Escrito por Luis Roca Jusmet
Slavoj Žižek parte de la consideración de Claude Lefort de que el fin de la sociedad tradicional conduce a una indeterminación que solo puede dar lugar a la democracia, en la que el lugar del poder está vacío y puede ser ocupado por cualquiera y el totalitarismo en el que, como decía Freud en su "Psicología de masas" el líder ocupa el lugar del Ideal. La autoridad tradicional se basa en la mística de la institución. Es un poder performativo , un poder fálico basado en el ritual simbólico, El rey está desnudo, efectivamente, pero no importa porque se le atribuye este cuerpo segundo invisible que le da eficacia simbólica. ¿ Qué pasa con la autoridad en la sociedad moderna, donde como anticipó Marx todo lo sólido se disuelva. En la sociedad liberal tenemos la autoridad invisible, manipulativa, de lo que Lacan llamaba el discurso universitario, es decir científico-tecnológico. El Otro no existe, el cuerpo del rey está desnudo pero hacemos como si estuviera vestido. Obedecemos por el conformismo de sujetos narcisistas y consumistas. La autoridad totalitaria se basa, como decía, en la identificación con el líder y con el grupo que representa. El rey puede estar desnudo, en el peor de los casos, pero es como si dentro de este cuerpo se mantuviera algo valioso que representa al Otro ( la nación, el pueblo, la raza, el pueblo).Es la servidumbre voluntaria y el rechazo del goce del Otro.
Hay una diferenciar, de todas maneras, entre el totalitarismo nazi y el estalinista. El nazismo es un delirio paranoico, es levantar un Otro, que es el Partido como representante de la Raza, contra este Otro amenazador, que son los judíos. El goce del estalinismo es, por el contrario, un goce perverso, porque los comunistas son un instrumento para el goce del Otro, que es la Clase obrera portadora de un destino histórico emancipador. Al contrario que en la democracia, que considera que los antagonismos son internos, que quiere convertir el antagonismo en agonismo, en el totalitarismo el antagonismo es entre los que están dentro y los que están fuera, que hay que eliminar. Para los nazis hay que exterminar a todos los que entran en este Otro amenazador. Pero para los estalinistas cualquiera que no sea un instrumento adecuado del Partido es un traidor a eliminar. Esto hace que, paradójicamente, las posibles victimas estén mas definidas en el nazismo que en el estalinismo, en el que cualquiera puede ser la siguiente víctima, incluso el verdugo de hoy. De todas maneras para Žižek hay algo de verdad en el estalinismo, que es que es un resto de la Revolución rusa. Esto hace que a veces Žižek provoque a la izquierda liberal definiéndose como un estalinista dogmático. Mientras que en el nazismo no hay nada de verdad, es un puro simulacro. pero en todo caso es el goce del superyo más oscuro el que está en juego. El mal se fundamenta entonces en este goce del odio y del fanatismo.
Claro que, al final, como el mismo Žižek experimentó como ciudadano de un pais comunista, el totalitarismo acaba en su propio simulacro y nadie se cree lo que se predica, con lo cual pasamos a un pais de cínicos donde se cumple la ley por miedo. Entonces si podemos hablar de la banalidad del mal.