Tengo alumnos cuyos padres no saben leer, ni siquiera en su lengua materna. Sin embargo ellos, sus hijos, —que muestran la amplia sonrisa de alivio que se dibuja a quien se le ha terminado la pesadilla— están sobreponiéndose a las enormes dificultades de sus progenitores y estudian con gran esfuerzo y dedicación. Valoran la educación …
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