Escrito por Luis Roca Jusmet
El 22 de septiembre de 1975 Yves Montand lee en un Hotel de Madrid una declaración contra las penas de muerte que ha dictado el Dictador Franco contra ocho hombres y mujeres acusados de terrorismo. Entre el grupo que acompaña a Montand está Michel Foucault. Los condenados lo han sido por el tribunal de excepción sin posibilidad de defensa. Aparte, es una manifestación contra la pena de muerte. La policía los detiene, los llevan al aeropuerto y los devuelven a París. Allí, Foucault continuará luchando como otras veces, a favor de los derechos de los gobernados, de la resistencia frente a lo insoportable.En la clase que Foucault da el 17 de marzo de 1976 en el Collège de France, Michel Foucault habla de la muerte de Franco. El curso que, empieza a finales de 1975 y que acaba con esta clase, se llama "Defender la sociedad". Es un curso clave por diferentes razones. Una de ellas es, precisamente, que trata por primera vez de la biopoder y la biopolítica como de unas relaciones de poder específicas que son diferentes del poder soberano y del poder disciplinario. El poder soberano es el poder que tiene el monarca sobre la vida y la muerte : dejar vivir y hacer morir. El poder disciplinario, que se inicia en el siglo XVIII, es el poder para disciplinar los cuerpos. Se trata ya de un movimiento inverso : hacer vivir y dejar morir. Los cuerpos han de ser productivos porque se han utilizar por el capitalismo. La muerte pierde valor, ya no se ritualiza. Lo que importa no es la muerte, es la vida. Del poder disciplinario sobre los cuerpos pasamos al poder sobre las poblaciones. Lo que importa ahora no son los cuerpos individuales ( que ya están disciplinados ) sino el conjunto.. Estimular los nacimientos, curar las enfermedades: rentabilizar la vida como algo productivo. lo que importa son los resultados en sentido estadístico : las medias. Se hace vivir y se deja morir.
Foucault, que ya había participado en movimientos contra Franco, analiza la muerte del Dictador en estos términos mixtos de poder. El Dictador ejerce siempre un poder soberano : deja vivir y hace morir. pero en el momento de su muerte se le aplica la biopolítica. No se le deja morir : se le hace vivir. incluso cuando está biológicamente en el límite de la muerte se le obliga a vivir. Interesa mantenerlo vivo y todo el aparato médico. Ya no es el soberano. hay un poder anónimo que lo mantiene vivo artificialmente. Esta es la biopolítica, la que regula la vida según los intereses del poder.
Podríamos añadir aquí que en el franquismo se dan el poder soberano, el poder disciplinario y la biopolítica. El poder disciplinario es clarísimo en el funcionamiento de las familias, de las escuelas, de las empresas y del ejército. La biopolítica aparece en básicamente con la entrada de los tecnócratas del Opus Dei. La muerte de Franco misma, como acabo de mostrar, sería una manifestación claro.
El poder, en conclusión, se ejerce muchas veces de manera mixta. La historia de nuestro país nos aquí da este buen ejemplo.