Escrito por Luis Roca Jusmet
Como sabemos, estamos pasando en Cataluña por lo que se ha llamado
el procés. Algunos han sido sus artífices y actores. Otros lo hemos padecido como algo ajeno a nuestros deseos e intereses y a nuestra sensibilidad. Las grandes movilizaciones del
procés han sido impactantes y resultado de muchos factores, no solamente a la ingeniería política de los dirigentes de CDC y ERC. La crisis económica, las frustraciones de muchos tipos, la incompetencia del PP para gestionar el conflicto...Todo a contribuirlo a potenciarlo.
En todo caso, como ciudadano de izquierda, no he compartido los objetivos de este movimiento. Ni me ha parecido que tuviera nada que ver con los ideales de la izquierda. Levantar fronteras para separa, cuestionar los sistemas redistributivos de la riqueza, discriminar por la lengua no me parece que tenga nada que ver con la izquierda. Y muchos menos el balance de un gobierno que lo principal que ha hecho ha sido recortar los servicios públicos.
Tenemos entonces un proyecto político, que es un salto adelante de Artur Mas y de CDC, para transformar un resultado totalmente negativo,el de su gobierno, en un acto épico. Les ha acompañado, por supuesto, ERC, un partido cuyo único objetivo es la independencia al precio que sea. Tenemos un grupo independentista que se pretende de izquierda radical, las CUP. Son gente luchadora pero atrapados en el mito nacionalista, tanto como la buena gente que puede haber en la izquierda abertzale, que el ser luchadora y buena gente no le impidió aplaudir y participar en el ambiente
parafascista que ha dominado el País Vasco durante años.
Pero el problema en Cataluña es la izquierda. Una izquierda que arrastra la teoría leninista del
derecho de autodeterminación, que con su deseo de defender una democracia radical ha caído en la trampa del "derecho a decidir" de los independentistas. Una izquierda que, con el complejo de no ser tachada de españolista y anticatalanista, les ha hecho el juego al soberanista. Esta izquierda, desde el PSC hasta EUiA pasando por ICV, ha sido una fábrica de independentistas. Y los que no se proclaman independentistas siguen con "el derecho a decidir".
Catalunya sí que Pot reune estas contradicciones, añadiendo la de
Podem, que es una marca que ha llegado a Cataluña y que se ha dejado dilapidar la posibilidad de ser una izquierda no nacionalista. De esta manera sigue la trayectoria de ICV y EUiA, pero con más confusiones y con dirigentes menos experimentados que ellos.
En este panorama
Ciutadans ha reclutado mucha población castellanoparlante y con vínculos españoles que se siente agredida por la ofensiva nacionalista.
Estas son mis primeras conclusiones sobre las elecciones.
1) La Generalitat forzó que estas elecciones se entendieran como plebiscitarias. El voto masivo que nos hemos encontrado es el del movimiento soberanista- independentista y el de los antisoberanistas. La pregunta del pebiscito era si se estaba a favor de una declaración unilateral de independencia o no. Los que defendían el voto afirmativo eran
Junts pel Sí y las CUP: Los otros, desde diferentes posiciones, rechazaban esta declaración unilateral de independencia. Los votos de JPS-CUP no han llegado al cincuenta por ciento y él plebiscito, por tanto, lo ha perdido. La gente que ha votado JPS no es toda de derecha, igual que los votos a C´s , que se explican en términos de contraofensiva al movimiento independentista. JPS y las CUP solo podían aliarse para este proyecto, que no era legal y ahora es no es legítimo.
2) Lo que sí pone de manifiesto los resultados es que la mayoría de catalanes quieren revisar el estatuto de Cataluña en España. El gobierno español deber abrirse al diálogo y la negociación. Pero sobre financiación y autogobierno, no sobre independencia.
3) Partiendo de lo anterior es imposible gobernar Cataluña porque los ganadores no tienen ni programa, ni mayoría absoluta, ni alianzas posibles. Debería convocarse nuevas a corto plazo elecciones sobre la base de programas de gobierno.
3) La izquierda ha salido malparada, porque o bien ha quedado atrapada en el juego soberanista ( ICV, Podem, EuiA) o no se ha desmarcado con suficiente claridad ( PSC). Michos posibles votos a la izquierda, no nacionalistas, han ido a Ciutadans. El gran fracaso ha sido el de Podemos, gracias a la miopía política de sus dirigentes.En estos momentos, y a pesar de las reservas, el único referente de izquierda no nacionalista que veo en Cataluña es el PSC.
4) La radicalización del movimiento independentista ha puesto de manifiesto un malestar que estaba oculto, que es el del rechazo por un sector importante de la población catalana a la inmersión lingüística. Los votos de C´s y el PP son también votos contra la inmersión lingüística. Se ha roto un tabú.