Escrito por Luis Roca Jusmet
John Locke (1632-1704) es contemporáneo de Baruch Spinoza ( 1632-1677), Jean-Jacques Rousseau ( 1712-1778) es un par de generaciones posterior a ambos. Desde los manuales de filosofía se presenta a Spinoza y a Locke como los representantes de dos corrientes filosóficas opuestas : el emprirismo y el racionalismo. Según parece no tuvieron ninguna relación, ni directa ni epistolar. El único enlace indirecto podía ser Leibnitz, que se interesó por Spinoza y que mantuvo un debate público con Locke. Por otra parte, Rousseau se considera uno de los representantes de la ilustración francesa, al igual que Locke de la británica. Parece que, aunque no le explicitara, Rousseau pudo haber estado influenciado por Spinoza. No se conoce ni se deduce que Locke, tuviera ninguna inlfluencia sobre él. Aunque sí la tuvo con David Hume, que de alguna manera es continuador de Locke.
La cuestión es que me gustaría sugerir la hipótesis, algo aventurada quizás, pero que puede resultar sugerente, de que Locke y Spinoza son, de manera complementaria, los dos inciadores de la democracia moderna, es decir del liberalismo político democrático. Ambos son deudores de Hobbes, en la medida en que es el iniciador de la concepción moderna y contractualista del Estado de derecho, es decir, de un Estado emancipado de la moral y de la religión que se justifica a sí mismo como garantizador de derechos. Aunque Spinoza y Locke optan, frente a Hobbes, por la soberanía de los ciudadanos, que no pueden transferir, como plantea Hobbes, al Estado. Esto significa optar por la democracia, es decir por la participación ciudadanos en la elaboración de las leyes. Lo hacen porque consideran que es la consecuencia política del contractualismo. Si son los ciudadanos que forman un Estado y los que han firmado hipotéticamente el contrato social, son ellos los soberanos y no pueden renunciar a ella. Pueden delegarla, pero con mecanismos de participación y control del gobernante. Spinoza lo plantea a través de una reivindicación de la vieja idea de democracia como gobierno de la mayoría, aunque aceptando que puede existir un gobierno mixto monárquico/democrático o aristocrático/democrático. Locke apuesta por un Parlamento elegido por los ciudadanos, cuya función es elaborar las leyes y planteando incluso una separación de poderes entre este poder y el ejecutivo. Incluso, yendo más lejos, dando a los ciudadanos el derecho a rebelarse si el estado se transforma en tiranía. Aunque Locke tampoco utilizará nunca la palabra "democracia", que tiene el sentido de gobierno de la mayoría entendido como gobierno de los pobres.
Spinoza aporta su agudo análisis antropológico y una idea de la democracia como cooperación, como algo más que un instrumento para garantizar la propiedad ( de la vida, de la libertad, de los bienes). Lo hace sin renunciar al liberalismo, sin caer en un republicanismo de tipo comunitarista como Rousseau. Spinoza es más radical que Locke en la defensa de la libertad de expresión y en su crítica a la religión.
Ni Spinoza ni Locke son capaces, de todas maneras, de dar un carácter universal a la plena ciudadanía. los dos excluyen a las mujeres. Locke considera que solamente el que es propietario de su vida, que no depende de otro, puede tener derechos políticos. Spinoza plantea algo similar. Pero crean las condiciones para la universalización, que no deja de ser la consecuencia lógica de su planteamiento y que necesitar{an los movimientos emancipatorios para realizarse.
Interpretaciones muy parciales han convertido a Spinoza en un defensor de la democracia radical y a Locke en un ideólogo del capitalismo. Ni lo uno ni lo otro. Ciertamente que Locke es un propietario que está muy preocupado en hacer de la propiedad lo que el Estado debe garantizar. Pero para Locke la propiedad tiene una dimensión más amplia y más social que la que entiende el neoliberalismo.aunque Spinoza pudo influir a Rousseau, hay que situarlos en dos tradiciones políticas distintas, que son las del liberalismo y el republicanismo modernos. Modernos quieren decir que parten del planteamiento que se inicia con Hobbes del Estado como garantía de derechos, que se fundamenta en un contrato social que transforma a los individuos humanos en ciudadanos, es decir en sujetos de derechos y de deberes. Es el paso del derecho natural a la ley.
Spinoza y Rousseau comparten, con matices, el planteamiento, ya que no plantean una ruptura tan radical como en Hobbes entre el derecho natural y la ley, lo que les lleva a entender que la libertad natural no se niega sino que se transforma en libertad política. También podemos considerar que ambos entienden el estado de una manera más democrática que Hobbes, partidario de un poder más absoluto por parte del Estado. También hay una posición común cuando formulan la idea de una comunidad política que tiene una fuerza propia, Es decir, una concepción del Estado que no se reduce a proteger lo privado, que es capaz de dar el salto de lo privado a lo público, al bien común.
Pero, más allá de su carácter contractualista y de otras similitudes que los separan de Hobbes, hay entre Spinoza y Rousseau diferencias radicales.
La más importante es que Rousseau, aunque es moderno por su planteamiento contractualista, plantea un retorno a los valores republicanos romanos, al igual que Maquiavelo. Rousseau es lo que posteriormente se ha llamado un comunitarista. Considera que el ciudadano se realiza en el corpus político, en la participación y en la renuncia a su voluntad individual en función de la voluntad general. dicho de otra manera, lo que hace Rousseau es diluir al individuo en la comunidad. Su concepción de la patria puede considerarse incluso una base teórica para el nacionalismo, aunque sea cívica. Defiende las virtudes cívicas, republicanas. Spinoza defiende siempre la libertad de pensamiento
Spinoza no es básicamente un republicano, es un defensor de las libertades y los derechos de los ciudadanos. Para Spinoza la sociedad civil es un conjunto de fuerzas que deben articularse para cooperar o, como mínimo, para reconocer al otro. El Estado es, por tanto, el que ha de garantizar seguridad para que cada cual pueda vivir según su deseo, conviviendo de la mejor manera con los otros. La felicidad es individual, no social. Su teoría política depende de su ética, que para él es singular. No es a través de un proyecto social, comunitario, como se realiza el ciudadano, sino a través de un proyecto ético que la política le posibilite. Lo cual no quiere decir que sea un planteamiento individualista o competitivo. Lo que sí quiere decir es que. aunque la sociedad nos permita compartir y nos permita cooperar, lo cual es bueno, la sociedad es el conjunto de los ciudadanos y sus interacciones. Hay que ver entonces como
las leyes posibilitan esta libertad en un contexto de seguridad. Es un liberalismo político más que un republicanismo. Pero si podríamos considerarlo en la línea de lo que plantea Philip Pettit, que es un liberalismo republicano o un republicanismo liberal democrático. Pero no, como plantea Rousseau, un republicanismo comunitarista.