Escrito por Luis Roca Jusmet
Walter Benjamin (1892-1940) escribe un boceto, inacabado y póstumo al que llama “El capitalismo como religión”. Es un texto breve, denso y algo oscuro, pero muy sugerente. Lo redactó alrededor del año 1921. Algunos autores consideran que es una interpelación al texto de Max Webber “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”( escrito entre 1904 y 1905). Sugiriendo que tanto que tanto el protestantismo como el capitalismo son parásitos del cristianismo. Pero hay también una influencia de la lectura de “Filosofía del dinero” de Georg Simmel, publicado en 1900. Simmel teoriza la sociedad dineraria : el dinero, mercancía de las mercancías es la medida universal En su texto muestra el capitalismo como la promesa de la satisfacción en este mundo de los mismos cuidados, tormentos y desasosiegos a los que respondía la religión. Señala tres rasgos que ponen de manifiesto la estructura religiosa del capitalismo: Primer rasgo : capitalismo es una religión de culto al dinero : sin dogmas ni teología. Segundo rasgo : la duración permanente del culto, que no tiene paréntesis, que opera en todo momento. No hay tregua. Tercer rasgo : no expia la culpa, la engendra. Hay una deuda permanente. Lleva a la deseperación y a la destrucción. Pero al mismo tiempo genera una esperanza, la de la tierra prometida. Cuarto rasgo . el Dios queda oculto, no se manifiesta como tal. El capitalismo, como el protestantismo, son parásitos del cristianismo. Las imágenes de los billetes de banco sustituyen a las estampas de los santos. El capitalismo, como el paganismo, surge a partir del interés práctico de constituir una comunidad y señalar criterios de exclusión de los herejes, que en este caso son los miembros “no productivos”. Este texto será enriquecido por la reflexión de Giorgio Agamben (1942). Agamben señala un hecho histórico posterior a la muerte de benjamín que hace más potente su texto. Se trata de la decisión el 15 de agosto de 1971 por parte de Richard Nixon, Presidente de EEUU, de suspender la convertibilidad del dinero. A partir de entonces el dinero es simple papel que no debe tener un respaldo en oro. Es autoreferencial. El valor que tiene es el valor que se le da. La moneda queda totalmente desmaterializada, se convierte en un ente totalmente abstracto.
Otro aspecto que señala Agamben es que Benjamin da la vuelta a lo que se predicaba en la época, que se decía que el socialismo es una nueva religión. Finalmente Agamben plantea coger el toro por los cuernos. Si el capitalismo es una religión el banco ha tomado el lugar de la Iglesia y es el que administra la fe en el dinero ( Dios) a través del crédito. Pero el dinero ya es nada, solopapel, con lo cual su lógica es nihilista, destructiva. En el siglo XIX el capitalista tenía valores basada en su solvencia y el carácter productivo de su capital, consideraba el pedir crédito y la especulación como algo propio de tahúres y estafadores, de gentes sin principios. Pero igual que el patriarcado esta concepción “solvente y productiva” del capital ha ido desapareciendo. Todo el mundo vive endeudado, el capital es básicamente especulativo y todas las relaciones sociales se van fundiendo. “Lo sólido se volverá líquido” dijo Marx y el sociólogo Zygmunt Bauman lo confirma : “vivimos en una sociedad líquida y de deudores, no d eproductores”. La Banca es así el Sumo Sacerdote que administra a sus fieles el único sacramento de la religión capitalista : el crédito-débito. Como reflexión final quería aportar la tragedia de la inmigración ilegal : cientos de miles de personas lo dejan todo y arriesgan su vida ¿ para qué ? : para llegar al paraíso capitalista.