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En aquesta societat lliure de creença i pensament, el tòpic dels drets dels animals s’està convertint en un tema interessant i rellevant. Són moltes les notícies que cada vegada més informen sobre les crueltats humanes; com pot sobrepassar els límits l’home i com, injustament, sofreix en silenci l’ésser viu. Actualment estem assabentats dels abandonaments de gossos i gats, del malestar de cavalls, vaques…, de les festes tradicionals on els animals són utilitzats com a diversió. Aquests successos ja no passen desapercebuts i, fins i tot, ja s’han creat associacions i organitzacions en contra d’aquests fets i que tenen com a objectiu protegir-los i manifestar els seus drets.
Per contra, no tot es compleix dins lo pactat. Tal i com indiquen els articles dels Drets d’animals, tots ells neixen i tenen dret a l’existència, a més a més de viure en total llibertat dins el seu ambient natural corresponent. Per tant, com podem respectar-los si finalment violem els seus drets sacrificant-los i consumint-los?
Honestament, no els respectem. Ens contradiem quan sentim llàstima i pena per ells, per veure’ls i saber quin serà el seu final, el qual no importarà temps després ja que nosaltres mateixos els ingerim per benefici propi. Malgrat però, i dins la seva condició, els grangers els han d’oferir una estança i un benestar digne. Han de ser nodrits correctament i cuidats amb estima. En alguns vivers els porcs, per exemple, han de sentir dol quan els marquen amb ferro candent, al contrari que les ovelles que les posen com una mena d’arracada amb una etiqueta i que no dol tant. Altre exemple de crueltat és quan han de ser transportats; en algunes granges amunteguen els animals, els xuten i són llançats amb força violència dins els camions. Els pollets són separats de les seves mares i si són mascles els eliminen sense miraments, en canvi, les gallines són utilitzades com a ‘’màquines de donar a llum’’ sent inseminades artificialment una i altra vegada.
Això no succeeix amb gossos o gats. Quan a la televisió vegem granges ens mostren la típica granja amb un verd prat, un granger feliç, tot en funcionament, etc. Però la realitat és una altra i no convé ensenyar-la. L’ésser humà només pensa en els diners i en allò que és material, però què fer si és això el que et dona el pa de cada dia? Clarament no podem sobreviure a això, altra cosa important és que l’home ha de menjar de tot. No pot estar vivint a base de verdura o solament peix perquè l’organisme necessita de tot. Aquests aliment ens proporcionen ferro, fòsfor, proteïnes, calç i altres propietats més. Totes elles són importants i sense aquests animals no podríem obtenir-les ni funcionar bé.
Son las siete de la mañana cuando suena la alarma que programé anoche. La detengo y salgo de la cama. Mi primer instinto es desbloquear la pantalla de mi teléfono. Entonces, decido revisar mis redes sociales, llenas de mensajes como “No dejes escapar ni un segundo de este precioso día” o “Buenos días. Que tengas un día maravilloso”. Entonces me dirijo al metro para poder llegar al instituto. De camino veo a la misma gente que publicó los mensajes anteriores, con caras largas por las pocas ganas que tienen de ir a trabajar. Las calles, decoradas con carteles publicitarios, observan el mar de personas estresadas que caminan a estas horas por ellas. Entonces llego al andén, donde se escucha el sonido metálico de los raíles del metro, el tic-tac de los relojes y los pasos apresurados de las angustiadas personas. Todo se mueve, sin saber muy bien a donde.
Entonces subo al metro, y lo único que encuentro en este son personas con los ojos pegados a las pantallas. Entonces me llega un olor desagradable, juraría que huele a sueños olvidados. Este hedor se mezcla con el aroma de caros perfumes.
Después de este monótono trayecto, por fin llego al instituto. Aquí la popularidad se basa no en las personalidades, sinó en aquello que poseemos, ya sea un Iphone, o las últimas Nike de ciento veinte euros. Aquí si no sigues las modas te quedas atrás y puedes observar de lejos como según crecemos vamos asimilándonos más a esos hombres con los que me cruzo cada mañana. Aquí nuestras ambiciones pasan de ser deseos de poder hacer aquello que nos hace felices a querer triunfar, vencer y ganar dinero sin importar el precio.
Y después de horas encerrada en ese edificio por fin puedo irme a casa. Al llegar enciendo la televisión. Ese objeto que nos ha hecho creer a todos que algún día seriamos millonarios, actores famosos o estrellas del rock. Entonces acaba el programa que estaba viendo y empiezan a salir anuncios. Esos que nos hacen desear tener coches, ropa, tecnología de última generación y cientos de cosas mas que no necesitamos, pero que nos motivan a trabajar para poder seguir comprándolos.
Entonces vuelvo a mirar mis redes sociales y veo la foto de una chica con un vaso pequeño de Starbucks porque no le llega el dinero para pedir uno más grande, pero al ser tendencia no pudo resistirse a comprarlo. Sigo bajando y veo la foto de un compañero, vestido con las zapatillas Nike a juego con una sudadera de la misma marca.
Horas después vuelvo a la cama, programo la alarma y espero que otro día vuelva a empezar.
Esto me lleva a preguntarme hacia dónde se dirige nuestra sociedad. Basamos nuestra felicidad en cosas materiales. Nuestro objetivo se basa en obtener “me gustas” y visitas en las redes para poder ganar fama. Realizamos trabajos que no nos gustan para poder comprar carísimos productos que ni siquiera necesitamos.
Quizá si levantáramos la cabeza y viéramos más allá de las pantallas podríamos descubrir los problemas que esto está provocando.
El consumismo ha sobrepasado los límites y los consumidores nos refugiamos diciendo que es positivo ya que manifiesta el incremento de la renta de cada individuo y que ayuda a las sociedades a desarrollarse. Olvidándonos así de todas aquellas personas que no tienen dinero para poder consumir.
Y es que uno de los problemas que provoca el consumismo en nuestra sociedad es la distinción entre clases y la distribución de las riquezas. Es decir, el principal requisito para consumir es poseer dinero, si no tienes no puedes entrar en esta sociedad. En el caso de que tengas, el nivel de participación en el consumo dependerá de la cantidad que poseas. De esta forma, cuanto mas dinero tengas mas cantidad de productos y de mejor calidad podrás adquirir. Por lo tanto, los productos que compras determinan tu clase social.
Otra excusa que utilizamos los consumidores es que el consumo aumenta la calidad de vida de las personas. Esto no es mas que una mentira que nos han hecho creer. Y yo pregunto, ¿el consumismo mejora la calidad de vida ¿de quién?
¿De los países productores? Aquellos que fabrican los productos gracias a la barata mano de obra. Aquellos donde no se preocupan por la salud ni los derechos de los trabajadores, solo de la producción rápida y barata.
¿O de los países consumidores? Allí donde empiezan a haber problemas de superpoblación que provoca una crisis de recursos. Ya que cada vez utilizamos más energía para poder producir, provocando así la escasez de agua que afecta a países pobres que ni siquiera son participes de la sociedad de consumo.
En mi opinión, deberíamos ver más allá de la publicidad, las modas, los productos, las pantallas… y acabar con el consumismo desmesurado.
Esta en nuestras manos crear nuevos productos y promover nuevas prácticas que ayuden a crear una sociedad concienciada con estos problemas, que no consuma más recursos de los necesarios y que reduzca la huella ecológica que estamos dejando.
Considero que haciendo esto no solo mejoraríamos el ambiente en el que vivimos, sino que también nos ayudaría a disfrutar de la vida, ya que pasaríamos a dar más importancia al ser que al tener y esto nos haría mas felices.
Personalmente considero que tanto esos animales como nosotros que venimos de ellos tienen los mismos derechos en este mundo que nosotros.
Pero claro ellos tienen el derecho de reproducir algo natural para que tu te alimentes de ellos . ¿Estamos seguros que esos animales han venido a este mundo con esa utilidad? Esta claro que no porque ellos están en este mundo para vivir como nosotros, podrán vivir en una casa, en una granja, en el mar… cualquier parte donde ellos estén bien pero no en tu barriga. A día de hoy cada vez la gente se radicaliza con el hecho de que ellos no tienen porque sufrir para que yo salga beneficiada, feliz. Pero siempre habrá alguien que se sacrifique para que otra esté bien. Y claro que podemos sobrevivir sin comerlos, si el día de hoy hay que gente que demuestra que sin comerlos o los alimentos que provengan de ellos, pueden comer bien.
Imagínate que un animal te comiera a ti porque tienes una carne rica o simplemente está bueno cuando estás en el plato. No te gustaría, no? Principalmente por el hecho de que le mates y después como por como es utilizado de esa manera y la utilidad que tiene.
En resumen, el ser vivo es un ser que tiene que tener esos derechos que un ser humano tiene, como principal el estar vivo.