Escrito por Lus Roca Jusmet
Žižek explica que la filosofía, ne el sentido moderno, empieza con Kant. Incluso desde Kant reinterpretamos ¡toda la filosofía anterior. Porque a partir de él la filosofía es la reflexión sobre las condiciones de posibilidad del ser, o dicho de otra forma, sobre la manera como los humanos construimos lo que es, el mundo. Žižek es, en primer lugar, kantiano. Pero sus referencia son Marx, por una parte, y Hegel, por otra. Pero ambos pasados por Jacques Lacan. Žižek es un dogmático lacaniano pero para él esto no es un defecto porque cualquier filosofía se basa en una elección axiomática. Los filósofos pueden hablar entre ellos pero no dialogan porque cada cual ( hablando, evidentemente, de los filósofos que marcan una escuela) hace una opción básica, radical que es una elección. Esta opción es, como he comentado, axiomática y como tal no es argumentable. La opción por Lacan es lo que caracteriza a Zizek. El resto está subordinado a esta primera opción. A partir de ella se argumenta, por supuesto, pero nunca podemos argumentar hasta el infinito. Esto ya lo mostró Descartes, aunque para él había una evidencia racional y para Žižek no la hay. Como nada es evidente hemos de decidir. No hay fundamento, no hay una evidencia incuestionable a partir de la que edificar No hay un Otro que nos de garantías. La filosofía es un salto al vació y este salto al vacío es inevitable porque los que no lo hacen aceptan axiomas sin reflexión crítica. la filosofía es entonces una locura, la locura de vivir sin fundamentos. No sin dogmas porque necesitamos siempre un dogma axiomático del que partir. la diferencia es que el filósofo lo sabe y hace el acto de elegir y los no filósofos ( y aquí hablo no de filósofos académicos sino vitales, claro) ni eligen ni saben que tienen un dogma básico desde el que construyen su saber. En todo caso el filósofo renovador inventa un axioma que elabora desde una intuición básica y sus seguidores una escolástica. Todos dogmáticos, dirá sarcásticamente Žižek. Pero la diferencia estaría en que unos saben que este dogma es una apuesta sin fundamento y otros lo ignoran porque creen en este Otro que lo fundamenta ( en el caso de Descartes, la Razón). Esto le lleva a uno de sus filósofos más admirados, Kierkegaard. Pero Žižek no sigue a Kierkegaard porque para éste hay un Dios, aunque los desconozcamos totalmente. Esto le conduce a un idealismo, entendiendo por ello un Todo, un devenir que está cerrado porque tiene una lógica, una finalidad ( aunque siempre lo ignoremos, a diferencia de los estoicos). Žižek es un materialista porque para él el devenir es contingente, es no-Todo, no tiene una clausura.
¿ Qué es el paralaje ? Es una idea que no es original de Žižek sino del filósofo japonés Kojin Karatani, que la elabora a partir de su lectura de Kant y de Marx. El paralaje es el desplazamiento de un planeta cuando cambiamos la posición desde el que lo observamos. El sujeto trascendental de Kant es paraláctico porque no es un sujeto que observa un objeto sino que lo constituye, por lo que el objeto cambia al cambiar la posición del sujeto, ya que el sujeto empíricos el que constituye el objeto empírico. Aquí recurre a Lacan al plantear su estudio de
la mirada en el seminario XI. Nuestra propia mirada es una mancha que aparece en nuestra visión del cuadro. No somos un ojo que contempla lo que hay en el mundo fuera del mundo. Lacan es definido como Alain Badiou como un antifilósofo. Lo cual no quiere decir, afirma Žižek, un juicio negativo : "Lacan no es un filósofo". Tampoco uno afirmativo : "Lacan es un filósofo". Es el juicio infinito : "Lacan es un no filósofo". Lo mismo dice Badiou de Nietzsche y de Wittgenstein.
El sujeto trascendental de Kant es un sujeto vacío porque es supuesto, ya que el real es concreto. Igual que el objeto, que también es empírico y concreto, fenoménico. El objeto trascendental también es supuesto, es el noumeno. Las aporías de Kant son resultado de este movimiento paraláctico. Son dos maneras de enfocar una cuestión sin solución posible. La elección es práctica. Esto ocurre con la dicotoma libertad/necesidad. Por una parte estamos determinados y por otra parte somos libres. Las afirmaciones son ciertas. Elegimos la libertad. Kant, Schelling, Kierkegaard, Nietzsche, Wittgenstein, todos plantean que es la elección práctica la que decide. Incluso, plantea Zizek, el primer Heidegger. El paralaje plantea mantener la tensión, la contradicción, la dialéctica, sin buscar una síntesis ni un complemento de opuestos.
La filosofía sería entonces la afirmación de esta visión paraláctica delante de la cual debernos realizar una elección práctica, manteniendo en este no lugar de la filosofía, esta falta de hogar. Porque cuando queremos salir entramos en la afirmación de un absoluto particular, como el Estado nacional de Hegel o la comunidad de destino de Heidegger. Es Kant, con su defensa de la ciudadanía cosmopolita, el que plantea que hemos de ir a lo universal desde lo singular y no desde lo particular, desde la mediación de la comunidad.
Muchos y complejos temas son los que se plantean aquí. Vale la pena entender como esta visión parláctica se extiende en muchos otros ámbitos : partícula/onda en la física cuántica; deseo/pulsión en el psicoanálisis ; mente/cerebro en las neurociencias.