Escrita por Luis Roca Jusmet
Corre el tópico de que la ética kantiana tiene un carácter rígido y rigorista, al estilo de la moral protestante. Discrepo. pero antes de entrar en la discusión un pequeño paréntesis sobre la diferencia entre ética y moral. Esta diferencia es tan confusa en su uso que hace que la traducción del original kantiano a veces sea moral y a veces ética. Personalmente creo que la diferencia más fecunda es la de considerar que la ética es el compromiso global de cara a la acción de cada cual y el aspecto moral es el compromiso con el otro. En todo caso a partir de esta definición es correcto hablar de ética kantiana y de moral protestante.
Mi lectura de la ética kantiana es la siguiente. Lo que propone Kant es que ser libre quiere decir que, en lugar de estar determinados por las leyes naturales, es decir por las tendencias instintivas o emotivas podemos decidir lo que queremos hacer. Es libre, por tanto, el que hace lo que quiere y no lo que sus tendencias le llevan a hacer. Esto esta en la línea de los antiguos, que entendían que la libertad era no ser esclavo ni de los otros ni de las propias pasiones. de esta manera hay que entender lo que dice Kant cuando afirma que es la razón práctica y no los sentimientos los que deben determinar nuestra acción. razón práctica quiere decir lo que vemos que hemos de hacer. ¿ En función de qué ? En función de un proyecto de vida compartido. La ley moral, el deber no es otra cosa que esto, seguir los fines que nosotros mismos nos marcamos. Esto es, además, la dignidad humana. Elevarse por encima de lo inmediato nos humaniza.
lo cual implica un respeto hacia uno mismo. Nada que ver con la llamada autoestima, término formulado por la psicología americana al uso que lleva a más confusiones que a clarificaciones. Sobre todo porque no queda claro lo que debemos querer, si es la propia imagen o otra cosa similar, Y además demasiada auotoestima lleva a la vanidad.
El respecto por uno mismo es reconocer la propia dignidad.
El respeto es la cuestión clave, el reconocimiento de la propia dignidad y de la dignidad del otro.
Pero no hablamos de principios teóricos sino prácticos. esto quiere decir que la concepción de la propia dignidad y respeto a uno mismo y al otro es algo que está interiorizado e inscrito en la propia actitud. No solo este principio es la base de la ética y la moral necesarias son también de la política. La Declaración de Derechos Humanos se basa en la idea de dignidad de los humanos y del respeto que deriva de ello.
Con esta actitud, con este principio estamos inmunizados contra el racismo, el machismo, la xenofobia.. Todos los fundamentalismos ideológicos y religiosos se basan en la dignidad de las creencias por encima de las personas. Como decía Kant nos lleva a vernos a nosotros mismos y a los otros como un medio, no como fin. Somos entonces de sacrificar nuestra vida y la del otro por una Idea a la que damos la dignidad y al respeto. esta es la peor versión del idealismo. No queremos ni héroes ni santos, solamente personas con una dignidad capaces de respetarse a sí mismo y al otro.
Aunque tengan razón posteriormente los utilitaristas como John Stuart Mill que convertirnos en seres morales nos beneficia a todos y la moral es socialmente útil si se entiende como respeto al otro, también tiene razón Kant cuando dice que la moral nos dignifica y por tanto puede considerarse como un fin en sí mismo, no solo un medio.