Escrito por Luis Roca Jusmet
La relación entre filosofía y democracia es interesante. De entrada la democracia y la filosofía aparecen conjuntamente las dos en Atenas. Aunque ya hay precedentes de la filosofía y de la política democrática en la Magna Grecia, tanto con los presocráticos por un lado, como con formas políticas más abiertas, por otra.
Empezaré hablando de dos debates contemporáneos sobre estos orígenes.
Hay un debate muy sugerente entre dos filósofos y sinólogos actuales: François Jullien y Jean François Billeter. Jullien sostiene que la filosofía es un invento griego y que China escogió otro camino del pensar, el del sabio. La filosofía se pregunta críticamente por el Orden establecido, sea el cósmico o el humano. En China, en cambio, los sabios transmiten lo que dice la Tradición, la que nos enseña el significado de este orden.Políticamente este Orden es el del Imperio, por lo cual no ha reflexión política. En China la filosofía política no interesa, nos dice Jullien y en Atenas. Platón, en cambio, se pregunta críticamente por la política. Jean François Billeter no está de acuerdo en nada del que dice Jullien. Para él la filosofía es una experiencia universal de los humanos, que aparece tanto en Grecia como en China. Lo hace cuando algún hombre que piensa por sí mismo, y lo hace a partir de su experiencia, de su relación con los otros y con el mundo. Forman parte de una tradición de pensadores que tratan críticamente el lenguaje. Lo hace el griego Platón pero también el chino Zhunagzi. Zhuangzi que sería precisamente el crítico del sistema político imperial. Es decir, que para Billeter lo que hace Jullien es identificar el pensamiento chino con el que era entonces hegemònico,que es la ideología de Confucioy el de Lao Tzi, pero no el pensamiento de Zhuangzi. Así inventamos anacrónicamente tradiciones como la del taoísmo filosófico.
Segundo debate. Es el de Cornelius Castoriaidis y Jacques Rancière, dos de los principales teóricos contemporáneos de la democracia radical. Castoriadis está en la línea de Jullien. Para él la filosofía y la democracia nacen simultáneamente en Atenas porque expresan el mismo pensamiento crítico y creativo. Es el cuestionamiento de la tradición y de la jerarquía, la voluntad del ser humano de crear la sociedad que quiere. Rancière, en cambio, considera que la filosofía política es una reacción contra la democracia, básicamente Platón. Tenemos varios planteamientos que, para mí, no son incompatibles.
Jullien tiene razón al marcar lo específicamente griego y Billeter al recalcar el aspecto universal que representa la filosofía. La polémica es algo artificial, muy personalista. Es una lástima que, aceptando las diferencias, no puedan busca elementos de diálogo en lugar de una confrontación directa. Lo que dice Castoriadis también se puede asumir de manera parcial. Es cierto que la democracia griega es muy singular en la medida que hay un replanteamiento de la tradición y que obre el horizonte de la crítica, de entender la política como creación humana abierto a todos. Pero también hay otras experiencias políticas que, sin cuestionar la tradición, se basan en la participación comunitaria que, de alguna manera también podemos considerar democráticas.
Respeto a la relación entre la democracia y la filosofía política de Platón hay que decir que es una relación compleja. En un sentido Platón cuestiona la democracia pero en otro obro la puerta a la reflexión política y a la necesitado de argumentación. Castoriaidis tiene razón cuando dice que filosofía y democracia forman parte de un mismo movimiento crítico. Pero Rancière tiene razón cuando dice que las teorías de Platón y de Aristóteles son una crítica a la democracia como gobierno de los pobres, que es lo que realmente sucedió en Atenas durante un tiempo. Ninguno de los dos soporta que los trabajadores manuales dirigan la Polis. Lo plantean de diferente manera, pero llegan a la misma conclusión, en este sentido concreto. Por esto están en contra del sorteo y del salario a los políticos, que es la manera de que haya igualdad política. Lo que ocurre es que para Platón debe gobernar una élite ,que es la única que sabe la verdad, porque la justícia es Episteme, saber indiscutible por su fundamentación.Para Aristóteles la política es opinión, doxa. Es deliberación para saber lo mejor, no aplicación del Saber. Por esto Aristóteles acepta una opción democrática para los ciudadanos. El planteamiento de Aristóteles está abierto a una formación política universal del ciudadano y el de Platón no.
Pero Platón y Aristóteles plantean dos cosas muy serias. Para Platón no hay política si no hay formación, lo cual es cierto. Para Aristóteles no puede haber igualdad política sin igualdad económica.
La pregunta es si es posible hoy la democracia cuando no hay información ni formación política y cuando existen las desigualdades económicas profundas que hay hoy.
Evidentemente no es un problema ni para Platón ni para Aristóteles que defienden formas elitistas, cada cual a su manera. Pero sí lo es para los que deseamos la democracia como igualdad política para todos y para el presente y no para un futuro ideal. La cuestión es que podemos hacer para transformar esta situación y no es fácil saberlo.Por una parte es imprescindible universalizar la información y la formación política. Esta sería la función de la izquierda. Pero, ojo, no volviendo a una supuesta función vanguardista. Aprovechando los recursos, institucionales o no, para dar instrumentos para la información y formación en guerra con la desinformación y la ideología que dan las oligarquías, económicas y políticas, a través de sus ideólogos.
Por otra, por supuesto, luchas contra las desigualdades económicas.