CT o la Cultura de la TransiciónCrítica a los 35 años de cultura españolaAAVV ( Guillem Martínez, coordinador)Barcelona : Debolsillo, 2012
Escrito por Luis Roca Jusmet
Este libro debía aparecer. Y ha aparecido. Agradezcamos al coordinador y a los autores que lo hayan hecho. Otra cosa es que el resultado me parece desigual, aunque el libro me resulte, finalmente, interesante. El periodista Guillem Martínez es el valiente que toma la iniciativa de criticar a estos poderes fácticos que han controlado desde el Estado la cultura, en este paquete que llama CT ( Cultura de la Transición). Razón no le falta y muchos podemos constatarlo en nuestra piel. Cuando hace bastantes años me percaté que en una librería conocida de Barcelona se mostraban muchos libros de Žižek. y quice hacer un artículo introductorio o una reseña de algún libro del autor. Mi objetivo era darlo a conocer porque me parecía entonces un pensador renovador del que nadie había dicho nada. El artículo estaba bien ( " Quién es el maldito Žižek ? ) como demostró la manera como circuló por la red como referencia al filósofo. Cuando le pregunté al librero a que diario pensaba que podía enviarlo me contestó que no me molestara porque, independientemente del valor del artículo, seguro que no me lo publicarían. ¿ porqué ? Porque en lugar de un, digamos, concurso de méritos había clientelismo y amiguismo, es decir, un círculo cerrado de comentaristas “de la casa”. Tiene razón Guillem Martínez en lo de la CT , porque puedo comprobar sistemáticamente como, en el tema de las reseñas de los libros, por poner un ejemplo, son los representantes de la CT en Cataluña, como Josep Ramoneda o Manuel Cruz, los que cobran y chupan cámara por su marca, con resultados que muchas veces están por debajo de lo aceptable, por cierto.Pero no nos equivoquemos. Por mucho que uno de autores de los artículos de este libro que más me han gustado sea Carlos Acebedo, le diría que no caigamos en la ingenuidad ( en algunas cosas el libro cae) de no darnos cuenta que formamos parte, en cierta manera, de lo que criticamos. Porque Santiago López Petit que se inventó la crítica del
yo-marcay lo de ser
un empresario de sí mismo vió claramente lo que es el proyecto neoliberal de la persona. Pero él mismo, Acevedo y yo participamos de él, porque cada vez que firmamos, que hacemos circular nuestros escritos firmados o nuestras imágenes estamos potenciándonos como marca. Y esto es justamente uno de los atractivos del neoliberalismo, que también los tiene. Valga este ejemplo para poner de manifiesto una cierta crítica a la supuesta radicalidad del libro. ¿ Ignacio Echevarria, por ejemplo, formó parte de los círculos de la CT hasta que lo echaron ? ¿ Y Guillem Martínez ? No me gustan los maniqueismos, me gustan más los matices. Muestro por ello un cierto escepticismo con el discurso que plantea : " Ellos son la CT, nosotros somos sus críticos." De todas maneras, repito que el proyecto crítico está bien y lo aplaudo.
Hay artículos buenos, como el de Guillem Martínez o el Amador Fernández-Savater, que son gente con criterio y buena pluma. Otros me han interesado igualmente, como el citado de Carlos Acebedo ( sobre la pervivencia de la CT en Internet). Este artículo se complementa muy bien con el anterior, titulado “Como dar la espalda a Internet”, de Raúl Minchinella. Isidro López recoge también de manera precisa y clara la política económica de la CT. David García Aristegui nos explica de manera implacable el escándalo increíble de la SGAE en el mundo de la producción musical. Algunos artículos están escritos por gente nacida a partir de los años 60, que viene a ser la generación inmediatamente siguiente de los protagonistas de la CT. Pero sobre todo de la ulterior, nacidos ya a finales de los 70 y los 80. Está muy bien que estas generaciones intenten romper este bloque cultural monolítico que se han encontrado, quizás dando ya los últimos coletazos. Muchos o todos ellos participan activamente en movimientos alternativos en sus respectivos campos y lo han hecho también en el 15-M. Algo se mueve y en nombre de este movimiento hablan los autores.Ciertamente se creo la CT como lo Uno, lo Mismo que excluía lo Otro. Esto ha sido terrible porque ha generado una cultura institucionalizada desde el Estado, con una élite dominante que ha jerarquizado toda la producción cultural, que ha desperdiciado creatividad y que ha cerrado las puertas a lo imprevisto. Todo lo problemático ha sido excluido. Cualquier manera de ver, de pensar o de hacer fuera de lo establecido ha sido cortado ( en la medida que han podido, que por suerte no ha sido totalmente). Un ejemplo de lo que Jacques Rancière llama un orden policial en el cada uno en su lugar y punto.El libro vale como denuncia de este orden establecido y resulta fresco y sugerente. Ni más ni menos.
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