Luis Roca Jusmet
Este video es muy interesante. Como lo es igualmente el libro que publicó Santiago Castellanos el año 2002 sobre el tema: El dolor y los lenguajes del cuerpo ( Buenos Aires : Gramma). Trata especificamente de una de las que podríamos llamar
enfermedades de nuestro tiempo : la fibromialgia. El tratamiento es amplio porque su autor es al vez medico ( Medicina familiar y Comunitaria) y psicoanalista ( Escuela lacaniana de Psicoanálisis). Esto quiere decir que juega a la vez con el discurso y la práctica de la ciencia pero que es capaz de superarlo introduciendo lo que a esta le falta para tratar lo humano : el sujeto y el inconsciente.
El libro es muy denso, ya que para abordar el tema Castellanos inicia un recorrido por
el aparato conceptual con el que Freud y Lacan abordan el tema del cuerpo y el dolor.
Castellanos no es ecléctico: forma parte de la escolástica lacaniana. La palabra
escolásica no tiene un sentido negativo : quiere decir, simplemente, que forma parte de una Escuela. Esta parte de unos textos fundamentales que no se cuestionan y a partir de ellos se elaboran los análisis concretos. Aunque Lacan dijo en una ocasión que era freudiano y en lo es en la medida en que sigue a Freud pero es evidente que no lo repitió y amplió radicalmente el horizonte de la teoría psiconalítica. Hay términos lacanianos muy novedosos :
goce, significante, el Otro, el imaginario, lo
simbólico y
lo real. Otros conceptos fundamentales que se originan en Freud tienen en Lacan una formulación más precisa :
neurótico, psicótico, síntoma, pulsión, inconsciente. Esto quiere decir que para seguir el tratamiento del tema hay que conocer y compartir el discurso de Lacan. Hay otra referencia, muy insistente, que es la de Jacques-Alain Miller, lo cual vincula además a Castellanos a una escuela lacaniana concreta. La capacidad de Miller para sistematizar y aclarar la teoría de Lacan me parece evidente pero podríamos preguntarnos si al transformar el discurso vivo, abierto de Lacan en una teoría sistemática ganamos o perdemos respecto a la aportación lacaniana.. Pero esto es otra cuestión que no trataré en este artículo.
Hay en primer lugar algunas cuestiones teóricas previas que me gustaría comentar. En primer lugar la referencia al discurso de la ciencia aparecido, dice, en el S.XVI, y que sustituye a discursos míticos y religiosos. Me parece que aquí hay que matizar. El discurso científico, en sentido amplio, está presente desde Grecia y también en otras sociedades, como claramente en China. Otra cosa es el discurso moderno de la ciencia, que se constituye el siglo XVII con Descartes, Galileo y Newton, que tiene como base el paradigma mecanicista y matemático-experimental. Este discurso es el que crea las condiciones para la constitución en el S.XIX, con Claude Bernard, del discurso de la medicina moderna. Pero la hegemonía del discurso de la ciencia no ocurre, como apunta certeramente Lacan, hasta la segunda mitad del siglo XX. Aquí también me parece interesante precisar que con el discurso médico moderno aparece la ontología de la enfermedad, entendida ésta como entidad real. La enfermedad existe entonces como el objeto de la medicina y los enfermos son solo sus portadores. En este planteamiento, el sujeto, como bien dice Castellanos, no tiene un lugar, se le ha hecho desaparecer. Las enfermedades son objetivas y como tal debe tratarse. Anteriormente, y no sólo siguiendo las concepciones de medicinas tradicionales como la china o la India sino también la griega de Hipócrates, lo que existían eran enfermos.En todo caso la enfermedad era el nombre que podíamos dar a su desequilibrio interno. Son matices que me parecen interesantes para complementar lo que plantea el libro. Recomiendo las lecturas de Georges canguilhem y Michel Foucault para hacerlo.
Entramos después en tres conceptos claves : el de
cuerpo, el de
goce y el de
real. Es Lacan quien elabora runa teoría rica y compleja sobre el cuerpo. De Freud podríamos decir que parte de una concepción fisicalista del hombre para acabar en un cierto dualismo : la realidad física y la realidad psíquica. Digo "cierto" porque no es, evidentemente, un dualismo substancial : para Freud la realidad psíquica emerge de la realidad física. No es independiente de ella pero funciona con una lógica diferente. La pulsión, como bien sela Castellanos, es el límite entre lo físico y lo psíquico. Lacan sdesarrolla todo un análisis sobre la noción de cuerpo. Inicialmente con una aportación ya muy v疝ida, que es la de considerar que el cuerpo existe en la medida que el organismo es capaz de formarse una imagen. Hay aquí todauna serie de consideraciones del llamado
estadio del espejo en las que no entraremos. Posteriormente Lacan hablardel cuerpo simbólico, entendiendo por ello que es reconocido por un Otro. La noción del Otro en Lacan es sugerente y viene a referirse , cuando hablamos de lo simbólico, a lo que es el reconocimiento por el que representa la Ley, el Orden social. Pero también el lenguaje y en este sentido es un cuerpo del que hablamos, del que podemos hablar. Finalmente está
lo real, referido al
cuerpo del goce. La palabra
real y
goce son sin duda dos de las grandes aportaciones teóricas de Lacan. Pero lo son en su ambigüedad.
Lo real es lo que se nos escapa, lo que no podemos apresar ni por palabras, ni por conceptos ni por imágenes. Lacan se refiere a
lo real de una manera compleja y diversa, justamente porque no puede ser definido del todo. En este sentido me parecen cuestionables las formulaciones de Miller para clasificarlo. El
goce es ciertamente un paso adelante con respecto a Freud, que empieza a definir el placer como homoestásis y se acaba encontrado con la incapacidad de este planteamiento frente a la compulsión de repetir lo que produce dolor, el masoquismo o la evidente búsqueda de la excitación en el caso de la sexualidad humana. Pero lo que es el goce tampoco acaba de delimitarse, se escapa de cualquier explicación precisa. Últimamente el psicoanalista Françoisis Ansermet y el neurocientífico Pierre Magistretti han intentado una aproximación exhaustiva acabando definiendo
el goce como
un dolor consciente y
un placer inconsciente. Es posible, aunque también surgen aquí diversos problemas. Por ejemplo, cuando los psicoanalistas lacanianos hablan de la necesidad de regular el goce. En todo caso podemos relacionar goce con tensión y exceso mientras asociamos placer con equilibrio y relajación. Pero Castellanos vincula de una manera muy tajante
el goce con
el dolor. Si oponemos
goce y
placer hay que hacerlo, me parece, de una manera más relativa, no tan absoluta. Son interrogantes abiertos.
Otra cuestión muy interesante es la afirmación de Castellanos, siguiendo a Lacan, de que no somos un cuerpo sino que tenemos un cuerpo. Lacan polemiza en su momento con Merlau-Ponty cuando este le quiere cuestionar radicalmente el dualismo al afirmar que el sujeto de la experiencia es el cuerpo. ¿ Que quiere decir Lacan cuando afirma, después de criticar el dualismo cartesiano, que nos somos un cuerpo, que tenemos un cuerpo ? Castellano lo analiza con mucha precisa, explicando el giro de Lacan a partir del
Seminario 20. Dice que, al contrario que los animales, en el hombre
ser y
cuerpo no se identifican. Porque al hombre la falta el ser, con lo cual si no somos es que tenemos un cuerpo.
En realidad no somos,para Lacan, ni dualistas ni monistas, no somos substanciales. Por lo tanto no hay ni dos ni una substancia : no hay nada en nosotros de naturalidad porque la hemos perdido al separarnos de la naturaleza al inscribirnos en el Orden simbólico del Lenguaje y de la Ley. Dice Castellanos que la teoría final de Lacan de l
os tres nudos ( lo simbólico, lo imaginario y lo real ) es forman una especie de
triada que nos da una orientación para solucionar la cuestión. Pero ¿ quién es el sujeto del cuerpo ? ¿ El lenguaje ?. Me parece algo confuso. El cuerpo no son sólo órganos ni piezas, es una unidad compleja desde la que experimentamos y gozamos.
Cuando concretamos en el tema de la fibromialgia resulta muy fecundo ver como Castellanos utiliza este aparato conceptual para explicar diferentes casos concretos con los que se ha encontrado en su práctica profesional. Muy interesante es su consideración de que es un fenómeno transclinco y que hay que hacer un diagnóstico diferencial entre neurosis y psicosis para ver como se entiende y como se aborda el tratamiento. El dolor total, continuo de la fibromialgia es, para Castellanos, un goce a la deriva, no regulado, del cuerpo. Lo sitúa dentro de lo que son los FPS ( fenómenos psicosomáticos) para Lacan: una especie de holofrase, de significante congelado que, a diferencia del síntoma, no expresa nada, no dice nada. En todo caso hay teorías dentro del psicoanálisis, como la de Luis Chiozza, que me parecen muy interesantes y que habría que considerar. En todo caso está claro que la manera de restituir el sujeto de la enfermedad, sobre todo en este tipo de dolencias, pasa por el psicoanálisis. Como bien dice Castellanos la terapia psicológica hegemónica, la cognitivo-conductista, solo ofrece propuestas esteriotipadas, que no van nunca a la singularidad del sujeto. Tratar, como dice Castellano, "lo que no anda".
Un buen libro, polémico por supuesto, que abre un camino nuevo, y mucho más interesante, para la comprensión y el tratamiento de la fibromialgia.