Escrito por Luis Roca Jusmet
Pierre Macherey escribió en 1993 un texto muy interesante relativo a la relación de ambos filósofos que tituló "De Canguilhem a Canhilhem pasando por Foucault." Aunque Georges Canguilhem fue un maestro de Foucault la influencia fue, como sabemos, recíproca. El tema que plantea Macherey como núcleo problemático es el de las normas, fundamental en ambos filósofos. En ambos casos la reflexión filósófica está ligada a las ciencias biológicas y sociales respectivamente. Las preguntas son :
¿ Porqué el ser humano se dota de normas ?
¿ De dónde saca su poder ?
¿ Hacia donde se orientan ?
Para Canguilhem todo ser vivo, no solo el hombre, es constitutivamente inacabado. Son los límites con los que se encuentra el ser vivo, sus errores, los valores negativos que le obligan a ser creativo, a forjarse normas. En su
Ensayo sobre algunos problemas relativos a los normal y a lo patológico Canguilhem habla del viviente como sujeto de la experiencia, un singular existencia que tiene a conservarse desarrollando su potencia. Es el esfuerzo espontáneo de la vida. La experiencia puede ser consciente o no consciente. Las normas son inmanentes a la vida. En el caso de la enfermedad, tema del libro, Canguilhem critica la concepción positivista en la que el enfermo es el objeto y reivindica al sujeto de la enfermedad. Se trata de una descripción fenomenológica del juego de normas que se ponen en marcha frente a la enfermedad.
Veamos el planteamiento de Foucault. En
El nacimiento de la clínica ( escrito en 1963, 20 años después del de Canguilhem ) señala un vértice en el que el enfermo ocupa el lugar del objeto mirado. En los otros está el médico y la institución. Pero la experiencia que se produce no es fenomenológica, es arqueológica en la medida reflejan una "a priori" histórico.
Pasamos de Canguilhem a Foucault de la normatividad biológica a la normalización social. La pregunta es si para Canguilhem es posible pasar la idea de normatividad biológica a lo social. La respuesta es que no. Lo social no es una derivación de lo biológico. Pero tampoco es su contraposición. Hay que reflexionar sobre lo natural y lo social. El conocimiento de la propia vida es social. El hombre es sujeto y objeto a la vez.
Macherey añade que la normatividad hace referencia al sufrimiento y la muerte, que es lo que devuelve al ser vivo a su realidad, que es la amenaza de la muerte. Por lo que la muerte, en la experiencia clínica, deja de ser un absoluto ontológico y pasa a tener un carácter epistemológico, ya que ilumina lo que es la vida, su secreto y su verdad.
En todo caso Canguilhem y Foucault nos plantean una interesante reflexión sobre las normas y el doble sentido de normativizarse o de normalizarse, en un aspecto biológico y otro social. Pero lo que indudablemente aporta Canguilhem a Foucault es el sentido positivo, productivo de la norma frente al puramente negativo-judicial de la prohibición.