Escrito por Luis Roca Jusmet
Anne-Marie Thiesse, directora de investigación en el Centre Nacional de la Recherche Scientífique, es la autora de un libro que me parece fundamental para entender el concepto moderno de nación y el fenómeno nacionalista. Hablamos de la formación de las identitades nacionales.
La hipótesis de la autora es fuerte : " El verdadero nacimiento de la nación es el momento en que un puñado de individuos declara que existe y se empeña en probarlo". Esta voluntad política se logra cuando tiene el plesbiscito del Pueblo". ¿ Y qué es el Pueblo sino una abstracción que estaría en la base del supuesto contrato social y al que precisamente la nación le da un contenido ? . Pero este contenido es una rica herencia, simbólica y material de la que sus miembros se consideran partícipes". Es el culto a los antepasados, desde el mito originario, es el debe mantenerse a través del relato histórico que le da continuidad hasta el presente. hay que difundir el patrimonio y difundir el culto. Pero hay que inventar el patrimonio y esto es una larga y esforzada tarea. No se trata de crear algo que no existe pero tampoco de transmitir algo existente. Hay que hacer un auténtico trabajo de bricolaje: reconstruir de manera más o menos fiel, inventar si hace falta, distorsionar si es necesario, potenciar lo que interesa. Hay que fabricar una identidad colectiva, una ficción a la que hay que adherirse.
Anne-Marie Thiesse es clara : la nación es un invento moderno que no existía antes del siglo XVIII. Nace en Europa con un modelo que se va globalizando. Pero hay aquí un carácter claramente paradójico: la nación nace con la modernidad pero es antimoderna. Lo cual quiere decir que la modernidad establece y se basa en el cambio y la universalidad ( de los mercados, los derechos ) pero al mismo tiempo necesita un complementario que es la nación, que se basa en la tradición y su conservación y la particularidad diferenciada.
En la primera parte trata de la identificación de los ancestros. La revolución estética que comporta, siempre con la paradoja del cosmopolitismo de lo nacional, es decir la universalización de la particular. Continúa con el tema central de la lengua, la fabricación de epopeyas y de la historia nacional. La segunda parte de como se van configurando un folklore, a partir de la recogida y potenciación de costumbres más o menos arraigadas, de la construcción de un arte nacional, de exhibiciones identitarias y de museos patrióticos. Es de agradecer el trabajo de documentación acumulada para justificar las afirmaciones más generales. Muchos son los ejemplos, muchos son los países citados.
La tercera parte, más teórica, trata sobre la inscripción del fenómeno identitario en la cultura de masas.
En conjunto es un libro que me parece fundamental para entender el nacionalismo moderno.