Escrito por Luis Roca Jusmet
Cumplir años, cumplir sesenta y cuatro años. Lo que quiere decir que la Tierra ha dado sesenta y cuatro vueltas con mi presencia incluida alrededor del sol. Ciertamente lo que es un enigma no es la muerte, sino la vida, la experiencia del vivir. Lo es seguir viviendo y saber que tu existencia es finita. Cuando vas cumpliendo años esto es cada vez más claro.
Vivo en el otoño de mi vida, que ya es mucho. Nietzsche ni siquiera llegó al otoño y Foucault apenas lo entrevió.
En todo caso aquí estoy, amaneciendo cada día, que no es poco. Como decía Montaigne, es lo único importante y lo único sobre lo que vale la pena pensar, sobre esta vida que vivimos. No solos, sino en el mundo y con los otros. Empiezo mis sesenta y cuatro años releyendo el diario de Ernest Jünger, "Pasados los setenta". El escritor alemán dice que, pensando que no viviría más de treinta años, al llegar a los setenta, edad bíblica, reinicia su diario. también lo haré.Menos intimista, más simplificado. Como cuaderno de notas de una vida que vale la pena mantener lúcidamente con alegría y amor.
La vida se me aparece así como un espiral, como el nuevo retorno al punto de salida, al que vuelves transformado. La transformación física, no nos engañemos, tiende ya a la degradación, aunque no me puedo quejar de mis condiciones físicas. Pero la transformación puede ser en otro sentido positiva y podemos volvernos más sabios.
Pero sin dejar de pensar que cada mañana, al despertarme, lo hago como un samurai que combate cotidianamente contra sus enemigos externos, pero sobre todo internos. Es decir, que entiende la vida como un combate en el que debe hacer lo que debe y para ello enfrentarse a los obstáculos que se lo impiden. Como dicen los estoicos, acepta lo que no puedes cambiar y haz lo que debas en lo que depende de ti.
La vida es también un camino que vamos haciendo al andar, como tan bien decía Antonio Machado. Con nuestros pasos vamos dejando unas huellas en los demás que es, en definitiva, lo que quedará de nosotros.
¿ De vuelta ? En absoluto. Como decía también Antonio Machado, el que dice estar de vuelta es que todavía no ha ido. Mucho que vivir y mucho que aprender, como el maestro Jünger. Y el camino es de ida, no hay vuelta.