Entre todas las cosas temibles que hay en el mundo, la más temible es el Estado: el Leviatán que, en nombre del orden, asume el monopolio de la violencia “legítima”. El propio Estado decide qué es legítimo y qué no lo es, lo cual suele proporcionarle bastante margen de maniobra.
Karl Marx decía que el Estado no era el fruto de la razón, sino de la fuerza. Si quieren opiniones no marxistas, tienen la del socialista liberal Franz Oppenheimer: el Estado es la institución que consolida el poder del grupo victorioso frente al grupo derrotado. O, al fondo a la derecha, la de Henry Kissinger: “El Estado es una organización frágil y el estadista no tiene el derecho moral de arriesgar su supervivencia por cuestiones éticas”.
Enric González,
Leviatán, fuera de casa, El País 13/10/2019
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