"En la época de Zaratustra, la juventud burguesa todavía quería parecer vieja. Entonces ser joven era más bien un inconveniente para hacer carrera. Se recomendaban medios para acelerar el crecimiento de la barba, y las gafas eran símbolo de estatus. Se imitaba a los padres y se exhibía el rígido aspecto de asesino del padre, los jóvenes adolescentes se escondían detrás de levitones, y se les enseñaba andares comedidos. Antes, la "vida" se tenía por algo desencantador, la juventud tenía que romperse los cuernos contra ella. Ahora, en cambio, la "vida" es lo fogoso y "marchoso", y con ello, lo juvenil mismo. "Juventud" ya no es una mancha que deba ocultarse. Por el contrario, lo que debe justificarse ahora es la edad avanzada, que se halla bajo las sospechas de estar paralizada y enfermiza."
Rüdiger Safranski: Nietzsche, pàgina 343.