Reseña de
Ejercicios espirituales y filosofía antigua( Traducción de Javier Palacio)
Prefacio de Arnold I. Davidson
Madrid : Ediciones Siruela, 2006
Escrito por Luis Roca Jusmet
Podemos considerar este libro como el más paradigmático de Pierre Hadot. En primer lugar, Pierre Hadot desarrolla el concepto fundamental de
ejercicio espiritual, que es el que define su manera de entender la práctica filosófica. Digo
práctica filosófica porque para Hadot la filosofía antigua y la moderna, en la medida que conserva su dignidad, es una forma de vida y no un discurso. Las escuelas antiguas de filosofía, griegas y romanas, tratan del arte de vivir, de cómo aprender a vivir. Este aprendizaje es descrito por estoicos y epicúreos de manera diferente, tal como va tratando Hadot con un lenguaje claro y riguroso, pero la finalidad es la misma. Otro ejercicio espiritual es el que consiste en aprender a dialogar. El diálogo entendido no como confrontación sino como un combate espiritual en el que los participantes tienen un objetivo común, que es el descubrimiento de la verdad. Los dos dialogantes se enfrentan contra un mismo adversario, que es la falsedad. Hay que aprender también a morir, que es entender que somos parte de una Totalidad a la que volvemos cuando abandonamos nuestro pequeño yo. Esto nos lo enseña básicamente la Física del estoicismo a través de la perspectiva cósmica de la totalidad. Hay que aprender también a leer, porque la lectura es una práctica igualmente necesaria que nos enseña a ser capaces de escuchar al otro. El ejercicio espiritual existencial es a la vez un aprendizaje en la manera de mirar, de sentir, de pensar y de actuar : es un ejercicio combinado de la inteligencia y de la voluntad. Ejercicio espiritual igualmente como memorización e interiorización de las normas de conducta. La escritura se convierte entonces en un cuaderno de notas para recordarlas, para actualizarlas, como nos enseña Marco Aurelio en sus meditaciones.
Hay otros dos artículos, magníficos, dedicados a las figuras de Sócrates y de Marco Aurelio . Los presenta como ejemplos de maestros del ejercicio espiritual filosófico, Otro artículo está dedicado a la
conversión, que
es la manera de describir la transformación interna que nos produce la verdad. Sorprende la manera como Hadot es capaz de mostrar que la
conversión interna está ligada en la Antigüedad a la filosofía y no a la religión. Esta es básicamente ritual, que es una práctica externa, exceptuando el caso del budismo y algunas conversiones espectaculares en la tradición cristiana, como la de Pablo de Tarso o Agustín de Hipona.
Vamos recorriendo con el libro los diferentes temas en los que Hadot ha profundizado, como el de la
teología negativa, o el de la filosofía antigua y su relación con el cristianismo. Posteriormente paseamos por una nota autobiográfica y una entrevista muy interesante sobre ética. Un artículo especialmente interesante es el que explica los acuerdos y desacuerdos con Michel Foucault sobre la manera de entender los ejercicios espirituales de la Antigüedad.
El libro es, en definitiva, una auténtica obra maestra de la filosofía contemporánea. Un libro que interesa no solo a los filósofos sino a cualquier lector que quiera aprender el arte de vivir.La traducción. por otra parte, me parece más que aceptable.