Escrito por Luis Roca Jusmet
Alberto Ruiz Gallardón ya nos enseñó, con la reforma de la ley del aborto, su verdadero rostro. El rostro de la reacción pura y dura. Pasó un tiempo aparentando formar parte del sector más liberal del PP, pero ya se le cayó la máscara. Reaccionario en lo social, lo cual quiere decir oponerse a las leyes progresistas, que son las que ayudan a la felicidad general, como decía un auténtico liberal, John Stuart Mill. Pero Ruiz Gallardón representa lo peor : neoliberal en economía y neoconservador en lo social. La segunda apuesta reaccionaria del ministro es una ley que elimina los derechos que habían conseguido los llamados "enfermos mentales". Me remito al artículo aparecido en el diario "El País" el 7 de abril de 2014 titulado "¿ Enfermos mentales y presos para siempre ?. Tanto lo que dice el artículo como lo que supuestamente planteará esta reforma del Código penal me plantean varias reflexiones. Según el diario introduce cambios en materia de medidas de seguridad ( internamientos, libertad vigilada). Aplicables a personas afectadas por una patología mental
( esquizofrenia, trastorno bipolar) o por discapacidad intelectual ( síndrome de Down, trastornos autistas).
Según parece, existe la posibilidad de privar de libertad indefinidamente, mediante el internamiento de medidas de internamiento a personas con enfermedad mental, algo que ahora la ley no permite. Actualmente, de acuerdo con el actual Código penal de 1995, no se permite internar más tiempo, a una persona que comete un delito por motivos de salud mental no imputables, que el que le correspondería si fuera a la prisión. La ley plantearía que el juez puede determinar la prisión perpetua. La Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental , La Confederación Española de Organizaciones en Favor de las Personas con Discapacidad intelectual y la Asociación Española de Neuropsiquiatría ( ANE) califican la ley de regresiva y segregativa.Vaya por delante mi posición crítica, que comparto con todos estos colectivos. Pero lo que voy a hacer ahora es aplicar la caja de herramientas de la que dispongo ( en buena parte adquirida por las reflexiones a partir de los textos de Foucault y de Lacan) para profundizar en el tema. En primer lugar yo cuestionaría el término "enfermo mental". Prefiero el de loco. Las enfermedades son físicas y la mente no lo es, lo es el cerebro. Que las causas de la esquizofrenia o del trastorno bipolar ( añadiendo la paranoia, que no cita el artículo) sea una lesión o un disfuncionamiento cerebral está por demostrar. Otra cosa es que la locura tenga predisposiones constitucionales. Pero lo que define a un loco ( y lo hace sujeto de motivos de salud no imputable, por utilizar la engorrosa y confusa terminología jurídica) es que pierde el principio de la realidad. Perder el principio de la realidad quiere decir sufrir delirios o alucinaciones. El que pierde el principio de realidad no sabe lo que hace porque no sabe sobre lo que hace ( y no es un juego de palabras). En este caso consideramos que no es responsable de las consecuencias de sus actos porque una persona que no sabe lo que es real y lo que no no puede entender las consecuencias de lo que hace y de lo que no hace. El delirio es una interpretación que considera verdadero lo que es falso ( y al revés) y la alucinación nos impide percibir lo que es y en cambio nos hace ver lo que no es. La locura existe y puede y debe ser tratada. Con lo cual no es un factor determinante de que los actos criminales ( si los hay) se repetirán. El loco es violento porque se defiende de una realidad imaginaria. En segundo lugar cuestionaría el término "discapacidad intelectual". Una persona discapacitada es una persona que no tiene capacidad de pensar. Vayamos a los casos que se refiere : síndrome de Down y trastornos autistas. La personas con Síndrome de Down tienen una capacidad limitada, en diferente grado. Pero limitada ( lo que nos llevaría al término de deficiencia y no discapacidad) quiere decir en relación a lo normal ( que es la norma establecida en términos estadísticos). Porque todos somos,más o menos limitados, porque todos tenemos un límite. El caso de los trastornos autistas está definida por la biblia de los psiquiatras ( y de las multinacionales farmacéuticas) como un trastorno de desarrollo ( y aquí hace referencia s lo intelectual). Pero fuentes críticas reclaman otra consideración de este colectivo, entendiendo que tienen una manera diferente de relacionarse con el mundo. Que existen y que necesitan ayudan es evidente pero hay maneras mejores de entenderlos y apoyarlos, que considerándolos deficientes mentales. Por otra parte, que yo sepa, ni los que padecen síndrome de Down ni trastornos autistas son especialmente agresivos. Aquí hay que señalar por otra parte que dentro del espectro autista están los que padecen el llamado Síndrome de Asperger, que son personas especiales que tienen, a veces, una inteligencia excepcional.En todo caso el problema que aparece de fondo es el de la responsabilidad. A todos los sujetos humanos se les ha de atribuir, de entrada, responsabilidad. De otra forma son tratados como objetos, se les cosifica. Louis Althusser, el filósofo que mató a su mujer, exigía un juicio para determinar su responsabilidad. Fue internado directamente a un psiquiátrico. Quería ser tratado como un sujeto, con un juicio que determinara su responsabilidad. Si la tenía, iría a prisión. Si no sería internado. ¿Para qué ? Pero podemos ir más lejos. ¿ Para qué sirve la prisión ? Foucault lo explica muy claro. Hasta el siglo XVIII solo era un medio, poco importante para tratar a los delincuentes, junto al castigo físico, la muerte, el exilio... Eran castigos. Nietzsche también lo explica en su genealogía de la moral. El delincuente pagaba su deuda con la sociedad. El castigo tenía además un efecto preventivo. Con las teorías reformistas en lo penal del siglo XVIII se instituye la prisión como medio de rehabilitación, como una especie d institución educativa para delincuentes. Un sueño ilustrado, el d pensar que la verdad moral los transformaría en ciudadanos. El fracaso fue evidente al poco tiempo. ¿ porque se conservó y se mantuvo, a pesar de todo, de manera exclusiva hasta el presente ? En parte por inercia, en parte porque tiene su función secreta. La prisión fabrica delincuentes, todo el mundo lo sabe, menos las mentes bienpensantes que se creen el lenguaje política correcto de la reinserción, que es el que ideológicamente funciona. Pero como ideología superficial, ya que no está presente en el imaginario colectivo. A las redes del poder la delincuencia les sirve. Para justificar e incrementar la policía. Para utilizar a los delincuentes contra los obreros que se rebelan, cuando ha hecho falta. Para potenciar y controlar el negocio de la prostitución. Para hacer los trabajos sucios del sistema. ¿ Exagera Foucault ? Quizás un poco pero me parece que lo que dice es fundamentalmente verdad. Entonces nos preguntamos ¿ para que encierran a los locos peligrosos ? La locura no es peligrosa, pueden ser los locos como los otros. La prisión se justifica como medida disuasoria y como castigo, en todo caso. Pero el encierro en un centro psiquiátrico se justifica como elemento preventivo, en todo caso. No hay castigo. Y a pesar de todo hay que dejar la puerta abierta al cambio. Nadie está deteminado a volver a delinquir. Ni los cuerdos ni los locos. No llego aquí a ninguna conclusión, solo planteo dudas. Como decía Hegel hay que elevarse a la duda. Solo desde ella encontramos alguna claridad.