Mi respuesta es que sí. Con reservas, pero sí. para argumentarlo empezaré planteando cuales son las posturas más polarizados, las que no comparto. la política como profesión es la opción del liberalismo: gente capacitada, expertos en la gestión, en la tarea de gobernar. Los ciudadanos eligen al mejor profesional dentro del mercado político. Oferta y demanda. Es lo que tenemos. y en este país además lo tenemos mal, porque incluso desde una perspectiva liberal tenemos malos políticos.
La opción contraria es la de negar los políticos. Se puede hacer negando la política o afirmándola. No hay políticos porque no hay política o bien no hay políticos para que haya política. Esta última es la postura de Jacques Rancière. la política es lo mismo que la democracia y lo se trata de movilizarse para conseguir otras maneras de plantear lo público. Quizás también para gente como Cornelius Castoriadis la política niega los políticos, ya que la política es la autogestión ciudadana. En otro planteamiento niegan a los políticos los totalitarismos, que tan bien mostró Claude Lefort. Para el totalitarismo hay un cuerpo político que es el pueblo, representado por el partido y al final por el líder. Es el fascismo y el estalinismo. Tambien niegan a los políticos las Dictaduras militares. Y los populismos de extrema derecha, que pretenden que son "representantes del pueblo" los que desplazarán a los políticos, corruptos por naturaleza. por diferentes motivos no comparto ninguna de estos planteamientos.
En el extremo contrario están los liberales, que defienden a los políticos profesionales, a los expertos que nos gobiernan y que deberían ser, como decía Artur Mas, "los mejores".
Mi planteamiento es una defensa condicional de los políticos. Entendidos no como profesión, clase o casta, sino como un estado provisional. Es decir, los políticos son los que nos gobiernan desde unas bases democráticas. Son personas con vocación ( aunque la palabra suene un poco pasada de moda) de gobernar lo público. No quiere decir que lo hagan desinteresadamente. Lo hacen porque quieren hacerlo y tienen un sueldo digno por hacerlo, de acorde con sus responsabilidades. No hay que ser elitista pretendiendo que los políticos deben ser universitarios. La experiencia de Lula en Brasil muestra lo contrario. Pero ha de ser gente que se dedica un tiempo máximo de, por ejemplo, ocho años. Luego debe volver a su trabajo.Si no lo tiene o lo ha dejado pues cobra la prestación del paro el tiempo que le corresponde. Pero con dietas justificadas y austeras. Sin complementos ni pensiones especiales. Sujeto a la ley aunque ocupe un cargo público. Representando a sus electores y no al partido ( si pertenece a alguno). Esto quiere decir libertad de voto y listas abiertas.
No todos los políticos son iguales. Algunos hacen su trabajo mejor que otros. Algunos tienen una ética y otros no. cada cual tiene su línea política. Estos son los tres elementos importantes : la política que defiende, su ética personal y su competencia para llevarla a cabo. No debemos votar partidos. Debemos votar programas y personas capaces de llevarlo a cabo de la mejor manera posible. Lo cual no quiere decir que los partidos sean negativos. Lo importante es que tengan un funcionamiento democrático y una financiación transparenente.