La idea de fondo es la sustitución de la mano de obra humana, falible y llena de sesgos (también la experta), por sistemas automatizados y mejorados gracias a las enormes cantidades de datos que pueden recogerse, al conocimiento acumulado que producen y a su análisis y tratamiento con nuevas posibilidades tecnológicas. Con ese nuevo sistema obtendremos respuestas más ajustadas a los problemas que se nos plantean o, al menos, esa es la esperanza. Se trata de una visión de futuro en la que late el deseo de un mundo cristalino, previsible y continuo, en el que la medición, la auditoría y el control, establecido a través de la sistematización, nos conducirán a un mundo más científico y, en consecuencia, mucho mejor.
Un buen escenario para comprobar
los efectos reales de esta aspiración es el financiero. Experiencias como las del 'high frequency trading', donde la velocidad es esencial y los ordenadores operan por sí mismos, ofrecen pistas sólidas respecto de las ventajas que procura esta nueva manera de trabajar.
Esteban Hernández, entrevista a
Daniel Beunza:
"La avaricia no es el problema: la moralidad está en la máquina", El Confidencial 13/10/2019
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