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Reseña del libro
Acontecimiento Slavoj Žižek ( traducción de Raquel Vicedo)Madrid : Sexto Piso, 2014
Luis Roca Jusmet Hace ya una década, encontré casualmente en una librería un libro cuyo título me llamó la atención :
Todo lo que usted quería saber sobre Lacan y no se atrevió a preguntarle a Hitchcock. El ingenio del título me atrapó tanto que compré el libro. Aunque tanto Lacan como Hitchcock estaban dentro de mis prioridades, realmente no sabía nada sobre los autores del libro. Me sorprendió ver que eran de Eslovenia. El coordinador se llamaba Slavoj Žižek. La verdad es que el libro no me decepcionó : era algo más que un título ingenioso. Ciertamente que el ingenio estaba muy presente en todos los artículos, pero eran mucho más que eso : eran interesantes. A partir de entonces fuí comprobando como el ritmo de libros traducidos al español del filósofo esloveno era impresionante. La mayoría de editoriales eran latinoamericanas, muy pocas eran españolas. En realidad Slavoj Žižek era un filósofo desconocido en nuestro país, incluso a nivel de la propia filosofía académica. Escribí un artículo en la revista “El Viejo Topo” , que luego envié a la página web
Rebelión , que se llamaba “¿ Quién es le maldito Žižek ?”. El artículo circuló mucho por internet y puedo enorgullecerme de haber contribuido a la promoción de este pensador. La verdad es que a poco fui cansándome de leerlo y las causas de ello eran tanto objetivas como subjetivas. Las causas objetivas eran básicamente dos : la primera es que Žižek se repetía y la segunda que estaba pagando el precio de haberse convertido en un autor de culto. Cuando digo el precio me refiero en caer en las redes de un público demasiado fiel, demasiado incondicional. Esto, además, produce la reacción contraria es que la descalificación. Slavoj Žižek parecía estar a gusto en esta batalla, que no dejaba de ser un espectáculo, pero que filosófica y políticamente era estéril . Por otra parte había un motivo subjetivo claro : estaba saturado de su estilo y de su discurso. Todo ello me produjo una sana distancia que me permite hoy poder valorar su trabajo desde el conocimiento crítico.
Mi opinión sobre Slavoj Žižek es que, a pesar de los pesares ( que ya he dicho antes), es uno de los filósofos vivos más interesantes y uno de los teóricos de la izquierda más sugerentes. Su filosofía es lo que Kant llamaba una filosofía mundana y Foucault una ontología del presente. Es una filosofía, por decirlo así, impura, que se mezcla con otros saberes para intentar entender el mundo en que vivimos. Mundo que está históricamente determinado, por supuesto. Slavoj Žižek tiene una buena formación filosófica y unos buenos conocimientos de ciencias sociales. Pero su filiación es claramente lacaniana y lo que hace es trabajar filosóficamente la obra de Lacan. Hablar de Lacan es, por supuesto, entrar en polémica y lo único que voy a decir es que es para mí uno de los pensadores más potentes de la segunda mitad del siglo XX. No voy a entrar tampoco en la originalidad o no originalidad de Žižek, que es un lector compulsivo y transforma de manera propia todo lo que asimila. Es cierto que le gusta provocar pero es un provocador inteligente, que hace pensar. Pasando al libro que nos ocupa me parece que es uno de los más recomendables, sobre todo por lo que tiene de sintético y porque parece volver a su frescura inicial. Siguiendo su propia metáfora podríamos decir que es como si Žižek hiciera un viaje alrededor de lo que ya ha escrito. Lo cual no quiere decir que no hayan nuevas aportaciones, sobre todo en un tema que había tocado más tangencialmente y en el que ahora entra más de lleno, que es el budismo. Pero es como recoger lo más esencial. Por supuesto que los tres registros lacanianos ( lo real, lo simbólico y el imaginario) tienen un lugar clave en estas reflexiones. El ingenio es productivo, fecundo, aunque le lleve a planteamientos discutibles, como la manera que trata la historia de la filosofía a partir de la tríada Platón/Descartes/Hegel. Lástima que se haya dejado a Kant ( al que también cita puntualmente, para ser justos), al que en otro momento definió, y me parece que con total acierto, como el fundador de la filosofía en sentido moderno. Hay, por cierto, en el libro algunas reflexiones filosóficas muy potentes. Me ha producido sumo placer su vuelta a las referencias cinematográficas: Žižek sigue siendo inigualable en mezclar géneros y registros. Lo hace con una sutileza que le impide caer en lo confuso o, sencillamente, en el ridículo. Me llama la atención como el filósofo vuelve a sus orígenes al no centrarse en la política. Sigo pensando que, aunque Žižek nos ha brindado buenos materiales para la reflexión política, es quizás aquí donde menos afortunado a estado en algunas ocasiones. Precisamente el libro, que es un recorrido cuyo hilo conductor en
el acontecimiento como ruptura, acaba con un mensaje político ambivalente. Es difícil, dice, que se produzca un acontecimiento político. En la deriva en que nos encontramos un acontecimiento político sería, por supuesto, la única alternativa. Pero Žižek sabe que el cansancio de los descontentos e indignados no se está traduciendo en este acontecimiento político. Ni siquiera los acontecimientos políticos que han aparecido en los últimos años han derivado en transformaciones radicales. También sabe que el hedonismo consumista ha generado lo que llama irónicamente una especie de “reino espiritual de los animales”. Y que el neoliberalismo ha conquistado muchos corazones con su proyecto de hacer de la propia vida una empresa. Porque estos lazos ideológicos se convierten, finalmente, en los lazos materiales de los endeudados. En todo caso el
nota bene con que empieza el último capítulo y acaba el libro es un aviso : no bajemos la guardia, estemos al tanto. La traducción de Raquel Vicedo es, como todas las suyas, excelente. Solo una crítica muy puntual : me parece que un concepto clave de Lacan, el que traduce como Significante-Maestro tiene más fuerza, más sentido si se traduce por Significante-Amo. Se trata en definitiva de un libro para leer y para disfrutar, tanto para los que todavía no conocen o conocen poco a Žižek como los que ya lo han transitado. El viaje intelectual que nos propone el autor es, sin duda, un viaje apasionante. Os invito a seguirlo.