Violencia y monoteismo
Jan Assmann
Introducción de Lluís DuchTraducción de Myka Lahoz
Barcelona : Fragmenta editorial, 2014
Este es un libro que me parece de lectura imprescindible para entender la violencia política contemporánea. Es un libro sintético, claro y preciso, escrito por un buen conocedor del tema, de la cultura y la historia de las religiones,el egiptólogo Jan Assmann ( Langelsheim, Alemania,1938).Assmann plantea la tesis de que el monoteísmo adquiere, desde su formación ( judaísmo) una forma violenta a partir de la distinción mosaica ( es decir de la Ley formulada por Moisés) entre la religión verdadera y la religión falsa. Distinción que establece la necesidad de la conversión a partir de la revelación. Este fenómeno tiene un carácter necesariamente revolucionario y surge de la idea de que hay un solo Dios verdadero y que el resto de los dioses son falsos, por lo tanto de establecer la dialéctica excluyente entre el amigo y el enemigo. La violencia religiosa aparece entonces con Moisés y su invención ( el judaísmo ) y continua con el cristianismo y el islamismo, porque es una violencia política en la medida en que se considera obligado a imponer una ley universal y la ley, como sabemos, necesita la violencia. "Allí donde había dioses debe advenir Dios" es la proclama monoteísta y con ella aparece la violencia iconoclasta.Hay un análisis muy interesante de los tipos de violencia, al inicio del libro. Por una parte "la violencia pura", la que se basa en los afectos de la ira,los celos y el miedo. Contra la “ violencia pura” aparece otra, que es la cultural, que podemos dividir entre la social ( que es la que sostiene la autoridad), la jurídica ( como regulación interna), la de Estado ( orientada hacia lo externo), la ritual ( vinculada a lo religioso )y la religiosa, que aparece precisamente con el monoteísmo. En realidad la violencia política sería la que aparece en lo jurídica, en la de Estado y a partir de entonces en lo religioso. Es decir que la violencia religiosa no es algo consustancial a ninguna religión sino que surge históricamente con el monoteísmo y su manera de afirmarse. Lo cual quiere decir, y esta es la propuesta de Assmann, que es el monoteísmo el que debe separarse de la política. Separarse de la política le posibilitaría justamente ser lo contrario de lo que en buena parte, es decir tener una función de pacificar y no de alimentar la violencia.
Hay muchos elementos sugerentes que se analizan en este libro, como por ejemplo la interpretación freudiana de Moisés y el monoteísmo como encuentro traumático y retorno de lo reprimido. Igualmente la importancia de lo escrito en el establecimiento de esta violencia.
¿ De qué se trata entonces ? Pues de despolitizar la religión. Porque cuando la política se mezcla con identidades religiosas o culturales entonces aparecen las lógicas excluyentes, el racismo cultural y el totalitarismo. Me gustaría añadir como este peligro no afecta únicamente a los fundamentalismos religiosos sino también a los ideológicos y etnicistas. Ideológicos en el sentido de que cuando una ideología se presenta como verdadera frente a las otras como falsas entonces nos encontramos con derivas como el estalinismo o el fascismo. Pero también el nacionalismo, que parece una herencia de este monoteísmo, puede adquirir esta violencia política de exterminio.Se trata , en definitiva, de un libro recomendable, ya que como he comentado al principio, es una reflexión rigurosa pero divulgativo, no cae en la pesadez de lo académico. El estilo es fluido y la traducción impecable. La introducción de Lluís Duch, por otra parte, es una excelente introducción al autor y al tema.
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