Escrito por Luis Roca Jusmet
Este texto lo escribió Deleuze en el libro póstumo dedicado a su amigo Foucault el año 1986 y traducido por José Vázquez Pérez para la editorial Paidós. Voy a comentar uno de los artículos, titulado "Los pliegues o los adentro del pensamiento ( subjetivización) " dentro del apartado
Topología ( "Pensar de otro modo"). La ocasión es el tiempo que hay entre entre el primer volumen y el segundo de sus
Historia de la sexualidad. El primero es
La voluntad de saber y está realmente dedicado a la sexualidad como tema central. Pero se abre después una crisis en Foucualt. Crisis que, comenta Deleuze, es en parte efecto de la tristeza producida en Foucault por diferentes episodios sociales, como el fracaso del Grupo de Información de las Prisiones que había potenciado.
La voluntad de saber acaba con una duda : Foucault parece atrapado en el callejón sin salida de que todo es poder, todo forma parte de la red tejida por las relaciones de poder. No parece, entonces, que sea posible la resistencia. La verdad es una forma de poder y no parece que la verdad tenga un poder liberador. ¿ hay entonces un afuera del poder ?
Es, de todas maneras, una crisis básicamente de pensamiento. Es, por tanto, una oportunidad para Foucault. Oportunidad que le permitirá introducir su última y fundamental temática, la subjetivización. Este tema reorienta los anteriores : el del saber y el del poder. También la aparición del tema del poder le supuso una reordenación del tema del saber.
Deleuze considera que lo que hace Foucault es ver que la subjetivización la inventan los griegos. A diferencia de los orientales, que parecen encontrar el vacío en el afuera, los griegos se subjetivizan plegando el afuera. ¿ Que quiere decir exactamente ? Que el afuera se interioriza, se proyecta hacia adentro. El afuera es la fuerza que nos permite dominarnos a nosotros mismos en la medida que somos capaces de utilizar este fuerza para ser libres. Solo el libre, que es el que se gobierna a sí mismo, puede gobernar a los otros. Es la relación con uno mismos, a través de la existencia estética, la que hace al sujeto irreductible al saber y al poder. Son los ejercicios prácticos que nos transforman los que lo hacen posible. Es la lucha por la subjetividad, que quiere decir lucha por la diferencia, por la variación y por el cambio.
Es la subjetivización como relación con uno mismo el tema central de Foucault en relación a su trabajo sobre los griegos y a su propio trabajo interior. Esto es lo que le interesa a partir de esta crisis que se abre tras la publicación de
La voluntad de saber. Pero Foucault debe buscar un compromiso y lo hace relacionando esta problemática con la sexualidad, ya que debe continuar con sus Historia de la sexualidad, aunque seas con sus preocupaciones actuales. La sexualidad se corresponde a la relación de uno mismo en Grecia en tres sentidos. Un sentido dietético, un sentido económico y un tercero erótico. El dietético tiene que ver con el saber gobernar el propio cuerpo, el económico con el gobierno de la esposa ( y a través de ella el hogar) y el erótico es el saber enseñar a los jóvenes que se gobiernen a sí mismos.
La subjetivización es este pliegue que nos permite sujetarnos a nosotros mismos. Ya no solo es el lenguaje el que nos sujeta a través del enunciado no el dominio del otro que nos sujeta a su dominio. Esta subjetivización tiene, de todas maneras, una historia desde Grecia hasta nuestros días. Hay una causa material, eficiente, formal y final en este proceso de subjetivización. La causa material e inicialmente el cuerpo y sus placeres, que en el cristianismo se transforma en la carne y el deseo, del que todavía somos herederos. La causa eficiente es la relación de fuerzas que se establece, la manera como nos plegamos a unas reglas. La causa formal es el pliegue de la verdad y todos sus desarrollos. La causa final es la interioridad de la espera, lo que esperamos. Podemos darle la vuelta y relacionarlo con las preguntas kantianas : las dos primeras lo que sabemos, la tercera lo que hacemos y la cuarta lo que esperamos. Foucault amplia su horizonte histórico, del siglo XVII-XVIII ( el período que había estudiado en sus trabajos anteriores) pasa a toda la historia de Grecia a nuestros días. El afuera es una fuerza, como le había enseñado Nietzsche. El saber delimitaba lo visible y lo enunciable, el poder la correlación de fuerzas. Ahora es la subjetivización a través del pliegue de lo externo, la interiorización de la fuerza. En la vida de los pliegues lo más lejano deviene interior al transformarse en lo más próximo. Esta es, para Deleuze, la última aportación de Foucault. Para Deleuze hay una coherencia interna en los planteamientos de Foucault. Cada aparente ruptura no es más que una transformación dentro del proceso de subjetivización, que es el que finalmente da sentido a toda su investigación. Investigación que es sobre las condiciones que posibilitan unos enunciados, unas relaciones de poder y unas existencias.