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Tomado, también, de Pensamiento en imágenes, casi un haiku.
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Etiquetas: Estética, ética, arte_vivir
Tomado de pensamiento en imágenes
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Etiquetas: arte_vivir, estética, ética
"El Sócrates de Platón’ es aparentemente uno de los personajes, reales o literarios, más enigmáticos de la antigüedad, o al menos de los más contradictorios de entre los autores que pertenecen al acervo universal. Un tábano para la ciudad de Atenas , que por una misión divina se habría dedicado a interrogar a sus ciudadanos, tratando de despertarles, de persuadirles y reprocharles, de mostrarles que no saben, cuando creían saber . Alguien que considera que una vida sin examen no merece la pena, y que ayudaría sin forzar, en un sentido o en otro, a que cada uno de sus interlocutores llevara a cabo un examen de sí mismo. Un ser, vivo o literario, que consideraría que es peor hacer el mal que recibirlo y que nadie hace daño a sabiendas…
Lo constitutivo de Sócrates y del concepto de ironía sería, pues, una distancia. Entre la sinceridad y una disimulación cercana al engaño, oscilando entre ellos, estaría el ocultamiento, que no engaña, pero que tampoco revela. En esa alternancia se asemejaría la ironía a la dialéctica y en su ser indiferente a la verdad y falsedad se alejaría de ella…
En una ocasión, según nos cuenta Jenofonte, el sofista Hipias acusó a Sócrates de hacer preguntas sobre las virtudes, pero sin ofrecer nunca sus respuestas. Y éste le respondió, de un modo en principio sorprendente, que él siempre estaba «demostrando» su propia concepción de la justicia. Al pedirle Hipias que definiese lo que es la justicia, le respondió que su demostración consistía en que él nunca actuaba injustamente, y que sus acciones eran una evidencia mucho más seria que sus palabras...
Como decía cierto filósofo, si quieres saber si alguien es un santo, no le pidas una demostración, un argumento ligado a un paradigma de racionalidad científica, una demostración lógico-deductiva, pídele que te muestre su vida. La filosofía, la ética, el magisterio socrático podrían ser una cuestión más mostrativa que demostrativa. El saber de la arete no sería un saber técnico, de la techne, que consistiría en un saber de los medios adecuados para alcanzar metas determinadas, y que nada se plantearía sobre éstas, esto es, un saber éticamente neutral, sino que sería una pregunta por estas metas...
La ironía de Sócrates como forma de vida no se defiende con argumentos de tipo lógico-deductivos, pero tampoco queda en la mera proposición, ni en la persuasión, esto es, en una suerte de proceder irracional. Antes bien, a mi juicio, la propuesta socrática descansaría en una concepción amplia de racionalidad, en el mostrar cómo un modo de vida puede contribuirá enriquecer el nuestro, o en mostrar cómo estamos en contradicción con aquel en el que nos encontramos. Se trataría en realidad de dejar que cada uno en base a esas preguntas y sus respuestas, tuviera en cuenta estas consideraciones a la hora de cambiar su vida, de fundamentar sus preferencias, de reintegrarse en su comunidad discursiva. Y la propuesta socrática sería además, puede desprenderse de lo dicho, una propuesta social, para la.polis, y no sólo un proyecto personal, para el cuidado de sí."
tomado de Vicente Raga Rosaleny: La ironía socrática como arte de vivir
"El Sócrates de Platón’ es aparentemente uno de los personajes, reales o literarios, más enigmáticos de la antigüedad, o al menos de los más contradictorios de entre los autores que pertenecen al acervo universal. Un tábano para la ciudad de Atenas , que por una misión divina se habría dedicado a interrogar a sus ciudadanos, tratando de despertarles, de persuadirles y reprocharles, de mostrarles que no saben, cuando creían saber . Alguien que considera que una vida sin examen no merece la pena, y que ayudaría sin forzar, en un sentido o en otro, a que cada uno de sus interlocutores llevara a cabo un examen de sí mismo. Un ser, vivo o literario, que consideraría que es peor hacer el mal que recibirlo y que nadie hace daño a sabiendas…
Lo constitutivo de Sócrates y del concepto de ironía sería, pues, una distancia. Entre la sinceridad y una disimulación cercana al engaño, oscilando entre ellos, estaría el ocultamiento, que no engaña, pero que tampoco revela. En esa alternancia se asemejaría la ironía a la dialéctica y en su ser indiferente a la verdad y falsedad se alejaría de ella…
En una ocasión, según nos cuenta Jenofonte, el sofista Hipias acusó a Sócrates de hacer preguntas sobre las virtudes, pero sin ofrecer nunca sus respuestas. Y éste le respondió, de un modo en principio sorprendente, que él siempre estaba «demostrando» su propia concepción de la justicia. Al pedirle Hipias que definiese lo que es la justicia, le respondió que su demostración consistía en que él nunca actuaba injustamente, y que sus acciones eran una evidencia mucho más seria que sus palabras...
Como decía cierto filósofo, si quieres saber si alguien es un santo, no le pidas una demostración, un argumento ligado a un paradigma de racionalidad científica, una demostración lógico-deductiva, pídele que te muestre su vida. La filosofía, la ética, el magisterio socrático podrían ser una cuestión más mostrativa que demostrativa. El saber de la arete no sería un saber técnico, de la techne, que consistiría en un saber de los medios adecuados para alcanzar metas determinadas, y que nada se plantearía sobre éstas, esto es, un saber éticamente neutral, sino que sería una pregunta por estas metas...
La ironía de Sócrates como forma de vida no se defiende con argumentos de tipo lógico-deductivos, pero tampoco queda en la mera proposición, ni en la persuasión, esto es, en una suerte de proceder irracional. Antes bien, a mi juicio, la propuesta socrática descansaría en una concepción amplia de racionalidad, en el mostrar cómo un modo de vida puede contribuirá enriquecer el nuestro, o en mostrar cómo estamos en contradicción con aquel en el que nos encontramos. Se trataría en realidad de dejar que cada uno en base a esas preguntas y sus respuestas, tuviera en cuenta estas consideraciones a la hora de cambiar su vida, de fundamentar sus preferencias, de reintegrarse en su comunidad discursiva. Y la propuesta socrática sería además, puede desprenderse de lo dicho, una propuesta social, para la.polis, y no sólo un proyecto personal, para el cuidado de sí."
tomado de Vicente Raga Rosaleny: La ironía socrática como arte de vivir
De la misma manera que hay grandes artistas, genios, del arte, de la pintura o la escultura, o el cine y la música, también existen grandes genios de la vida buena. Aunque quizás éstos, a menudo, no sean muy famosos (¡al contrario!)
Nos debemos empeñar en desarrollar este arte, porque en ello nos va la vida, la dignidad, el ser en plenitud persona y humano, y hasta una dosis de razonable felicidad. Pero forma parte de este arte, saber las destrezas y los conocimientos con los que uno dispone de principio. Si uno no quiere desanimarse pronto en este empeño, debe aceptar humilde, modesta y sensatamente, sus condiciones de partida.
Los modelos ideales no están cerca, los valores (en los que se nos pretende educar) no son fácilmente realizables. De entrada no vamos a hacer una obra maestra, ni de casualidad. Los modelos y valores marcan un camino, una ruta, y lo importante al principio es ponerse en camino. La imposición de un gran valor o un gran modelo puede perturbar nuestro sentido común y nuestra comprensión justa de (nosotros en) la realidad, y volverse un obstáculo o algo que nos ciega.
Por otra parte, no está de más recordar que la ética es filosofía primera, tal como ha dicho algún filósofo. De qué me sirve tener grandes conocimientos y poderes si no los encarno en una vida buena, justa, honesta… Esta ética tiene una dimensión interna y externa a la vez. Si mi disposición interna es la correcta, acierto actuando afuera. Adentro de mí y afuera con los otros.
Comprender el afuera y comprender el adentro, desde el sentido común y con equilibrio. Es tan fácil imaginar todo esto cuando creemos que no somos sino máquinas interconectadas… ¡Qué va! Están las energías: deseos, emociones, sentimientos… que nos traen y nos llevan, en este adentro-afuera, con fuerza, a empujones, sin darnos casi tiempo.
Realmente no somos artistas aprendiendo en un tranquilo estudio, en una salita confortable, sino artistas callejeros, bailando bajo los soportales, soportando las inclemencias de tiempo.
De la misma manera que hay grandes artistas, genios, del arte, de la pintura o la escultura, o el cine y la música, también existen grandes genios de la vida buena. Aunque quizás éstos, a menudo, no sean muy famosos (¡al contrario!)
Nos debemos empeñar en desarrollar este arte, porque en ello nos va la vida, la dignidad, el ser en plenitud persona y humano, y hasta una dosis de razonable felicidad. Pero forma parte de este arte, saber las destrezas y los conocimientos con los que uno dispone de principio. Si uno no quiere desanimarse pronto en este empeño, debe aceptar humilde, modesta y sensatamente, sus condiciones de partida.
Los modelos ideales no están cerca, los valores (en los que se nos pretende educar) no son fácilmente realizables. De entrada no vamos a hacer una obra maestra, ni de casualidad. Los modelos y valores marcan un camino, una ruta, y lo importante al principio es ponerse en camino. La imposición de un gran valor o un gran modelo puede perturbar nuestro sentido común y nuestra comprensión justa de (nosotros en) la realidad, y volverse un obstáculo o algo que nos ciega.
Por otra parte, no está de más recordar que la ética es filosofía primera, tal como ha dicho algún filósofo. De qué me sirve tener grandes conocimientos y poderes si no los encarno en una vida buena, justa, honesta… Esta ética tiene una dimensión interna y externa a la vez. Si mi disposición interna es la correcta, acierto actuando afuera. Adentro de mí y afuera con los otros.
Comprender el afuera y comprender el adentro, desde el sentido común y con equilibrio. Es tan fácil imaginar todo esto cuando creemos que no somos sino máquinas interconectadas… ¡Qué va! Están las energías: deseos, emociones, sentimientos… que nos traen y nos llevan, en este adentro-afuera, con fuerza, a empujones, sin darnos casi tiempo.
Realmente no somos artistas aprendiendo en un tranquilo estudio, en una salita confortable, sino artistas callejeros, bailando bajo los soportales, soportando las inclemencias de tiempo.
La vida buena es un arte. La práctica asidua, el empeñarse en el desarrollo y el ejercicio de este arte no deja de tener consecuencias positivas para quien lo practica. Quizás no nos podemos poner de acuerdo sobre qué es lo bueno (unos dicen el placer, otros la utilidad o la perfección…) pero tal vez existan una serie de reglas objetivas que quien las sigue puede ir adquiriendo maestría en este arte de vivir.
Las reglas del arte de vivir se aprenden de nuestro entorno pero también tenemos un conocimiento profundo: la conciencia, una voz que nos habla y nos dirige. Si no la acallamos puede decirnos las reglas del arte de vivir una vida buena. Por ejemplo: actúa de tal manera que no te importara que los demás actuaran de la misma manera. Es decir, haz a los demás lo que quieres que te hagan y no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan. Esto es ciertamente una “regla de oro” de este arte.
Actúa con autenticidad, es decir, no actúes con doblez. No le eches la culpa a otros de lo que te corresponde a ti. Mantente despierto y vigilante.
Examina cada día tus actos, considera si no deberías haber actuado de otra manera. Sócrates decía que una vida sin examen no merece la pena.
Aprende a ser comprensivo con los defectos de los demás –también con los propios-, pero no por eso consideres que son algo bueno. Compréndelos pero encuentra la manera de ir cambiando lo que puedas cambiar.
Escucha las razones y expón las tuyas, considera que no se sabe todo desde el principio y hay enseñanzas que podemos recibir de otros. Aunque no aceptes lo que te digan da la posibilidad a otros a que den sus razones.
La vida buena es un arte. La práctica asidua, el empeñarse en el desarrollo y el ejercicio de este arte no deja de tener consecuencias positivas para quien lo practica. Quizás no nos podemos poner de acuerdo sobre qué es lo bueno (unos dicen el placer, otros la utilidad o la perfección…) pero tal vez existan una serie de reglas objetivas que quien las sigue puede ir adquiriendo maestría en este arte de vivir.
Las reglas del arte de vivir se aprenden de nuestro entorno pero también tenemos un conocimiento profundo: la conciencia, una voz que nos habla y nos dirige. Si no la acallamos puede decirnos las reglas del arte de vivir una vida buena. Por ejemplo: actúa de tal manera que no te importara que los demás actuaran de la misma manera. Es decir, haz a los demás lo que quieres que te hagan y no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan. Esto es ciertamente una “regla de oro” de este arte.
Actúa con autenticidad, es decir, no actúes con doblez. No le eches la culpa a otros de lo que te corresponde a ti. Mantente despierto y vigilante.
Examina cada día tus actos, considera si no deberías haber actuado de otra manera. Sócrates decía que una vida sin examen no merece la pena.
Aprende a ser comprensivo con los defectos de los demás –también con los propios-, pero no por eso consideres que son algo bueno. Compréndelos pero encuentra la manera de ir cambiando lo que puedas cambiar.
Escucha las razones y expón las tuyas, considera que no se sabe todo desde el principio y hay enseñanzas que podemos recibir de otros. Aunque no aceptes lo que te digan da la posibilidad a otros a que den sus razones.
Parece que todos deseamos tener y llevar una vida buena (honesta, valiosa, justa con los demás… y llegar a realizarnos como personas humanas en un mundo humano) pero descubrir esto es un arte que debemos ir practicando con el propio vivir. Pero no un vivir cualquiera, sino un vivir consciente, sabiendo lo que hacemos, siguiendo nuestra guía interna y el respeto a todos los demás seres humanas.
La ética es sobre todo una asignatura práctica, que se puede ir aprendiendo cada día si nos empeñamos en ello, pero también podemos ir extraviándonos de la ruta, poco a poco, casi sin darnos cuentas. No hace falta tener grandes dotes intelectuales o físicas, ni mucho dinero para llevar y tener una vida buena. Hay gente que ha sido capaz de conseguirlo desde la sencillez.
La vida buena es un arte. La práctica asidua, el empeñarse en el desarrollo y el ejercicio de este arte no deja de tener consecuencias positivas para quien lo practica. Quizás no nos podemos poner de acuerdo sobre qué es lo bueno (unos dicen el placer, otros la utilidad o la perfección…) pero tal vez existan una serie de reglas objetivas que quien las sigue puede ir adquiriendo maestría en este arte de vivir.
Las reglas del arte de vivir se aprenden de nuestro entorno, pero también tenemos un conocimiento profundo: la conciencia, una voz que nos habla y nos dirige. Si no la acallamos puede decirnos las reglas del arte de vivir una vida buena. Por ejemplo: actúa de tal manera que no te importase que los demás actuaran de la misma manera. Es decir, haz a los demás lo que quieres que te hagan y no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan. Esto es ciertamente, un “regla de oro” de este arte.
Actúa con autenticidad, es decir, no actúes con doblez. No le eches la culpa a otros de lo que te corresponde a ti. Mantente despierto y vigilante.
Examina cada día tus actos, considera si no deberías haber actuado de otra manera. Sócrates decía que una vida sin examen no merece la pena.
Aprende a ser comprensivo con los defectos de los demás –también con los propios-, pero no por eso consideres que son algo bueno. Compréndelo pero encuentra la manera de ir cambiando lo que puedas cambiar.
Escucha las razones y expón las tuyas, considera que no se sabe todo desde el principio y hay enseñanzas que podemos recibir de otros. Aunque no aceptes lo que te digan da la posibilidad a otros a que den sus razones.
Parece que todos deseamos tener y llevar una vida buena (honesta, valiosa, justa con los demás… y llegar a realizarnos como personas humanas en un mundo humano) pero descubrir esto es un arte que debemos ir practicando con el propio vivir. Pero no un vivir cualquiera, sino un vivir consciente, sabiendo lo que hacemos, siguiendo nuestra guía interna y el respeto a todos los demás seres humanas.
La ética es sobre todo una asignatura práctica, que se puede ir aprendiendo cada día si nos empeñamos en ello, pero también podemos ir extraviándonos de la ruta, poco a poco, casi sin darnos cuentas. No hace falta tener grandes dotes intelectuales o físicas, ni mucho dinero para llevar y tener una vida buena. Hay gente que ha sido capaz de conseguirlo desde la sencillez.
La vida buena es un arte. La práctica asidua, el empeñarse en el desarrollo y el ejercicio de este arte no deja de tener consecuencias positivas para quien lo practica. Quizás no nos podemos poner de acuerdo sobre qué es lo bueno (unos dicen el placer, otros la utilidad o la perfección…) pero tal vez existan una serie de reglas objetivas que quien las sigue puede ir adquiriendo maestría en este arte de vivir.
Las reglas del arte de vivir se aprenden de nuestro entorno, pero también tenemos un conocimiento profundo: la conciencia, una voz que nos habla y nos dirige. Si no la acallamos puede decirnos las reglas del arte de vivir una vida buena. Por ejemplo: actúa de tal manera que no te importase que los demás actuaran de la misma manera. Es decir, haz a los demás lo que quieres que te hagan y no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan. Esto es ciertamente, un “regla de oro” de este arte.
Actúa con autenticidad, es decir, no actúes con doblez. No le eches la culpa a otros de lo que te corresponde a ti. Mantente despierto y vigilante.
Examina cada día tus actos, considera si no deberías haber actuado de otra manera. Sócrates decía que una vida sin examen no merece la pena.
Aprende a ser comprensivo con los defectos de los demás –también con los propios-, pero no por eso consideres que son algo bueno. Compréndelo pero encuentra la manera de ir cambiando lo que puedas cambiar.
Escucha las razones y expón las tuyas, considera que no se sabe todo desde el principio y hay enseñanzas que podemos recibir de otros. Aunque no aceptes lo que te digan da la posibilidad a otros a que den sus razones.
Dos interesantes talleres para desarrollar la Inteligencia Emocional y la Empatía a través de la experiencia estética y el análisis de los propios sueños, propuesto por Amparo Zacarés:
Dos interesantes talleres para desarrollar la Inteligencia Emocional y la Empatía a través de la experiencia estética y el análisis de los propios sueños, propuesto por Amparo Zacarés:
Conferencia de Francesc Torralba Roselló en el Forum de Deusto: Inteligencia Espiritual para un Mundo Nuevo Hoy: Video.
Homo Zapiens, critica rápida a la TV, en página de cine y filosofía: Doctor Mostaza
Ernest Maragall, conseller d’Educació, ha rectificat dues de les seves afirmacions polèmiques que va fer durant els últims díes: que el govern tripartit provoqui "fatiga" i que els tres socis del govern no comparteixen un mateix "projecte de país". Eren opinions respectables, com també és respectable la seva rectificació. Però hi ha una altra afirmació que crec que necessita urgentment ser refutada. Es tracta de l’afirmació apareguda en el seu últim article ("PSC y Catalunya", La Vanguardia, 14/II/2010) segons la qual en el sector públic “se concentra el major dèficit de productivitat i d’eficiència social”. Aquesta afirmació, un tòpic molt popular entre els polítics de dretes, no té cap dada que la confirmi, ni en les estadístiques ni en la història recent de Catalunya. Només pot ser fruit de la creença dogmàtica i ultraliberal que el millor govern és aquell que té el mínim sector públic. És una afirmació falsa que resulta especialment sorprenent quan prové d’un polític que es diu socialista i és el responsable màxim d’un sector públic molt important.
Reagan s’equivocava els anys vuitanta quan afirmava que el govern no era la solució, sinó el problema. Maragall s’equivoca ara quan afirma que el sector públic a Catalunya pateix el major dèficit de productivitat i d’eficiència social. I també s'equivoquen els que creuen que un govern plural, catalanista i d’esquerres, no és la solució sinó el problema.Lahav nos invita a fijarnos en nuestras actitudes como verdadera muestra de nuestra filosofía...
Lahav nos invita a fijarnos en nuestras actitudes como verdadera muestra de nuestra filosofía...
Un video sobre filosofía-psicología budista, en inglés facilito...
Un video sobre filosofía-psicología budista, en inglés facilito...
A poc a poc el qüestionament de la monarquia és cada vegada més fort, malgrat els intents de mantenir aquesta institució amb la por i l’ocultisme, ja que no es pot sostenir amb la racionalitat, des de negar la celebració d'un referèndum, a pesar de dir que el guanyarien per més del 70%, fins a l'ocultació de la utilització que la Casa Reial dóna als fons públics que rep dels Pressupostos Generals de l'Estat o els regals que es reben en qualitat de cap de l'Estat.
Per posar un sol exemple, la Comissió Parlamentària de Secrets Oficials pot conèixer l'ús dels fons reservats per molt secrets que aquests siguin, però no pot conèixer l'ús que es donen als fons de la Casa Reial.
En conseqüència, els ciutadans i ciutadanes sotasignats considerem necessari reclamar que els comptes del cap de l'Estat, ja sigui Casa Reial com és en l'actualitat o Presidència de la República, com podria ser-ho en un futur, han de ser públics, és per això que presentem davant la Comissió de Peticions del Congrés la Petició perquè s'articulin els mecanismes necessaris perquè es puguin conèixer de forma pública la destinació dels fons que els Pressupostos Generals de l'Estat atorguen al funcionament de la Casa Reial, així com l'ús que es dóna als regals que es reben en funció de cap de l'Estat.
No és una manifestació antipolítica ni apolítica, és una manifestació contra la corrupció i la plutocràcia, i per una política honesta, transparent, democràtica i realment popular
Crec que seria un error veure en la propera manifestació del dijous 5 a la plaça de la Vila un típica mostra de l'escàndol farisaic de l'antipolítica. És cert que a la manifestació aniran alguns que pensen que la política com a servei públic i com a representació (recolzada en la confiança) dels diferents i antagònics interessos de la vida social és pura il·lusió. Per a alguns dels manifestants la política seria, sempre, un negoci, i aquells que es dediquen a ella, necessariament, uns negociants que estan en política "para forrarse" (com va dir textualment en una conversa privada que finalment va transcendir públicament l’expresident de la Generalitat valenciana i exministre de José María Aznar, Eduardo Zaplana). L’actitud dels polítics xoriços és tan deplorable com la dels antipolítics farisaics o la dels falsos anarquistes (failangistes) que, a vegades, em recorden el Caudillo assassí quan, privadament, recomanava: “Usted haga como yo y no se meta en política”.
Però la majoria dels que van sentir una sensació agredolça, una sensació d'alivio, quan van veure el cap d'un consistori dèspota detingut, són precisament aquells que estimen la política com a servei a la majoria, aquells que creuen que els milers de colomencs que havien votat al milionari del Turo Park i els molts més milers de colomencs que s'havien abstingut i no havien anat a votar, s'equivocaven i ara tindrien una possibilitat de rectificar. Els que creuen que, com pensaven els grecs, que la democràcia és el govern de la majoria dels pobres. I que a Santa Coloma de Gramenet s'estava implantant una plutocràcia i que el Bartu era un plutòcrata, una persona que tenia poder i influència a causa de la seva riquesa.
És cert que el lema de la manifestació “Fora polítics corruptes. Ara el poble!” pot resultar ambigu i fer pensar alguns que tots els polítics són corruptes. I que, al meu parer, potser hagués estat millor: “Polítics corruptes, fora! Ara que voti el poble!”; però la majoria dels manifestants no creuen que tots els polítics són iguals, ni que són tots corruptes, saben que no estan demanant un simple relleu al consistori, que estan demanant la dissolució de l’ajuntament i la convocatòria d’eleccions municipals democràtiques. EUiA de Santa Coloma de Gramenet, amb un regidor a l'Ajuntament de Santa Coloma de Gramenet, Àngel Pla dóna suport a la manifestació , no accepta un relleu a l'Alcaldia, i convida a tothom a demanar la dissolució del consistori i la convocatòria d'eleccions municipals fins al maig de 2011.
Recientemente la editorial Letra Áurea ha editado un libro con la resolución de algunos comentarios de texto filosófico que han salido en los exámenes de selectividad de la Comunidad Autónoma de Andalucía. El libro se compone de dos partes. En la primera aparecen ocho comentarios ampliamente resueltos, uno por cada filósofo elegido para selectividad (Platón, Tomás de Aquino, Descartes, Kant, Marx, Nietzsche, Ortega y María Zambrano), según el modelo actualmente vigente. En la segunda se incluyen algunas orientaciones para la realización del examen. Estas orientaciones se refieren a la identificación de la temática de los textos seleccionados de cada autor y, sobre todo, a la realización de la indicación cuarta, que es la más compleja de todas. En este sentido, por cada temática se desarrollan las posibles posturas filosóficas de otros autores con las que aquélla pudiera estar relacionada y, lo que es más importante, se resuelve, mediante preguntas que el alumno se puede hacer, la actualidad y la visión personal acerca de dicha temática.
El libro de comentarios de texto resueltos sirve de complemento al libro "Ocho Filósofos", de la misma editorial, en el que los textos vigentes en selectividad aparecen comentados en toda su extensión. Con ello se ofrece al alumno dos perspectivas: la general del texto y la particular del fragmento que sale en el examen.
Para el próximo curso académico la editorial pondrá a disposición de profesores y alumnos una revisión de ambos libros, adaptada a las modificaciones que se introducirán en la nueva selectividad.
Antonio de Lara.
Cançó de bressol de Gaza
Què maca al bressol, la meva nena estimada,
perquè la mort quan vingui a veure't
et trobi ajaçada.
Tanca els ullets, vida de la meva vida,
perquè la mort quan vingui a veure't
et trobi adormida.
Dorm, la meva rosa,
perquè la mort quan vingui a veure't
sigui amorosa.
Dorm, ulls bells,
si hi ha gatets morts per entre les runes
jugaràs amb ells.
Dorm, robí,
i vejam si la mort quan vingui a veure't
se’m porta a mi.
Carlos Piera
18 de gener de 2009
La columna de Salvador Sostres Aprovar fent faltes, 2 publicada al diari AVUI, avui diumenge 7 de desembre, em sembla tan lamentable i reprovable com la primera de la sèrie, publicada el divendres 5 de desembre. Aquest nou escrit es pot considerar una reiteració en l’intent d’ofendre el professor Sebastià Bonet Espriu, traient de nou profit periodístic d’un fet privat com és el seu parentiu amb Salvador Espriu. L’intent serà novament fallit per a qualsevol persona que conegui, ni que sigui mínimament, l’extraordinària vàlua intel·lectual i humana del Dr. Bonet, un professor universitari exemplar com n'hi ha pocs.
El problema més important que plantegen aquests escrits del Sr. Sostres no és, crec, si un alumne pot aprovar o no les proves de selectivitat fent faltes d’ortografia; o si ha de ser apartat de corregir proves de selectivitat un professor que deixava de llegir els exàmens i posava un 0 a partir d’un cert nombre de faltes d’ortografia. El problema no són els criteris de correcció de les faltes d’ortografia (sempre discutibles); ni els deures d’un corrector de selectivitat; ni tant sols les afirmacions falses del Sr. Sostres ni les seves faltes d’ortografia (tothom es pot equivocar). El problema en aquest cas, crec, és si pot continuar sent col·laborador habitual d’un diari prestigiós com és l'AVUI un senyor que es reitera en els seus intents impertinents d’ofendre i desprestigiar impunement un molt respectable professor, com el Dr. Bonet, que sempre s’ha caracteritzat pel compliment impecable del seu deure.