Escrito por Luis Roca Jusmet
Selma me parece una gran película. Me lo parece por diversas razones. La primera es que es un ejemplo de buen cine, con una extraordinaria interpretación, una sólida dirección y un guión bien construida. No estoy hablando de cine innovador sino de un cine podríamos decir convencional pero muy digno, que nos explica algo y nos lo explica muy bien. No voy a entrara en los detalles técnicos ni artísticos sino a reflexionar sobre lo que nos enseña el film.
La primera reflexión es sobre la ambivalencia humana. La historia que muestra la cinta es lo mejor y lo peor del ser humano. Entiendo por mejor la fraternidad, el respeto y el reconocimeinto del otro, la solidaridad, el altruismo, la capacidad de superar el miedo por la dignidad. Los hombres y mujeres que protagonizan la película, empezando por el propio Martin Luther King no son idealistas, en el sentido de lucha por una utopía. De estos no me fío porque son capaces de sacrificarlo todo, a sí mismos y a los otros, por un Ideal. Son personas que luchan por algo muy concreto, que es el reconocimiento práctico de su dignidad. Porque la dignidad pasa por el reconocimeinto de sus derechos. No sobre el papel, sino en la vida real. Entiendo por peor la insolidaridad, el desprecio al otro, la crueldad, la soberbia de sentirse superior. los dos viejos principios de los que nos hablaba Freud remitiéndose a un antiguo que era Empédocles, el amor y el odio como principios básicos. las escenas que muestran lo primero y lo segundo son muy expresivas, tienen mucha fuerza.
La segunda es política. La emancipación pasa por un Estado de Derecho que nos permita ser ciudadanos, sujetos universales de derechos y de obligaciones. Pero igualdad de derechos quiere decir garantía de su cumplimiento. El compromiso necesario del Estado para que se lleven a cabo es lo que pide el movimiento liderado por King. Como dice Rancière la democracia como movimiento de los excluidos por cuestionar el orden que los margina. Lo cual tiene muchas implicaciones porque implica transformar la percepción, el pensamiento, la acción. Detrás de lo que piden los negros está una nueva manera de verse a sí mismo y de ser vistos por los otros. Una forma diferente de pensarse a sí mismos y de ser pensados por los otros. Maneras diferentes de moverse entre los otros y exigencia de otros gestos.
La tercera reflexión es histórica. Actualiza un momento político muy interesante, que es el del gobierno de Lyndon B. Johnson. Reconozco que a mí mismo me sorprendió el que un historiador de izquierdas tan conistente como Josep Fontana afirmara que después de Roosvelt Johnson fuera el mejor presidente de los EEUU. Vemos sus contradicciones, sus miedos pero también su determinación final.
El racismo me devuelve a una conclusión a la que llegado. La via de emancipación humana pasa por lo singular y lo universal contra lo particular. Lo singular nos permite construir una vida propia y lo universal nos hace sujetos universales de derechos y deberes, tanto moral como políticamente. Somos diferentes pero somos humanos. la humanidad como sentimiento que nos une, que nos hace ser con los otros. Lo particular son las identificaciones grupales ( raza, nación, familia, clan) que separa a los propios y los ajenos, a nosotros y los otros, al amigo y al enemigo.
La dignidad es lo que nos hace humanos y desde esta dignidad seamos lo que queramos ser, con los otros y por los otros.