intelectuales orgánicos. La palabra tampoco me gusta pero entenderé por ello los formadores de opinión ( tienen los mass media y las editoriales a su disposición) y a veces mucho poder cultural. poder cultural quiere decir dinero público para gestionar las instituciones.
Josep Ramoneda es un paradigma. No le conozco personalmente, aunque lo tuve hace muchísimos años de profesor, cuando era un althuseriano recalcitrante. De aquella época quedó su libro "la filosofía y su no-lugar en el marxismo", que hoy resulta bastante risible. Militó en Bandera Roja y luego se adaptó a los cambios resultantes de la transición. Pasó a formar parte de la élite cultural catalana controlando el CCB. No eran bromas porque manejaba mucho dinero público. Los conferenciantes y organizadores de cursos saben lo bien pagados que estaban. Con un toque de izquierda heterodoxa, la izquierda académica ( incluso la antisistema, valga la paradoja ) tenía su espacio. Su capital simbólico, siguiendo la noción de Bordieu, era enorme. Formaba parte de los mandarines de la órbita del PSC, que lo mantuvo muchos años en este cargo.
Josep Ramoneda escribe en "El País" artículos de opinión. El publicado el 22 de febrero no tiene desperdicio. Acusa al PSC de aliarse con la derecha y la patronal para mantener el statu quo, frente al proyecto transformador de CiU y, sobre todo ERC. Critica que el argumento de no aprobar el proyecto por ser ilegal es apoyar al PP-PSOE contra el derecho democrático a decidir.
Planteo aquí dos reflexiones criticas. La primera es que el status quo a Cataluña son una élite económica-política-cultural vinculada, por una parte a los grandes grupos económicos y , por otra, a la sociovergència, es decir a la alianza implícita entre las oligarquías dirigentes de estos dos partidos. A Ramoneda le tocó un buen trozo de pastel, que ahora le han quitado. Seguir la apuesta de CiU es mantener el status quo. Ferran Mascarell, antiguo compañero de ramoneda en Bandera Roja, en sus años juveniles, lo entendió bien. Se pasó tranquilamente del PSC a CiU y se apuntó al discurso nacionalista sin problemas. Parece que Ramoneda quiere hacer lo mismo.La patronal es pragmática y, por supuesto, no apoya una avenura como esta. Es, por esencia, conservador. ¿ La derecha ? La derecha en Cataluña son el PP y CiU, pero sobre toda esta última.
¿ Debe la izquierda ir contra la legalidad ? Esto es lo platea Ramoneda en el artículo. ¿ La legalidad es el PP-PSOE y el derecho a decidir es lo democrático ? No está tan claro. La legalidad es la Constitución, que no hay que sacralizar y pienso que hay que reformar, pero no se pueden plantear las cosas tan a la ligera. En todo caso hacer un referéndum fuera de la legalidad tiene sentido si se quiere llegar hasta el final, que sería la declaración unilateral de Independencia. ¿ Con la mitad de la población ? Esto debería aclararse. Que los ciudadanos tengan derecho a rebelarse contra las leyes injustas ya lo dijo un liberal como Locke. ¿ Pero si nos rebelamos, será de la mano de CiU contra el gobierno español ? Me parece que el camino de la rebelión lo marca el movimiento del 15-M, que no tiene nada que ver con el tema que hablamos.
Otra cosa que me llama la atención es que defina a CiU como el partido genuino de las clases medias catalanas. Al margen de que utiliza un término tan discutible como clases medias de una manera abusiva para un analista de izquierda me parece que esta afirmación es errónea. ¿ Cómo definimos la clase social vinculada a un partido ? ¿ Por sus votantes, por sus afiliados o por los intereses de clase que defiende ? Me parece que no diremos que el PP es un partido obrero aunque lo voten los obreros. Ni siuiera lo diremos del PSOE. De la composición social del partido hemos de decir que todos son intercalsistas y tampoco es un elemento definitorio. Los intereses que defiende es lo que cuenta ( aparte de los de su propia burocracia, claro). CiU ha defendido en Cataluña básicamente los intereses de la Iglesia, los de las grandes fortunas ( o un sector de ellas), los de importantes empresas y de algunos sectores finanacieros.
Parece que Josep Ramoneda, gran teórico de la izquierda ( se supone, ) no está muy inspirado. O quizás simplemente está preparando un retorno a sus poderes por la vía nacionalista, como su amigo Ferran Mascarell. Tampoco podemos decir que sea poco leal con sus amigos del PSC que tanto lo promocionaron. De hecho son los maragallistas que han salido del PSC y que acabaran entrando en el grupo nacionalista. Yo no tengo simpatías por el PSC pero me parece que en el tema del "derecho a decidir" mantiene una posición matizada e interesante. Liquidarlo diciendo que es la voz de su amo ( el PSOE) me parece un argumento muy pobre.