Escrito por Luis Roca Jusmet
Foucault analiza con claridad "el souice de soi", eso que denomina "prácticas del yo" preconizadas por los filósofos estoicos de la Antigüedad . Es el cultivo del yo, que solo puede realizarse bajo la guía de algún director espiritual; la atención al cuerpo y al alma que implica este cultivo del yo; las prácticas de abstinencia, el examen de conciencia, el filtrado de representaciones y, finalmente, la conversión del yo y el dominio de uno mismo. Foucault concibe tales prácticas como "artes de la existencia", "técnicas del yo". Y desde luego no deja de ser cierto que , en la Antigüedad, se habla en relación con ellas de un "arte de vivir". Pero me parece que el análisis de Foucault sobre lo que, por mi parte, he denominado "ejercicios espirituales" y él prefiere llamar técnicas del yo" está en exceso centrado en el yo o, por lo menos, en una cierta concepción del yo.Pierre Hadot
En los últimos años de su vida ( 1979-1984) Foucault da un giro significativo a sus trabajos. Aunque continúa trabajando el mismo hilo conductor, el de la relación entre sujeto y verdad, cambia su concepción del sujeto. Ciertamente que mantiene la misma crítica al sujeto, entendido como substancial, como fundacional o como trascendental. Pero ahora el sujeto no es simplemente un efecto de los juegos del saber y del poder. En estos momentos Foucault se plantea el sujeto-forma, el sujeto ético que se construye a partir de la experiencia. Lo hace a partir del estudio de los textos filosóficos de la Antigüedad tardía, es decir, del helenismo y la época romana. La dimensión ética (
el cuidadode sí) tendrá además otra política (
la parresia). Como he comentado en el anterior capítulo
El cuidado de sí está presente en los volúmenes segundo y tercero de su
Historia de la sexualidad( será el título de este último). También es el tema de la transcripción de sus seminarios en Toronto publicados bajo del título de "las tecnología del yo" en su conferencia ( y la publicación de esta) y en muchos artículos que aparecerán cuando se publiquen sus
Dits i escrits. Después de la muerte de Foucault se irán publicando los últimos seminarios, entre ellos
La hermenéutica del sujeto. Michel Foucault se interesa en esta época por los trabajos del helenista Pierre Hadot, que le influirá notablemente en sus lectura de la filosofía como forma de vida y del que cogerá el término
ejercicio espiritual.Foucault citará a Hadot de manera puntual, siempre elogiosa, en “La hermenéutica del sujeto”. Tendrá con él algunas conversaciones puntuales y lo propondrá para ocupar una plaza vacante como profesor en el
Collège de France. Hadot escribirá dos textos críticos sobre Foucault, pero todo siempre sobre la base de un respeto que.como ya he apuntado, será mutuo. El primer texto se llama “Diálogo interrumpido con Michel Foucault. Acuerdos y desacuerdos” y el segundo será el que transcribe la intervención de Hadot en un Congreso dedicado a la memoria de Foucault que tituló “Reflexiones alrededor de la cura de un mismo”. Como complemento tenemos también las referencias que hace Hadot a Foucault en la entrevista que le hicieron Jeannie Carlier y Arnold I. Davinson. ¿Cuales son los acuerdos entre Michel Foucault y Pierre Hadot, tal como plantea este último ? Empezaremos por los acuerdos.
El primero es que la filosofía antigua es una forma de vida y tiene una dimensión práctica y una función terapéutica. Podríamos decir que es
un ejercicio espiritual. La filosofía nos acerca a la verdad y esta transforma el sujeto. Este es el elemento esencial que los une.
En segundo lugar está la visión, compartida por ambos, de que no hay ruptura entre la filosófica clásica de la Polis de Atenas y el helenismo. Según la versión convencional la Polis creaba un sentido comunitario político y a partir de su crisis en el helenismo la ética individualista aparece como alternativa a la poítica. El sentido de la Polis y la prioridad de la política sobre la ética la encontraríamos en Sócrates, en Platón y en Aristóteles. Con el helenismo se disuelve la Polis, aparece la incertidumbre de la soledad y la inseguridad y se pide a al filosofía que proponga un arte de vivir que nos oriente en un mundo cambiante e inestable. Esta situación hace que desparezcan también las preocupaciones metafísicas y cosmológicas, presentes en Platón y en Aristóteles. Sería la supuesta pérdida del elemento teórico y político para pasar a una preocupación exclusivamente ética. Este planteamiento es, para ambos, cuestionable. Lo es porla siguiente razón: la filosofía es en toda la filosofía antigua una forma de vida y un ejercicio espiritua, una práctica, También lo era la epistemológica y la lógica ( presentes igualmente al epicureísmo y al estoicismo.). La lógica nos enseña a pensar y la cosmología ha entender nuestro lugar en el Cosmos.
En tercer lugar hay un planteamiento común de que
los ejercicios espirituales del cristianismo tenían sus raíces en la filosofía antigua tardía, sobre todo en el estoicismo. Ambos seguían la línea abierta por los estudios que publicó el año 1954 Paul Rabbivow Tenemos finalmente su concepción de que el interés que despierta al hombre contemporáneo la filosofía antigua no es sólo histórica o académica, sino sobre todo práctica. El hombre contemporáneo, que vive una profunda crisis, busca una referencia ética para orientarse en el mundo. Ambos dan a estas prácticas antiguas de las que hoy puede aprender el hombre actual el nombre de
ejercicios espirituales. Los dos intentan desligar este nombre de sus connotaciones religiosas. Pasemos ahora a los desacuerdos, Hay, de entrada, un desacuerdo metodológico que le supone a Hadot una reserva seria con respecto a los trabajo de Foucault. Hadot es un hombre muy meticuloso y para él el rigor metodológico es imprescindible. El método de Foucault no le parece claro, sobre todo por la manera como accede a los textos. Considera a Foucault un lector poco formado filológicamente para acceder a los textos antiguos. No domina ni el griego ni el latín, le faltan incluso criterios precisos para las traducciones, que le lleva a utilizar algunas poco serias. El paciente Hadot se rebela contra el impaciente e intuitivo Foucault. Pero Hadot es lo suficientemente inteligente como para reconocer el genio filosófico de Foucault y esto le lleva a valorarlo y respetarlo.
La segunda cuestión tiene que ver con sus interpretaciones respectivas de la historia de la filosofía. Se trata de la manera como interpretan la pérdida de la dimensión espiritual de la filosofía. Por espiritualidad tampoco entienden aquí lo mismo. Foucault entiende simplemente la capacidad transformadora de la verdad sobre el sujeto. Hadot entenderá algo más radical. Entenderá espiritualismo, que quiere decir la finalidad de superar el yo en nombre de lo Universal ( El cosmos, la Humanidad ). Lo que discuten, sobre estos presupuestos diferentes, es cuando la filosofía deja de ser una forma de vida. Foucault considera que es a partir de la transformación del sujete ético en sujeto epistémico, que empieza con Descartes. Pero tiene como precedente la teología aristotélico-tomista. Es decir, que es el propio Aristóteles el precedente final. Aristóteles no es para Foucault la culminación de la filosofía griega sino una excepción, ya que es el único que separa el saber práctico del teórico. La teología, como cúspide del saber teórico es un saber sobre Dios como Causa final del Cosmos. Pero este conocimiento no implica ninguna transformación. Este planteamiento se mantendrá a lo largo del medievo, sobre todo con la escolástica y llevará hacia Descartes. Paralelamente habrá otra concepción de la filosofía que mantendrá la espiritualidad : Spinoza, Hegel, Nietzsche. Pierre Hadot cree, por el contrario, que la ruptura hay que entenderla a partir de la diferencia entre filosofía y discurso filosófico que se establece al final de la época romana y que se abrirá un planteamiento escolástico de la filosofía. Es decir, la comprensión de la filosofía como discurso básicamente textual que se comentará y se estudiará. Será en la época medieval cuando se entenderá la filosofía como un discurso teórico auxiliar de la teología. En la época moderna se prolongará en la filosofía académica, que entenderá la filosofía en su doble acepción de discurso y de comentario de textos. Pero Hadot no lo vincula ni a Aristóteles ni a Descartes, cuyas meditaciones metafísicas serán un ejemplo claro de ejercicio espiritual. También lo son,por ejemplo, Spinoza. Schopenhauer, Nietzsche y Wittgenstein. Nietzsche será un referencia común, aunque desde dos lecturas diferentes. El Nietzsche de Foucault es corrosivo en todos los ámbitos filosóficos. Es el Nietzsche que se levanta contra los Ideales platónicos universales: la Verdad, el Bien,la Belleza. Es el Nietzsche que denuncia el cristianismo y sus valores morales. Es el Nietzsche que afirma la vida en su finitud trágica. El Nietzsche de Hadot me parece algo forzado, en el sentido que selecciona elementos muy parciales de sus trabajos: la perspectiva de pájaro, el eterno retorno como búsqueda de la eternidad. En todo caso Foucault es, en algún sentido nietzscheano y Hadot claramente no lo es. Spinoza, citado por ambos, lo situaría en la misma tradición de Hadot y no en la de Foucault.
La tercera diferencia es la más fecunda porque es la crítica global y radical de Pierre Hadot a Michel Foucault. Hadot considera que Foucault intenta ver en la filosofía antigua una estética de la existencia y una ética del placer que no existieron. Para Hadot esta ética del placer que reivindica Foucault no existe en ninguna de las escuelas de la filosofía antigua. Por otra parte Hadot considera que cuando Foucault habla de la filosofía helenística y romana como inventores de la subjetividad está haciendo un anacronismo. El sujeto, entendido en términos modernos, era algo que los antiguos nunca consideraron. Para todas las escuelas antiguas, tal como las entiende Hadot, no se trata de inventarse un yo, como decía Foucault, sino de superarlo cogiendo una perspectiva Universal. Esta perspectiva Universal lo es en doble sentido, tanto en el sentido de Humanidad cómo en el sentido de Cosmos. No se trata de desarrollar nuestra singularidad, sino de eliminarla en esta universalidad. El objetivo, para Pierre Hadot es llegar a una sabiduría
( término que no utiliza nunca Foucault) que nos traerá a la paz interior y eliminará la angustia existencial. Foucault cae así, considera Hadot, en un dandismo totalmente ajeno a la época antigua . Aunque su propuesta es también discutible en la época moderna, puesto que tiene el peligro de caer en un esteticismo narcisista. Hadot habla siempre habla de felicidad, nunca de placer. La felicidad dice Hadot sólo la encontramos en un presente que nos trasciende, en una especie de un estremecimiento sagrado, La felicidad es, para Hadot , esta estado de serenidad interior que tan bien describieron los estoicos o entre los modernos, Goethe. Habla así de sentimientos religiosos, en el sentido de estar ligado con un Todo : la filosofía como forma de vida es, para Hadot, un camino hacia la mística. El trabajo interno es entonces un ejercicio espiritual para transformarse, pero saliendo del propio yo. Incluso la perspectiva universal que defiende a otro nivel, que sería la identificación con la comunidad humana, es una planteamiento humanista de base cristiana. La crítica de Pierre Hadot a Michel Foucault fue, en parte fallida, y lo es por una razón esencial. Hadot desconocía el contenido el seminario que realizó Foucault el curso 1981-2 en el Collège de France. Lo desconocía porque no asistió y también porque no se publicó antes de su muerte. Si lo hubiera conocido muchas de sus críticas se hubieran eliminado. Porque es en este curso donde Foucault desarrolla de manera más profunda, rica y matizada la noción de
cuidado de sí. Creo que lo que dice en este seminario hubiera planteado a Hadot cuestiones más complejas de que las que formuló en sus críticas.