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Fernando Broncano, La tragedia de la democracia, El laberinto de la identidad 08/05/2021
Pese a los logros en la exploración y descripción, los científicos aceptan la perplejidad en la que siguen inmersos cuando se trata del cerebro humano, empezando por su origen, es decir, por las condiciones de posibilidad y necesidad de su aparición.
El intento de salir de la misma ha conducido a proyectos como el llamado Brain Initiative, apoyado en 2013 por el presidente Obama y que se presenta como el equivalente en el campo de las neurociencias de lo que el proyecto genoma humano ha sido en el campo de la genética. Una de las almas del mismo, el neuro-biólogo Rafael Yuste (universidad de Columbia y DIPC- Donostia International Physics Center) apuesta a que pronto la tecnología permitirá hacer un mapa del estado de nuestro cerebro, no sólo de lo que estamos percibiendo en acto, sino también de lo que estamos deseando o temiendo. El método es holístico, es decir, la intervención en las partes exige tener un trazado del Todo. El todo ni más ni menos que del cerebro…de ahí las exigencias deontológicas, que obligan a extremar las precaución, al menos en el contexto de la investigación académica: se empieza por penetrar en el cerebro de los animales para ver las causas de eventuales deficiencias en el comportamiento de los mismos, pero la finalidad es llegar a hacerlo en el de los humanos, entre otras cosas para intentar entender mecanismos como el Parkinson o el Alzheimer. Sin duda las máximas que motivan no siempre son tan encomiables. Yuste no ha dejado de poner en guardia sobre las posibles consecuencias negativas: utilización por grupos o estados a los que poco importa la medicina o el conocimiento, pues su objetivo es llegar a manipular el cerebro de los ciudadanos.
Si se piensa que en un cerebro humano en ocasiones están actuando simultáneamente alrededor de 90000 millones de neuronas, se entiende lo titánico del esfuerzo que exige quizás mayor colaboración interdisciplinar que la necesaria para establecer un mapa del universo. Así los neurólogos se apoyan hoy en la nano-tecnología, pero obviamente también en la ingeniería genética, la inteligencia artificial y otras disciplinas. La modalidad de funcionamiento sináptico que opera en el cerebro de los animales superiores posibilita que se den cosas tan prodigiosas como la percepción sensorial, y en el caso del animal humano, se añade el pensamiento racional. Y si una máquina como el “transistor de sinapsis”( a la que en otro momento hago referencia) fuera capaz de emular el funcionamiento del cerebro, estaría cercana la perspectiva de considerar que hemos dado lugar a entes que se nos aproximan. Sin embargo en lo esencial la perplejidad aún perdura.
Rafael Yuste admite que uno de los retos es llegar a saber lo que es un pensamiento. Cree que si se llega a saber cómo se forja un pensamiento se entenderá quizás qué es el cerebro humano. O sea: se admite que en el pensamiento reside esa misteriosa clave de nuestro ser que ya obsesionaba a Platón. La hipótesis es que el pensamiento (y con ello las emociones que en el hombre están vehiculadas por ideas, así el amor o el odio) es una propiedad emergente de las propiedades de las neuronas funcionando simultáneamente. Pero esta afirmación nos conduce a preguntarse qué se entiende por propiedades emergentes, pues veremos que las propiedades emergentes más interesantes, aquellas que John Searle califica como “de segundo orden”, son puestas en tela de juicio por múltiples filósofos, en primer lugar el propio Searle.
En el proyecto Brain se trabaja, como antes decía, con ratones, intentando trazar el mapa completo de su cerebro. Pero es más: no sólo se “lee” en el cerebro del ratón, sino que se “escribe” en el mismo, haciendo que el ratón reaccione a imágenes no presentes como si lo estuvieran. Desde un punto de vista estrictamente científico el recurso a este animal es muy indicado, pues el ratón tiene un alto grado de homología genética con el humano, así que todo lo que sepamos del cerebro del ratón tiene muchas probabilidades de ser útil con vistas al conocimiento de nuestro propio cerebro. Pero desde luego el conjunto de información así obtenida no bastará para explicar el comportamiento humano, y ello no sólo porque hay variables en el cerebro humano no presentes en el del ratón, sino también porque estas otras variables impregnan las que sí tenemos en común, perturbando hasta la deformación lo que de ellas cabe esperar. Una de estas variables es obviamente la facultad de lenguaje, que tiene un soporte genético pero que no se explica exclusivamente por la genética, es decir, no es posible objetivizarla plenamente, o sea, reducirla a objeto de ciencia.
Ya en 2009 el equipo de Svante Pääbo indujo en un ratón la mutación del gen FXP2 que se ha vinculado al lenguaje, con el resultado de que se alargaron las dendritas en algunas de las regiones de su cerebro y sobre todo que su vocalización empezó a emitir sonidos mayormente parecidos al llanto de los niños, de lo cual cabía extraer que en el pequeño animal se había dado una aproximación a las condiciones genéticas de posibilidad de las imágenes acústicas del lenguaje. ¿Significa ello que el ratón se había aproximado a la dimensión semántica del lenguaje? Sería osado aventurarlo. Ni ese ratón genéticamente modificado ni el chimpancé ni el bonobo hablan, aunque sean introducidos en un medio social en el que opera el lenguaje humano, mientras que el humano (salvo el caso de infortunada deficiencia) sólo dejará de hablar si se le excluye de tal medio, así el caso de los llamados niños salvajes.
La pregunta es reiterativa:
Víctor Gómez Pin, El pensamiento quiere saber de sí mismo, El Boomeran(g), 14/05/2021
A las 11:00, en la calle Marqués de Mondejar, al ladico de la plaza de toros de las Ventas, hemos organizado un congreso educativo para finales de año. Creo que ha quedado la cosa apañadita.
A las 14, comida con Martí Saballs, Paco González y Olga San Martín en el Martinete, en la plaza Marqués de Salamanca. Comida exquisita y compañía perfecta.
A las 16:30, café con Josefina Stegmann en la plaza de Santa Ana. Josefina ha tenido un día atareado, pero es una mujer fuerte.
A las 19:00 charla en la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno sobre La abolición del hombre de C.S. Lewis. Muy bien,
A las 21:00 cena con la noble gente de la Fundación.
Mañana vuelvo a casa, pero antes me espera un breve encuentro con una de las personas más especiales que conozco, Jaume Vives.
Aquest breu llibre de l'acadèmica britànica Mary Beard es va publicar el 2017 i és un recull de dues conferències que l'autora va pronunciar sobre la imatge pública i la relació de les dones amb el poder. L'original en anglès és Women and Power: A Manifesto, i es va traduir al castellà com a Mujeres y poder: un manifiesto i al català com a La veu i el poder de les dones: dues conferències. De fet, com l'autora mateixa reconeix, el tema només queda esbossat en un text tan curt, i donaria per a una anàlisi molt més profunda i detallada, però les qüestions que posa sobre la taula en aquest manifest són, si més no, prou rellevants com per deixar-les formulades.
Mary Beard és especialista en estudis clàssics a la universitat de Cambridge, i en aquest text es remunta al món clàssic grec i romà per analitzar d'on prové la idea que el poder i l'autoritat en l'esfera pública és un tret essencialment masculí i que, per tant, les dones han de quedar relegades històricament a l'àmbit domèstic i privat. Partint del moment que Telèmac fa callar la seva mare en públic per tal d'afirmar la seva autoritat a palau, Beard explora com els mites i llegendes grecs i romans ens ofereixen tota una sèrie d'exemples en què les dones han de ser silenciades precisament per mantenir l'statu quo de l'autoritat masculina. En el moment en què les dones han parlat en públic per defensar els seus interessos, ja en el món antic, han estat constantment ridiculitzades, insultades o caracteritzades amb trets masculins i transformades en éssers andrògins - o directament en monstres. I aquesta caracterització històrica ha sobreviscut en els nostres dies, en què la relació entre les dones i els llocs públics de poder és, com a mínim, complexa.
La tesi que Beard defensa en aquest text és que les dones que han accedit a les altes esferes de la política mundial han estat l'excepció més que no pas la norma, i han hagut d'afrontar el rebuig d'una majoria d'homes que controlaven la comunicació i l'opinió pública, i una misogínia generalitzada pel que fa a la percepció sobre el poder que és un biaix cultural transmès des de generacions. A part d'això, en el moment en què les dones han accedit als espais públics per fer servir la seva veu i a àrees de representació política, automàticament el debat s'ha centrat en els "temes que afecten o preocupen les dones", com si el món de les cures o la conciliació familiar fos un tema que no hagi de concernir necessàriament els homes.
La situació s'ha agreujat amb l'auge de les xarxes socials com a via de comunicació instantània, accessible a tothom i, per tant, democratitzadora. Beard parla per experiència pròpia quan analitza la presència dels trolls a les xarxes socials i el seu discurs misogin i violent: no perquè no afecti també els homes, sinó perquè posa sobre la taula la qüestió de la normalització de la violència contra les dones en el discurs i el poder associat a un patró masculí de comportament i de presència pública. La seva experiència pròpia l'ha portat a reivindicar la necessitat de fer sentir la pròpia veu i encarar-se amb aquests comportaments directament, en comptes d'optar pel silenci o el bloqueig, com se sol recomanar en aquest context. La veu i el poder de les dones és un pamflet molt breu i amè de llegir, que planteja moltes qüestions importants per a la representació d'homes i dones en el món contemporani i el repartiment de poder, tot i que potser no els dona la profunditat d'anàlisi que mereixerien.
Continguts: El llibre consta de dos apartats seguint el fil de dues conferències que va pronunciar l'autora el 2014 i el 2017. La primera, "La veu pública de les dones", analitza el fenomen de la presència pública de les dones i com tradicionalment s'ha llegit aquest fet com a problemàtic en un món en què el poder és ostentat sistemàticament pels homes. La segona part del llibre, "Dones en l'exercici del poder", analitza les imatges i qualitats que s'han associat tradicionalment al poder i observa els conflictes i tensions que s'han originat un cop les dones han accedit a aquests llocs de representació.
M'agrada: És un text molt breu, concís i amè sobre les construccions misògines al llarg de la història, i com aquestes afecten la forma com representem i analitzem el poder en els nostres dies.
No m'agrada: El text es fa excessivament curt i esquemàtic en la seva voluntat divulgativa. El tema és prou important com per haver-li donat un enfocament un punt més ampli i profund.
Este artículo fue originalmente publicado por el autor en El Periódico Extremadura
Así se llama la canción más emblemática del nuevo disco de Robe Iniesta (el fundador de Extremoduro), un disco con nombre, por cierto, no menos filosófico: Mayeútica. Y aunque el rock ya no me llega como antes, reconozco que la cosa me ha molado, que los músicos hacen un trabajo prodigioso y que la letra, que es a lo que iba, tiene un artículo.
Si la escuchan comprobarán que, pese a que diga lo que otras tropecientas mil (a saber: que el mundo es una porquería, que uno está de vuelta de todo y que lo que hay que hacer es gozarla – y no rayarse tanto –), la canción tiene esa fuerza y frescura de lo repetido-pero-siempre-nuevo que comparten la primavera, los versos adolescentes, los deseos inefables y las preguntas filosóficas.
Lo que más me ha gustado es el título: “Mierda de filosofía”. ¿Cuántas veces no me lo habrán dicho sin decírmelo (con gestos, suspiros, silencios, enfados) alumnos, amigos y colegas? Porque es cierto: la filosofía puede parecer, en muchos sentidos, una mierda. Y perdón por lo escatológico (término que nombra a los excrementos y a ese asunto tan filosófico del más allá), pero es lo que hay.
La filosofía parece una mierda porque, como dice la canción de Robe Iniesta, no te deja “volver a lo primario”, esto es, a ese estado de vitalidad (presuntamente) superior que asociamos a la experiencia inmediata, sensitiva o emotiva del mundo. El retornoa este estado de “inocencia original” (¿o de “estupidez congénita”?) es la postal de bienaventuranzas que venden la mayoría de las sectas, el ecologismo más místico, los aficionados a las drogas, el anti-intelectualismo moderno y (paradójicamente) no pocas filosofías que – como la de Nietzsche – hacen pasar por atea la más cruda y pagana de las religiones (¡suprema astucia de la fe el hacernos sospechar así de la razón!).
Porque esta es otra. Es otra sustanciosa mierda (lo decía ya – con otras palabras – Aristóteles) que para acabar con la filosofía tengamos que hacer filosofía; señal esta de que, desde el corte de mangas aquel a Dios Padre (y a Madre Naturaleza), ya saben, por aquello del fruto del árbol del conocimiento, estemos más que “perdidos”, y de que no nos quede otra que seguir filosofando. O eso o lampar (y repetimos el estribillo) por “volver a lo primario”, esto es, por correr como lobos o bacantes, bailar como posesos, o rezar como locos para olvidar y hacernos perdonar nuestros devaneos con esa “puta del diablo” que – el Lutero más heavy dixit – es la razón. A ver si así, y a fuerza de no pensar, se nos abren las puertas del paraíso, de la percepción, de los chacras o, yo qué se, de las comunidades autogestionarias.
Aunque fíjense que la propia filosofía, aunque acabe con esa inocencia del no saber que no se sabe, nos la devuelve casi íntegra (¡y sin tener que meditar, practicar mindfulness o tirarte desnudo al océano – como en un anuncio de perfume –) cada vez que nos vuelve a descubrir lo tontos que somos. Esta modalidad de “vuelta a lo primario” es mucho más interesante que la “sensación de vivir” de la Coca-cola, aunque es también una faena, pues te obliga a volver sobre ti mismo y reinventarte. Así que ustedes verán: tal vez sea mejor seguir rezando o bailando con esa dulce o enervante inconsciencia que procuran, en ambos casos, la repetición y el ritmo...
Y ojo que la filosofía no solo te roba (pero te devuelve una y otra vez a) la inocencia, sino que también te arruina (pero te reconstruye) a cada rato toda esa esforzada urdimbre de ideas que tejemos como (imaginaria) hamaca sobre el abismo, dejándonos periódicamente en el aire y en pelotas.
La filosofía es un incordio para los que creen a muerte en lo que les salva de la vida y, no menos, para los que sostienen su insignificancia sobre la tramoya del poder. No hay creencia, orden social o entramado cultural que soporte las preguntas filosóficas. De ahí su impertinencia y extravagancia, su naturaleza apátrida y vagabunda, su siempre polémico encaje educativo. Todo lo germina, lo discute y lo desfonda, y solo sirve para no servir a nada ni a nadie que no sea el examen insomne y continuo de conciencia.
La filosofía tal vez sea, en fin, una suerte de enfermedad, como decía (claro) algún filósofo. Pero si lo es, es incurable: nadie puede vivir sin una filosofía del mundo, de sí mismo, de la verdad o la justicia. Y si no es la filosofía la que inspira esa filosofía, lo será el partido, la secta, la tribu, el libro de autoayuda, la canción de moda o la santa madre de uno.
Es la filosofía, por tanto, la que nos hace bailar como locos allí donde más y mejor resuena la música: en la cabeza. Quién quiera volver a lo primario, que la duerma y se deje llevar. O, ya puestos, que se muera. ¿Habrá algo más primario y cercano a la inconsciencia, el cero y la nada? Digan lo que digan sus letras, el rock de Iniesta y los suyos desde luego que no.
Otro día intenso.
Y satisfactorio.
He comenzado la mañana merodeando por un par de librerías de viejo, haciendo tiempo, porque a las 12:00 me esperaban en la Editorial Encuentro con La mermelada sentimental recién salida del horno. Estoy muy contento con este libro. Ha quedado bien. En Encuentro, una editorial que merece su nombre, se han esmerado.
Nada más comenzar la reunión ha llamado Josefina Stegmann, es decir, nada fuera de lo probable.
A las 13:00 he tenido que recorrer 50 metros para acercarme a la sede de The Objective, donde me esperaba sesión de fotos y entrevista. La mermelada sentimental recoge los artículos que he ido publicando estos años en El Subjetivo. Por lo tanto, era obligado que llevase un prólogo de Peyró. Ayer, alguien bastante más joven que yo, pero con buen criterio y fina inteligencia, dejó dicho con una copa de verdejo en la mano, en el hotel Urso, que "Peyró es el mejor de nuestra generación".
A las 14:30 me esperaban -a 300 metros de distancia- en la Fundación Botín, para ir a disfrutar de la comida casera a La Cocina de María Luisa. Comida tranquila, rica y cordial en la que no han faltado ni risas ni proyectos ambiciosos.
He vuelto caminando hasta el hotel, pero no tanto por hacer ejercicio (que también) como por husmear en otra librería de viejo, próxima a la puerta de Alcalá, a la que le había echado el ojo al pasar por delante de su escaparate con prisas.
En el hotel me esperaba otra entrevista -una curiosa y entretenida entrevista metafísica, sobre el yo- y, finalmente, el descanso.
Día largo.
A las 11:00 encuentro con Lluís Homar, Xavier Albertí, Ana Llorente y María Condor en la Plaza de Santa Ana.
A las 13:00 presentación de El recogimiento en el Teatro de la Comedia. Allí estaban, ente otros, el gran Luís Lizasoiáin y el entrañable Carlos García Gual.
A las 14:15 despedida de mi mujer, que regresaba a Ocata.
A las 14:45 comida filosófica con Javier Gomá.
A las 18:00 reunión educativa en las Cortes.
A las 20:00 charla, vino y picoteo en el hotel Urso.
A las 23 regreso al hotel.
Resumen del día: ¡Qué grande es una habitación de hotel cuando falta ella!
Reseña de
Covidosofía. Reflexiones filosóficas para el mundo postpandemia.
Dulcinea Tomás Cámara (comp.)
Barcelona: Paidós, 2020.
La filosofía, según Michel Foucault, tiene una dimensión que es la de ser una ontología de la actualidad. El ensayo es hoy el cuerpo vivo de la filosofía y su sentido es interpelar nuestras experiencias presentes para poder pensarlas de otra manera. Frente a los discursos ideológicos de todo tipo sobre la pandemia, que es el significante clave de lo que estamos viviendo, Dulcinea Tomás Cámara asume la arriesgada tarea de coordinar un libro donde diversos filósofos de habla hispana piensan sobre los efectos de la pandemia del COVID-19. No es fácil estructurar un libro coherente con tantas voces y tampoco lo es darle una perspectiva que no sea coyuntural. Pero lo ha conseguido, articulando la diversidad en cinco bloques que dan un conjunto coherente. La verdad es que todas las aportaciones son más que aceptables, pero como no puedo comentar los veinticinco textos que aparecen, me limitaré a dar una exposición general y hace un breve comentario de los que me han resultado más interesantes, subrayando el carácter subjetivo de la selección. Añado también que el prólogo de Walter D. Mingolo ( “Detrás de la escena. Los signos del cambio de época”) y la introducción de la coordinadora me parecen muy acertados.
La primera parte se titula “Otro(s) Mundo(s)” y hay en él lo que llama cinco escolios. En “Virus y mariposas”, Fernando Broncano nos sitúa en el escenario contradictorio en que nos ha colocado la pandemia y las tensiones que ha abierto. Cristian Andino, en “Confinamiento en el Sur o el asombro del colibrí” piensa sobre los postulados ético-políticos, económicos culturales y tecnológicos que abrirían una salida emancipatoria a la crisis abierta. Concha Roldán nos presenta, en “Cuando ruge la marabunta”, nos propone tender puentes hacia una sociedad intergeneracional y cosmopolita justa. Roberto r. Aramayo nos plantea un inventario provisional de las oportunidades que brinda la pandemia. Antonio Miguel Nogués, con su “Cuando todas las diferencias están aquí. La pandemia y la epistemología nacionalista”, cuestiona el sentido que tiene hoy el mantenimiento del estado-nación. En conjunto no me ha parecido la parte más interesante del libro, aunque si me parece mínimamente digna.
La segunda parte, con otros cinco escolios y que lleva el nombre de “Contagio”, me ha parecido, en cambio, de las más sugerentes del libro. Empezando por el “¿Qué nos está pasando realmente?” de Santiago Alba Rico. Plantea y elabora una idea original, que es que el coronavirus nos confronta con lo real, lo cual puede provocarnos ponernos más a la defensiva y buscar salidas autoritarias o nos puede llevar a un punto de inflexión en el que nos permita buscar una salida creativa. Continúa Jaime Santamaría con “Tres reflexiones límites”, entre las que destaca las que hace del asunto de los cadáveres y el duelo. Joaquín Fortanet, con su “Un mundo enfermo” elabora uno de los artículos que me parecen más interesantes de todo el libro. Entra en un análisis crítico, a partir de Georges Canguilhem, Merleau Ponty y de Michel Foucault, sobre la conceptualización de la enfermedad, que le lleva a un diagnóstico sobre la enfermedad del propio mundo en que vivimos. Producto de la gubernamentalidad biomédica, tal vez sea la oportunidad de salir de él y construir un mundo común. En el escolio 9, Alejandro Escudero Pérez nos habla de “Reacción, catástrofe, acontecimiento”, que tiene, sobre todo, un inicio muy potente. Antonio Campillo plantea “Pensar la pandemia” una serie de apuntes que deberían servirnos para reconducir el futuro y cambiar radicalmente su rumbo.
“Compañía” es la nominación de la tercera parte. José Carlos Ruiz empieza con “Sobre la ¿indigna? privacidad del consuelo”. En el que denuncia la industria de la supuesta felicidad que nos invade y que relega el duelo y el dolor a la privacidad, sin ninguna dimensión social y negando el consuelo. Viene después el texto de Ana María Martínez de la Escalera “¿Qué puede el acompañar? Comunidades y coronavirus”, en la que vuelve sobre la concepción que introduce Walter benjamín, fundamental hoy, sobre la deriva de la experiencia y la necesaria recuperación de la comunidad a través de gestos solidarios, ayuda mutua y las prácticas higiénicas tradicionales. Ernesto Castro nos propone una reflexión sobre diferentes aspectos de lo que implica “El aplauso sanitario”. El escolio de Jordi Claramonte llamado “Eulabeia” me ha parecido totalmente singular, en el mejor sentido de la palabra. Su invitación a la reverencia, la veneración y la gratitud me parecen perfectas como recuperación de lo mejor del mundo antiguo.
“Fracturas” es la cuarta parte. Genial el primer artículo de Laura Llevadot “Sobrevivir: Investigaciones de una perra”. Una interpelación radical a la vida singular de cada cual, a una apuesta por la libertad contra todos los medios para normalizarnos anulando lo que tenemos de más propio e intenso, con o sin pandemia. Muy bueno me parece también, el texto siguiente es “ceci n´est pas une guerre. Alternativas al uso de la metáfora bélica, de Nantu Arroyo, en el que desmonta de manera certera la metáfora bélica aplicada a la pandemia. Le sigue “Perdere aude. Una apología del cuerpo mortal” de Diego S. Garrocho Salcedo nos invita a cuestionar el mito de la inmortalidad que parece dominar como negación de nuestra finitud. Finalmente un excelente, contudente y radical texto, “Pandemia, capitalismo, ideología” en el que Ricardo Espinoza Lolas arremete contra el Capitalismo y la soberanía de los Estados hacendales patriarcales que lo sostienen.
Pasamos a la última parte sobre los “Futuros” que podemos imaginar. Ana Carrasco-Conde nos anima a “Humanizar la tecnología: ciencia y tecnología frente a la pandemia”. Gonzalo Velasco nos propone “Mientras dura la pandemia: notas para un escepticismo constructivo”. Para José Antonio Pérez Tapias hay que elegir, como explica en “Alternativa: o común-ismo republicano o tanatopolítica”. Nuria Sanchez Madrid nos habla de “Patologías epistémicas: reflexiones sobre el daño social provocado por la crisis pandémica del COVID-19”. Finalmente Javier Echevarría formula los “Desafíos filosóficos a partir del COVID-19-2020.”
Por supuesto que estos filósofos son una selección (bajo el arbitrio de la coordinadora) de entre otros muchos que podíamos haber colaborado. Pero todos los participantes abordan con rigor, cada uno con su estilo, una parte de este todo que resulta, finalmente, coherente. Lo más importante es que todos los textos tienen un recorrido, en el sentido que nos son análisis coyunturales que caduquen pronto. Son materiales para pensar muchas problemáticas en relación a lo que nos interpela la pandemia. Más allá de las declaraciones o textos de los filósofos mediáticos hay aquí un trabajo filosófico muy valioso.
A diferents articles m’he referit a l’astrologia com a pseudociència, però mai he justificat aquesta afirmació i crec que ha arribat el moment de fer-ho. Anem, per tant, a fer una mica d’història i filosofia de la ciència.
L’astrologia és un conjunt de creences molt complex d’una considerable antiguitat i que, a risc de sintetitzar en excés, es pot resumir de la següent manera:
Aquestes afirmacions troben la seva justificació en el paradigma científic antic. Aprofito per explicar que un paradigma científic és un conjunt de teories científiques i filosòfiques que, en harmonia amb creences religioses i d’altres aspectes culturals, constitueixen la concepció del món a una determinada època.
El paradigma científic antic, que podem trobar força sintetitzat a les obres de Plató i Aristòtil, podríem dir que es caracteritza pel dualisme (físic i moral), el geocentrisme i el fixisme:
Aquest paradigma va quedar superat amb la revolució científica que es va produir entre els segles XVI i XVIII on es van posar les bases d’una física única (les mateixes lleis per a tot l’univers), que trenca amb el dualisme moral (les pedres que es troben a Mart obeeixen les mateixes lleis que les pedres terrestres i, per tant, no tenen més possibilitat de condicionar el nostre futur que qualsevol altra pedra). El geocentrisme va donar pas a l’heliocentrisme i, posteriorment, es va veure que aquest heliocentrisme era només aplicable al sistema solar. El fixisme biològic va caure del paradigma científic el 1859, any de la publicació de L’origen de les espècies de Charles Darwin. El fixisme en l’àmbit còsmic va haver d’esperar fins als anys vint del segle XX per a desaparèixer, a partir del moment en què Hubble va posar de manifest l’expansió de l’univers. A principis dels anys trenta Lemaître, a partir dels plantejaments de Hubble, va plantejar la hipòtesi del Big Bang, segons la qual, l’univers tal com el coneixem actualment, es va originar a una gran explosió que va provocar l’expansió observada per Hubble. D’aquesta manera, la suposició de l’eternitat de qualsevol regió de l’univers, que podria implicar la superioritat d’algunes zones respecte d’altres, queda completament refutada.
Tot plegat té unes implicacions molt concretes pel que fa a l’astrologia:
No hi ha, per tant, cap principi teòric de l’astrologia, que sigui de cap manera acceptable per la ciència actual. I això no és quelcom sobre el que hom pugui fer cap mena d’objecció des de la mera opinió si no es vol fer una llastimosa, i anèmica, exposició de la pròpia ignorància.
Òbviament, la història de la ciència està oberta: en un futur es podrà objectar que la teoria de l’expansió de l’univers caigui del paradigma científic, si les observacions fetes deixen de ser explicables des d’aquesta teoria. La ciència no pretén que les seves veritats tinguin una validesa eterna. L’eternitat la deixem per a les pseudociències i les seves germanes grans, les religions.
Maria Antònia Lotysz ha estat tercera en Dissertació a la final de la VII olimpíada Filosòfica d'Espanya. ENHORABONA!!!!
Teniu tota la informació al blog de l'Olimpíada de les Illes Balears: [olimpiadafilosofiabalears.blogspot.com.es]Els he traduït al català de
Arribem a tancar el cercle, de la tomba a l'úter i de l'úter a la tomba: una incursió ambigua i enigmàtica dins d'un món material que aviat se'ns dissoldrà, com la substància dels somnis. I, mirant enrere al que se'ns prometia com la nostra aventura única, impredictible i perillosa, l'únic que hi trobem al final és una sèrie de metamorfosis tan típiques com les que han experimentat els homes i les dones de cada indret del món, a través de tots els segles de què tenim constància, i sota les variades disfresses de cada civilització. (Pròleg: El Monomite - Mite i somni)
S'han dedicat segles de conreu, dècades de selecció diligent, la feina de nombrosos cors i mans, a podar, triar i filar aquest cabdell fermament embullat. A més, no ens hem d'arriscar sols a aquesta aventura; perquè els herois de tots els temps ens hi han precedit; el laberint ens és conegut al detall; només hem de seguir el fil del camí de l'heroi. I on havíem pensat que trobaríem una abominació, hi trobarem un déu; on havíem pensat que mataríem algú altre, ens matarem nosaltres mateixos; mentre havíem pensat que viatjaríem cap enfora, arribarem al centre de la nostra pròpia existència; on havíem pensat que aniríem sols, ens hi acompanyarà el món sencer. (Pròleg: El Monomite - Mite i somni)
Tant rescatat des de fora, com empès des de dins, o transportat amb suavitat per les divinitats guiadores, encara ha de tornar a entrar amb el seu elixir a l'atmosfera llargament oblidada en què els homes que són fragments s'imaginen que són complets. Encara ha d'enfrontar-se a la societat amb el seu elixir destructor de l'ego i redemptor de la vida, i acceptar el contraatac de les preguntes raonables, els ressentiments amargs, i la bona gent que és incapaç de comprendre. (Primera part. Capítol 3: Retorn - Rescat des de fora)
L'heroi d'ahir es converteix en el tirà de demà, si no és que avui es crucifica a si mateix. (Segona part. Capítol 3: Transformacions de l'heroi - L'heroi com a redemptor del món)
La figura salvadora que elimina el pare tirà per assumir-ne la corona ell mateix (com Èdip) està seguint les passes del seu pare. Per suavitzar aquest patricidi tan dur, la llegenda representa el pare com una mena d'oncle cruel o Nimrod usurpador. Tanmateix, el fet persisteix, mig amagat. Un cop el veus, l'espectacle sencer es desintegra: el fill assassina el pare, però el fill i el pare són un de sol. Les figures enigmàtiques es dissolen de nou en el caos primigeni. Aquesta és la saviesa del final (i el reinici) del món. (Segona part. Capítol 3: Transformacions de l'heroi - L'heroi com a redemptor del món)
Ja ens sabem la història; s'ha explicat de mil maneres. És el cicle de l'heroi de l'època moderna, la història meravellosa de la humanitat arribant a la seva maduresa. L'encanteri del passat, la servitud de la tradició, van quedar destrossats amb estocades segures i poderoses. La xarxa de somni del mite va caure; la ment es va obrir a la plena consciència desvetllada; i l'home modern va emergir de la ignorància antiga, com una papallona surt del capoll, o com el sol, a l'alba, de l'úter de la mare nit. (Epíleg: Mite i Societat - L'heroi avui dia)
L'heroi modern, l'individu modern que s'atreveix a escoltar la crida i buscar la mansió d'aquella presència amb qui hem d'expiar-nos com a destí complet, no pot esperar, i no ha d'esperar, que la seva comunitat abandoni el seu fangar d'orgull, por, avarícia racionalitzada, i incomprensió santificada. "Viu," diu Nietzsche, "com si hagués arribat el dia." No és la societat que ha de guiar i salvar l'heroi creatiu, sinó precisament al contrari. I així cadascun de nosaltres comparteix aquesta missió suprema - portar la creu del redemptor - no en els moments brillants de les grans victòries de la seva tribu, sinó en els silencis de la seva desesperació personal. (Epíleg: Mite i Societat - L'heroi avui dia)
Joseph Campbell |
Dice mi mujer que hemos dado 22.845 pasos por Madrid. Pocos me parecen a mí, pero a ella le informa de estas cosas un reloj que lleva en la muñeca y ya se sabe que la tecnología siempre tiene razón. No sé cuánto supondrá esto traducido a quilómetros, pero una barbaridad, seguro.
Hemos comenzado la mañana en el Museo del Romanticismo, porque tenía yo el antojo de rendirle una visita a Paquiro, el torero:
Pero como no hay como ir a un sitio para encontrarse en otro, me he quedado sorprendido por estas dos maravillas de Alejandro Ferrant Fischermans, San Joaquín y Santa Ana (1884):
No estoy yo seguro de que Alejandro Ferrant sea un pintor romántico, pero eso es lo de menos. Lo relevante es su genialidad. Hay muchas cosas interesantes que reclaman la atención del visitante del Museo del Romanticismo pero yo he salido con la memoria totalmente ocupada por estas dos imágenes.
El cohete chino ha caído en el Océano Índico, pero como el cielo parecía decidido a descargar algo sobre Madrid, hoy nos ha dejado caer un chaparrón discreto que nos ha pillado saliendo del Café Gijón. El camarero que nos ha atendido no sabía quién era Ruano.
Primer día en Madrid. Sano y salvo. El cohete chino se ha convertido en una amenaza muy remota.
He pasado la mañana hablando sobre conservadurismo en la magnífica Fundación Conversación, que con tanta sabiduría dirige Armando Zerolo. He desarrollado tres ideas: que el conservadurismo es un reformismo, que el reformismo del conservadurismo hispano ha tenido desde Cánovas una dimensión decididamente social y que el conservadurismo se dice de muchas maneras (hay diferentes tradiciones conservadoras). He aprovechado la ocasión para proponer que el PP cambie su logo: debieran sustituir la gaviota por un berberecho.
En el ABC de hoy aparecen unas declaraciones que me arrancó la listísima Josefina G. Stegmann, que tiene la rara habilidad de llamarme siempre cuando me resulta imposible atenderla. Esta vez, cuando viajaba en el AVE que me traía a Madrid. Y, sin embargo, siempre consigue arrancarme alguna muela sin dolor. En esta ocasión quería que le dijerse mi opinión sobre la prohibición del lenguaje inclusivo en las escuelas francesas. Esto es lo que Josefina dice que yo le dije: "Los franceses no aceptan la degradación escolar del canon. Y eso signifoica que aman la escuela como el lugar en el que el niño se convierte en ciudadano gracias al acceso a una cultura común. Esa cultura no puede ponerse en desbandada ante los intentos de dinamitarla por parte de quienes quieren llevar la revolución al lenguaje. El lenguaje es la razón común, no la razón de parte".
Ha aparecido hoy en El Tribú la última entrega de mi Locutori.
Os podría hablar de la dulce serenidad del amanecer y de como los tonos pasteles se apoderan de las fachadas en el atardecer de Madrid, de las gentes que invaden las terrazas de bares y restaurantes, de lo hermosa y acogedora que es esta ciudad, que ha hecho de la inclusión su esencia. Pero estoy tan cansado,...
Aquest llibre de l'acadèmic estatunidenc Joseph Campbell (1904-1987) es va publicar per primer cop el 1949, i a hores d'ara és un text de referència en els estudis literaris i antropològics. Si bé potser a aquestes alçades ha quedat relegat al nivell de curiositat de museu, és indiscutible la influència que ha tingut en l'anàlisi literària, en tant que no sols s'aplica als mites del món antic, sinó que amb el temps s'han anat rastrejant les estructures i els trops de què parlava Campbell també en les obres literàries modernes. Perquè Gilgamesh i Harry Potter, Odisseu i Jane Eyre, el rei Artur i Luke Skywalker, Persèfone i Frodo Saquet, Teseu i Katniss Everdeen, comparteixen tots un aire de família que Campbell clarifica al detall en la seva exposició.
Evidentment, ni tots els mites són iguals, ni totes les fases de l'aventura queden incloses en tots els relats, ni les diferències culturals de cadascun poden ser reduïdes o passades per alt, però l'autor se centra, precisament, en allò que tenen en comú totes aquestes històries, per tal de reconèixer un arquetip on només tenim llambregades parcials d'un mateix relat. El llibre descriu els arquetips que conformen el viatge de l'heroi, una estructura narrativa bàsica que es pot rastrejar a tots els mites, com si en fos l'esquelet. L'heroi parteix del món conegut i és cridat o empès a la descoberta d'un món ignot i perillós, on passa un seguit de proves i aventures que demostraran la seva vàlua, posaran al descobert la seva autèntica identitat, i l'enfrontaran a un monstre o tirà. Així, l'heroi (o heroïna) es purificarà de la seva vida passada i tindrà accés a un altre pla de l'existència. Aquesta etapa d'aventures màgiques i misterioses només es revelarà com a preparació per a la tornada al món conegut i prosaic de l'existència quotidiana, amb un elixir o remei que el guarirà o que en restaurarà l'ordre original, perdut per la desmesura o la negligència de la humanitat.
Campbell llegeix aquest esquema narratiu en termes psicoanalítics i, per tant, aquest món desconegut i fantàstic equival als recessos inconscients de la psique humana, de forma que l'heroi, en realitat, està baixant al fons de si mateix, i els perills i proves que ha d'afrontar l'apropen a un coneixement més profund de si mateix. Tot allò que hauria quedat reprimit en la psique humana es tradueix en una necessitat de baixar al món soterrat de la infància i les seves ansietats reprimides, només per així poder tornar a reclamar l'edat adulta i esdevenir rei, arrabatant-la d'un tirà-usurpador que estava intentant aturar o monopolitzar aquest cicle natural. Són les aventures dels herois mítics més antics, dels protagonistes dels contes de fades, i dels patriarques i profetes que funden noves religions revelades, o dels místics que reben una il·luminació.
Aquesta és la primera part de la història, "El viatge de l'heroi", però l'anàlisi té una segona part, "El cicle cosmològic", que descriu el mateix esquema però aplicat als mites cosmogònics i escatològics. L'aventura seria la mateixa, però aquest cop protagonitzada per l'univers sencer: d'un caos o foscor primigenis, es produeixen una sèrie de "sortides" o emanacions que donen lloc al nostre món conegut, i l'aventura de l'heroi s'insereix dins d'aquest marc més general com a punt culminant, revelació o apoteosi, de la divinitat. El recorregut acaba amb la fi del món, en que l'univers retornaria a aquest estat primordial que des del nostre cantó del vel ens resulta completament desconegut. És en aquest esquema més ampli que, en realitat, l'heroi demostra les seves mil cares: quan l'aventura es viu des de dins, l'heroi és redemptor i salvador, guaridor del món; quan la roda del cicle es torna a posar en marxa, l'heroi d'ahir es converteix en el tirà o el monstre d'avui, com li passa a Èdip quan s'adona que ha usurpat el lloc del seu propi pare i s'ha convertit en un nou monstre per a la ciutat de Tebes.
Per més que, explicat així, el propòsit del text pugui semblar obscur, el fil conductor que lliga totes aquestes estructures i recurrències formals és la pròpia humanitat del protagonista: la incapacitat dels mites de donar una resposta definitiva, que fa que el cicle sempre torni a recomençar i a posar-se en marxa de nou, ens connecta a les preguntes més profundes i més incontestables de la nostra humanitat: per què existim on podria no haver-hi res, per què som éssers racionals en una natura que no ho és, per què hem de morir i quin sentit té tot plegat. El viatge de l'heroi s'acaba reduint, al nivell psíquic, a acceptació de la pròpia mort, com se li revela a Gilgamesh en el centre del seu viatge, i al nivell cosmològic, al reconeixement de l'u o foscor primigènia que va donar lloc a la multiplicitat del món creat o emanat.
Totes dues històries són una i la mateixa, de fet. La perspectiva psicoanalítica, que al principi del llibre es pot fer una mica obscura i difícil de seguir, adquireix el seu sentit al final del llibre, de fet, en què Campbell analitza el món modern que el 1949 ja és totalment secularitzat i científic: la mort de Déu anunciada per Nietzsche ja és un fet acomplit, i les pròpies institucions religioses juguen la partida dels interessos polítics i econòmics del món secular. Els somnis analitzats a la primera part del llibre es revelen com a reducte inconscient d'aquest pensament mític que ja no cohesiona la societat en aquest món secularitzat i modern. Però he de reconèixer que la cloenda que Campbell aporta al seu text, en aquest punt de l'exposició, m'ha fet somriure de forma inesperada. Que no era part del relat, la mort de Déu? Que no s'immolen els déus a si mateixos, ja es diguin Odin, Ishtar o Jesucrist, per donar el coneixement a la humanitat? Fins i tot aquesta etapa de la història de la humanitat, desencantada i utilitària, es pot inserir, segons Campbell, dins de l'esquema del mite principal.
La visió de gènere també apareix en l'anàlisi i, suposo que perquè no en tenia una expectativa gaire definida abans de començar a llegir, m'ha sorprès en positiu: les distincions de gènere també es dissolen en el món del déu - que és revela com a home i dona, tomba i úter a la vegada, a ulls de l'iniciat. Evidentment que estem parlant de textos mil·lenaris i tot sovint aquests mites reserven rols tradicionalment diferenciats a homes i dones - l'home com a guerrer o venjador respecte del tirà, la dona com a núvia del déu desconegut. Ara bé, precisament la riquesa de la mitologia ens revela els mateixos rols ocupats per homes i dones en diferents relats: com Jesucrist, la deessa mesopotàmica Innana o Ishtar descendeix al món inferior per ser executada en benefici de l'univers i des d'aquest món inferior serà retornada a la vida pel seu servent fidel.
En definitiva, una bona recomanació que val la pena revisitar, especialment per a interessats en mitologia i en literatura comparades. De fet, l'exposició teòrica és força breu, i gran part del text és exemplificació a través de textos, per això m'ha semblat un text molt més fàcil de llegir del que podria semblar en un principi, i que delimita el seu propi camp d'anàlisi de forma molt clara i entenedora.
Continguts: L'heroi de les mil cares recorre les fases arquetípiques del viatge de l'heroi a través dels seus capítols, il·lustrant-les a través de múltiples exemples de mitologies d'arreu del món. La primera part, "L'aventura de l'heroi" analitza el recorregut des del punt de vista individual i psíquic de l'heroi, arquetip del viatge interior de cada ésser humà per respondre les preguntes més profundes de l'existència i acabar acceptant la pròpia mort. El viatge té tres fases principals: Sortida, Iniciació i Retorn, i aquestes tenen unes quantes subfases que no tenen perquè aparèixer totes en tots els mites. La sortida pot incloure la crida a l'aventura, el rebuig d'aquesta crida, l'ajut sobrenatural, i el pas del primer llindar. La iniciació pot incloure el camí de les proves i patiments, la trobada amb la Deessa, la dona com a temptadora, l'expiació amb el pare, l'apoteosi de l'heroi i l'obtenció de l'elixir. En la fase de Retorn hi podem trobar el rebuig del retorn, la fugida màgica, el rescat des de fora, el pas del llindar de tornada, l'heroi com a senyor dels dos móns, i la fase final de llibertat. La segona part del llibre revisita la mateixa estructura, però aquest cop des del punt de vista del cosmos sencer: les fases principals són Emanacions, Naixement de mare Verge, Transformacions de l'heroi i Dissolucions. El viatge de l'heroi queda inserit, en aquesta segona secció, dins del mite de creació i destrucció última de l'univers sencer, de forma que es transforma en un vehicle per a la revelació divina. L'epíleg és una interpretació força original de la situació del món contemporani, en què els mites ja han perdut la força per explicar la realitat en un món secularitzat, però en què l'ésser humà segueix lligat a la mateixa necessitat de donar sentit a la seva existència i resposta a les grans preguntes.
M'agrada: La lectura del mite de Teseu i el minotaure en termes psicoanalítics, que m'ha semblat brillant. Més en general, la claredat expositiva de la proposta, que no pretén convèncer ningú, sinó que exposa la seva anàlisi de forma molt lineal i aclaridora perquè després el lector la interpreti com consideri, o l'apliqui a altres obres literàries.
No m'agrada: Els moments més nihilistes del text, quan la generalització del seu esquema toca la metafísica, i la seva mística indefinida, a mig camí entre el nihilisme ascètic i l'afirmació creativa de caire més nietzscheà. Com que no cal escollir entre tots dos perquè els oposats s'acaben dissolent en un tot d'indefinició última, el sentit de tot plegat s'acaba escolant per les esquerdes, de fet. Passa el mateix amb el model psicoanalític: Campbell el presenta com a prova que una veritat subjacent a l'univers sencer es manifesta a través d'aquest patró, en comptes de donar una explicació un punt més senzilla, que seria que imprimim a la realitat mateixa els nostres patrons de pensament.
En podeu llegir uns fragments aquí.
¿Y con que me encuentro?
Pues con un cohete chino que, según algunos medios, podría caer en Madrid.
Mail de B.:
"Je passe une heure par jour en salle de kinésithérapie. Nous sommes des dizaines d'éclopés, qui répétons à l’infini les mêmes petits exercices, tels de minables Sisyphes. Et au milieu de nous, un bataillon de kinés, jeunes et beaux comme des dieux et déesses grecs. C’est un spectacle intéressant".
Y aquí, en Madrid, con miedo al cohete chino.
Se acerca el lunes y están ustedes invitados:
Només tens una vida, a què em refereixo amb això?, doncs bé vull arribar a la conclusió del fet que he d'obrir els ulls i gaudir de la vida, sent com sóc jo i a qui no li agradi doncs que no em mirin.
Ara semblaré una vella, però he passat per moltes etapes en setze anys que tinc, sóc una noia com qualsevol altre amb molts complexos que a la llarga els he intentat tapar per por al "què dirà la gent?" però farà qüestió de mesos em vaig adonar que deixaria de preocupar-me per als altres i començar a preocupar-me per mi. Per prendre aquesta decisió he trigat molt, ja que anava rebent comentaris, però el que més em va tocar i em va fer mal eren les persones que m'ho deien... Però la meva família i els meus amics, no aquells que diuen "estaré per sempre" sinó els que m'ho han demostrat quan ho he necessitat, ells van estar per ajudar-me.
Avui aniria i els i faria dos petons a cadascuna d'aquelles persones, ja que m'he fet molt més forta i no passo ni una, de fet algunes de les persones m'han confessat que em tenen enveja, però la meva resposta va ser... Valorat que un cos no ho és tot, ja que és un cos humà es pot engreixar, aprimar i el més important només hi ha una vida!Este artículo fue originalmente publicado por el autor en El Periódico de Extremadura.
¿Se debe dialogar en cualquier circunstancia y con todo el mundo? Ni hablar. O, mejor dicho: hablar sí, y negociar, y hasta argumentar si cabe. Pero dialogar no. El diálogo requiere condiciones éticas y filosóficas que no siempre se dan en otras formas de comunicación. Sin esas condiciones, el diálogo no es posible (sin perjuicio de que se siga hablando, negociando o incluso argumentando).
La primera de tales condiciones es el compromiso con la verdad. El diálogo se instituye con el propósito de investigar o deliberar acerca de lo que son o deben ser realmente las cosas. Si no se comparte dicho propósito (porque no se crea posible, o porque las finalidades sean otras, como persuadir, propagar, manipular o mentir) no hay diálogo que valga.
Dado que la verdad no puede ser algo subjetivo, la segunda condición de todo diálogo es la cooperación. El diálogo es, esencialmente, una actividad intersubjetiva, en que las posiciones e intereses individuales, el triunfo retórico o la reafirmación del propio ego quedan subordinados a ese interés o bien común que suponen el conocimiento o la deliberación en torno a lo justo. Sin ese valor trascendente de lo común (lo verdadero, lo bueno, lo racional...), y de ciertas virtudes concomitantes (honestidad, tolerancia, espíritu crítico), podrán darse el habla, el debate retórico, la negociación, pero no el diálogo.
La tercera condición es la incertidumbre. Se dialoga porque se duda de lo que se cree y, conscientes de esto mismo, se reconoce la necesidad de poner a prueba nuestras ideas y aprender de otros. El diálogo ha de sacarte de tus casillas ideológicas y tus “-ismos” habituales. Si crees ciegamente que tus posiciones son indubitables un buen diálogo te vendría de perlas, pero nadie (salvo que te aprecie o se dedique vocacionalmente a ello) está obligado a ayudarte.
La incertidumbre es, además, condición del interés que nos empuja a empatizar con los demás, interesándonos por su forma de concebir el mundo e inquiriendo y valorando su opinión sobre nuestras opiniones. Si, por el contrario, lo que abunda es la lectura torcida o parcial de lo que dice el otro (para, así, regodearnos en lo “nuestro”), toca levantarse y coger la puerta.
La quinta condición es la radicalidad. En un diálogo no caben dogmas, tabúes o certezas incuestionables; ni conclusiones fijadas de antemano (un “debate” instrumentalizado para conducir a los que participan a una posición predeterminada no es un debate). Participar en un diálogo supone, por el contrario, asumir el riesgo de que nuestras convicciones se desmoronen e, incluso, de que nuestra vida cambie de rumbo.
Por último, un diálogo exige equidad racional, de manera que el derecho a tomar la palabra sea estrictamente proporcional a la voluntad y la capacidad de razonar y explicar (reconocida por los demás) que tenga cada uno. Así, si en un debate se da ventaja al que más grita, paga, pega o manda, tampoco hay diálogo.
Alguien podría decir que, dada esta lista tan exigente de condiciones, uno estaría condenado a no debatir jamás. Y no le faltarían motivos. De hecho, casi todo lo que pasa hoy por “diálogo” (debates parlamentarios, tertulias televisivas, discusiones en las redes) está dirigido a la manipulación, la justificación de intereses particulares, la reafirmación de lo que ya creemos o, más simplemente, a alimentar con sangre y saña al circo mediático que nos mantiene entretenidos en nuestro puesto virtual de trabajo (consistente en proporcionar información y comprar lo que nos ofrecen).
¿Deberíamos ser, entonces, tan pulcros o tiquismiquis? ¿No dejaríamos, así, el campo libre a demagogos y dogmáticos? Yo aquí soy optimista. Creo que la pulcritud intelectual y moral nunca es excesiva, y que es lo único que puede sacarnos de esta debacle. Más aún, espero que el espectáculo degradante del no-debate público vaya generando una reacción creciente de desapego, de forma que el simulacro de “diálogo” con que se autolegitima el régimen acabe por descubrirse solo.
Mientras, no ya levantarte indignado de la mesa (como los políticos o los famosos en los programas de cotilleo) sino, directamente, no participar de ninguna manera en el Show. No digamos si, en lugar de demagogia, ruido, consignas o risas necias, lo que hay sobre la mesa son amenazas, balas, pistolas o rebeliones de opereta, en cuyo caso no solo no hay nada que dialogar, sino que hay la obligación de expulsar del plató, la institución y hasta de la vida civil al que violenta, sometiéndole, si procede, a la violencia legítima de la ley.
A no ser, claro, que nos vaya la marcha, y que lo único que nos interese sea este crispante estado (completamente ajeno al bien común) de campaña electoral permanente.
Tengo ahora mismo, a las 16:00, una videoconferencia con Madrid que me deja sin paseo vespertino. Iré al grano.
El PP ha ganado con una amplia mayoría las elecciones de la comunidad de Madrid. La izquierda perpleja, se mira los bolsillos, volviéndoselos del revés, intrigada porque no cree que haya perdido las llaves de la que considera su casa, sino que se las han robado. No sabe qué ha pasado. Las buenas gentes de la izquierda -lo digo sin ironía- están convecidas de que son los únicos buenos y no entienden cómo el pueblo trabajador puede haber preferido a los malos.
Los malos son los que caben en el simplista esquema de espantapájaros con el que la izquierda ha esquematizadso a la derecha.
Daré mi explicación de lo ocurrido.
Viajo bastante a Madrid y siempre vuelvo sorprendido por el dinamismo de esta ciudad. Todo el mundo anda con planes, proyectos, ilusiones. Recibo más invitaciones de las que puedo responer y me siento, en cuanto llego a Atocha, como en casa. Pues bien, a los madrileños, que son conscientes de este dinamismo, la izquierda les ha estado diciendo que no hay nada de esto. Los madrileños no pueden decir que están bien y si lo dicen, saldrá algún izquierdista a rebatirlos, intentando persuadirles de que en realidad se encuentran no mal, sino muy mal, rematadamente mal, que viven en el sumidero de lo peor de España. Su conciencia del bienestar es sólo una conciencia cautiva, alienada, que necesita de los argumentos de un progre o, en su defecto, de un catedrático de metafísica, para descubrir su dolor.
Añadamos que si te consideras conservador es imposible reconocerse en la imagen vampírica que los socialistas y podemitas han proyectado de ti. Tú bien sabes que no eres nada de eso y, además, que no conoces a ningún conservador en Madrid que se aproxime si quiera a esa imagen fantasmal de una derecha que sería en realidad una ultraderecha filofascista, autoritaria, contraria a los intereses de los trabajadores, de la cultura, etc.
La manipulación ha sido tan grosera que, al final, el elector se ha guiado más por lo que veía directamente que por lo que le aseguraban que tenía que ver. Entre las cosas que veía estaba una mujer que siente orgullo de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Lo más curioso es que resulta claramente perceptible entre los vencedores como una liberación no tanto por haber ganado como por habrse quitado de encima a alguien -Iglesias- que intentaba denodadamente convertirlos en extranjeros de su identidad.
Cinefòrum dinamitzat per Joan Méndez
Sinopsi: el capità Vladimir Arseniev i el seu destacament han de fer prospeccions geològiques en els boscos de la taigà Siberiana. La immensitat del territori i la duresa del clima fan que s’extraviï. Condemnat a vagar pel territori salvatge coneix Dersu Uzala, un caçador nòmada que coneix bé el territori i l’ajuda a superar les inclemències del temps. Dersu ensenyarà a Vladimir a respectar la natura i a conviure en harmonia amb ella.
Mañana de trabajo intenso, preparándome varias conferencias que debo dar próximamente y leyendo con interés la biografía de Azaña de Emiliano Aguado. La sopresa del día me la ha dado el periodista húngaro Péter Heltai, redactor de una revista de Budapest, que me comunica que hoy ha publicado una entrevista que me hizo hace varias semanas. Me veo a mí mismo hablando en una lengua que me resulta totalmente desconocida y no me siento yo. De Hungría apenas sé nada. El primer nombre que me viene a la memoria es el de Béla Hamvas y su maravillosa Filosofía del vino. Después, enganchados a la filosofía, Lukács, Lakatos, Max Nordau, Agnes Heller....
He comido en el Petit Cafè, en la Plaza de Ocata. Y he vuelto a descubrir que la mayoría de la gente no guarda ninguna consideración con alguien que está leyendo. Al que lee se le puede interumpir con cualquier cosa, por ejemplo, con una muestra forzada de amistad, y tantas veces como apetezca. Cómo me gustaría aparentar que soy un misántropo y en el fondo no serlo, en vez de serlo a medias sin aparentarlo.
Esta tarde, paseo largo por la sierra de Sant Mateu, en Teià:. El Mediterráneo se ve diferente cuando se contempla desde la ladera, recuperando el aliento en un claro del bosque. Es como una huida del paisaje, una evocación de la aventura. Es la imaginación de lo posible desde la comodidad de Ítaca. En mi caso, comodidad relativa, porque mi Penélope sigue en Pamplona.
Leo mucho, a todas horas y, sin embargo, avanzo poco. A veces me ocurre esto: me obligo a leer determinadas cosas para asegurarme que no se me ha pasado nada por alto y cuando cierro el libro no he tomado ni una nota, aunque me haya entretenido en cuestiones marginales. He acabado con Ridruejo. Una decepción, porque posiblemente esperaba una obra importante de un mportante personaje. Creo que en él lo importante era su presencia física, su proximidad, su cordialidad. Me lo confirma Tono Masoliver, que lo conoció bien. Su poesía no me ha interesado nada (pero tengo que reconocer que él no parece que se hiciera muchas ilusiones como poeta) y en sus ensayos no me he encontrado ideas de esas que te hacen tropezar. Al final, me quedo con el Ridruejo viajero, el que, por ejemplo, pasea por Soria y describe con tan entrañable pulcritud el paisaje, los pueblos y las gentes. Ridruejo tenía, me parece a mí, un alma machadiana.
Recibo un mail de un gobierno autónomo. Me dicen que lo que me tenían que haber enviado hoy no saben cuándo me lo podrán enviar porque tienen un problema informático. ¡Ah, la informática! Nos hemos convencido de que la tecnología es moralmente neutra y que, por lo tanto, no hay que echarle las culpas de nada. Es como un nublado que arrasa una cosecha con una pedregada. ¡Qué le vamos a hacer! Lo más divertido ha sido el argumento final: "Lamentamos las molestiass ocasionadas por este retraso causado por nuestro deseo de innovar". Hace tiempo que vengo diciendo que lo nuevo ha ocupado el espacio que hasta hace poco teníamos reservado a lo bueno.
Largo paseo por las viñas de Alella. 9 km en 2 horas con un tiempo espléndido. Un sol imperial pero sin estridencias y una brisilla serena. No había nadie trabajando en las viñas y sólo me he cruzado con un caminante y su perro.
La primavera sigue su curso. Lo anuncia la flor del acanto, que ya insinúa sus colores:
Y lo confirman los tonos suaves del paisaje y las francicanas florecillas de los lindes.
Los racimos insinúan el milagro de cada año. Cada brote nuevo es una victoria de la cultura (como agri-cultura) sobre la naturaleza, un canto a la capacidad domesticadora del hombre. En algún lugar del mundo dentro de un par de años alguien beberá el vino que aquí nace.
El suelo estaba blando, el aire limpio, el campo desierto, el silencio era completo.
Me he recorrido estos lugares muchas veces y cada primavera me sorprenden porque (me) parece que me estaban esperándome. En todo caso, son un regalo que, al caminar en soledad, tienen algo de exclusivo.
Esos cipreses -árboles de Afrodita- llevan aquí muchos años, poniendo sobre las laderas una pincelada toscana. Cada vez que hago este recorrido me detengo a admirar esa insisencia suya por romper la horizontalidad dominante del paisaje...
Al fondo, Barcelona, como un espejismo. Me imagino que la mayoría de barceloneses no tienen ni idea de lo cerca de sus casas que está este oasis de paz. Mejor que siga siendo así, desde luego.
Los pámpanos parecen poseer una luz interior que los empuja a creceer.
Otra cosa: En el número de mayo-junio de la revista CLAVES hablamos de la familia: "evolución de una institución imprescindible":
Para apuntalar esta retórica de violencia contra personas enfermas o con necesidades especiales, la maquinaria de propaganda nazi articuló un discurso que intentaba convencer a los ciudadanos alemanes del alto coste que asumía el Estado por mantener “parásitos”, en alusión a discapacitados psíquicos y físicos, como señala Michael Burleigh en Muerte y liberación: la eutanasia en Alemania1900-1945 (Cambridge University Press, 1994). Esta propaganda, según Burleigh, tuvo cierto éxito, ya que informes secretos policiales revelan que “la gente estaba lejos de condenar unánimemente estas políticas” eugenésicas.
El sistema de Vox para condenar el gasto público en atender a menores extranjeros no acompañados no es, por tanto, novedoso: es la misma técnica propagandística que se usó para justificar una guerra de aniquilación contra aquellos a los que percibía como genéticamente inferiores.
Parece que sale el sol. La mañana ha sido insípida, destemplada, con lluvia intermitente y un cielo confuso que no acababa de decidir con qué gris quedarse. Ahora las nubes, contundentes, navegan a su antojo bajo un cielo azul pálido y de vez en cuando dejan paso a la reconfortante luz del sol.
He salido a eso de las 11:00 a dar una vuelta por el pueblo con el paraguas. No me apetecía quedarme encerrado en casa. El suelo estaba húmedo e iba palpando su consistencia con los pies, con un caminar de braille pedestre. Sabes que eres viejo cuando no puedes contar con la fidelidad de tus piernas traicioneras. El resbalón es algo más que una amenaza, es una insinuación a cada paso, especialmente en este pueblo con tanta cuesta.
En el paseo veo desde lejos a la mujer más sosa del pueblo. Blanda, sin cuello, regordeta, camina con pasos pequeños a un ritmo constante. Me ha visto y viene, directa, a por mí. No desaprovechará la portunidad de contarme uno de sus insípidos chistes. La caridad bien entendida debiera comenzar con la sinceridad con el palizas, porque si te haces el complaciente, ya no te lo quitas de encima. He caído. Es decir, he reforzado su vicio.
Dice Ambrose Bierce que la Tierra tiene forma esférica para que no podamos echarnos de la misma unos a otros a empellones. En Bierce he pensado cuando la mujer ha descargado sobre mí su insipidez.
Creo que me voy a dar una vuelta por la playa y posiblemente me llevaré a Ravel conmigo. Es primero de mayo.
Els he traduït de l'original anglès. Una lectura molt colpidora i informativa, sens dubte.
Més endavant allà fora, a Boston i a Nova York, vaig trobar-me entre els milions de negres prou bojos per sentir que tenir la pell més clara era una marca d'estatus - que de fet tenies molta sort d'haver nascut així. Però, temps després, vaig aprendre a odiar cada gota de sang que hi havia en mi d'aquell violador blanc. (Capítol 1 - Malson)
Aquesta va ser la meva primera lliçó sobre el joc; si veus algú que guanya sempre, no és que jugui, és que fa trampes. Més endavant a la vida, si començava a perdre per sistema en una partida, em posava a observar amb molta atenció. És com quan el negre a Amèrica veu com el blanc guanya sempre. És un jugador professional; té totes les cartes i tots els números al seu favor, i a nosaltres sempre ens ha repartit les cartes que ja tenia marcades. (Capítol 1 - Malson)
Sabia que no tornaria a veure la mare perquè m'hauria convertit en una persona molt cruel i perillosa - sabent que ens havien tractat com a números, com un cas més del registre, no com a éssers humans. I sabent que la meva mare allà dins era una estadística que no hi havia de ser, que hi era pel fracàs, la hipocresia, l'avarícia i la falta de pietat i de compassió de la societat. Per això no em queda pietat ni compassió per una societat que esclafa les persones, i després les penalitza per no haver estat capaces de suportar tot aquest pes. (Capítol 1 - Malson)
El que intento explicar és que mai no se'ls havia acudit que jo els podia entendre, que no era una mascota sinó un ésser humà. No es creien que pogués tenir la mateixa sensibilitat, intel·lecte o comprensió que haurien estat preparats i disposats a reconèixer en un noi blanc que hagués estat en la meva situació. Però al llarg de la història aquest ha estat el cas amb els blancs a l'hora de mirar els negres, que fins i tot quan hem pogut estar amb ells, no ens han considerat com ells. Fins i tot quan ha semblat que obrien la porta, encara la tenen tancada. Així que, a mi, no em van veure mai realment. (Capítol 2 - Mascota)
Jo era únic a la meva classe, com un gosset de color rosa. I n'estava orgullós; ara no ho negaré. De fet, en aquell temps, ni tan sols sentia que fos negre, perquè m'estava esforçant tant de totes les formes possibles a ser blanc. Per això avui dia passo tant de temps explicant als negres americans que perden el temps esforçant-se a "integrar-se". Ho sé per experiència personal: m'hi he escarrassat. (Capítol 2 - Mascota)
No vaig trigar ni una setmana a aprendre que l'únic que has de fer és donar espectacle als blancs i et compraran qualsevol cosa que els ofereixis. Era com quan treia el drap d'enllustrar sabates. Els cambrers dels vagons restaurant i els mossos dels vagons llit també ho sabien, i feien el número de l'oncle Tom per aconseguir propines més grans. Érem en el món dels negres que són servents i psicòlegs a la vegada, conscients que els blancs estan tan obsessionats amb la seva pròpia impotància que et pagaran el que sigui, quantitats enormes, per pensar que els estàs cuidant i entretenint. (Capítol 5 - Harlemita)
Quan et tornes un animal, un voltor, al gueto, com m'havia passat a mi, entres en un món d'animals i de voltors. Es converteix de fet en supervivència només dels més forts. (Capítol 6 - En Red de Detroit)
Aquest encara és un dels problemes més grans dels negres avui dia. Una gran part dels anomenats negres "de classe alta" estan tan preocupats per convèncer els blancs que ells "són diferents d'aquests altres" que no se n'adonen que només contribueixen a mantenir l'opinió que tenen els blancs de tots els negres. (Capítol 6 - En Red de Detroit)
Què me'n dius si et deixo guanyar cinc-cents dòlars per jo poder-ne guanyar deu mil? (Capítol 10 - Satanàs)
Ni tan sols saps el nom autèntic de la teva família, no reconeixeries la teva autèntica llengua si la sentissis. El dimoni de l'home blanc t'ha desposseït de qualsevol coneixement autèntic de la teva pròpia gent. Has estat una víctima de la maldat del dimoni de l'home blanc des que et va assassinar i violar i et va segrestar de la teva terra nativa en la llavor dels teus avantpassats. . . (Capítol 10 - Satanàs)
Ara passava per la prova més difícil, i també la més important, per a qualsevol ésser humà: acceptar allò que ja és dins teu, i al teu voltant. (Capítol 10 - Satanàs)
Qualsevol que hagi llegit molt pot imaginar-se el nou món que se'm va obrir. Deixeu que us digui una cosa: des d'aleshores fins a sortir de la presó, en qualsevol moment lliure, si no estava llegint a la biblioteca, estava llegint a la llitera. No em podríeu haver tret dels llibres ni fent palanca. Entre els ensenyaments del senyor Muhammad, la meva correspondència, els visitants - normalment l'Ella i en Reginald - i les meves lectures, vaig passar els mesos sense pensar en el meu empresonament. De fet, fins llavors, mai no m'havia sentit tan autènticament lliure. (Capítol 11 - Salvat)
Mentre els blancs es declaren ignorants sobre per què la Xina els odia tant, no puc parar de recordar el que havia llegit, allà a la presó, sobre com els avantpassats de sang d'aquests mateixos blancs violaven la Xina en el moment en què es mostrava més confiada i desvalguda. Aquests "comerciants cristians" blancs van enviar milions de lliures d'opi a la Xina. El 1839 ja hi havia tants xinesos addictes que el govern xinès, desesperat, va destruir vint mil caixes d'opi. Immediatament els blancs van declarar la primera Guerra de l'Opi. Imagineu! Declarar la guerra a algú que es resisteix a ser drogat! Els xinesos van patir una derrota severa, amb la pólvora que ells mateixos havien inventat. (Capítol 11 - Salvat)
Us diré una cosa. El corrent sencer de la filosofia occidental ha acabat en un cul de sac. L'home blanc ha perpetrat un frau tan gegantí sobre ell mateix i sobre l'home negre que ha caigut dins d'una esquerda. I ho ha fet a través de la seva necessitat neuròtica i elaborada d'amagar l'autèntic rol dels negres a través la història. (Capítol 11 - Salvat)
Sabeu per què l'home blanc us odia de debò? És perquè cada vegada que us veu la cara, veu el seu propi crim emmirallat - i la mala consciència no el deixa ni mirar-lo! (Capítol 12 - Salvador)
Que l'home blanc li pregunti al negre si l'odia és com si un violador li pregunta a la víctima, o un llop li pregunta a l'ovella: "M'odies?" L'home blanc no té cap autoritat moral per acusar ningú d'odi! Si tots els meus avantpassats han estat mossegats per una serp, i a mi m'ha mossegat una serp, i aviso els meus fills que vigilin amb les serps, per què m'hauria d'acusar la serp de predicar l'odi? (Capítol 14 - Musulmans negres)
On van llençar la bomba atòmica . . . "per salvar vides americanes"? Potser són tan ingenus els blancs per pensar que els dos terços no blancs de la població mundial no entendran l'autèntica implicació d'aquest fet? Abans de llençar aquesta bomba, aquí mateix als Estats Units, què me'n dieu dels cent mil japonesos-americans, naturalitzats o nascuts aquí, que van ser tancats en camps de concentració voltats de filferro espinós? I quants ciutadans nacionalitzats i nascuts a Alemanya van ser tancats amb filferro espinós? Perquè eren blancs! (Capítol 15 - Ícar)
"Enlloc no he vist tants blancs tractant els negres tan bé com vosaltres aquí a Àfrica. A Amèrica, els afroamericans lluiten per la integració. Haurien de venir aquí, a Àfrica, i veure com somrieu als africans. Aquí sí que teniu integració. Però podeu explicar als africans com a Amèrica somrieu als negres? No podeu! I en realitat no sou sincers amb aquests africans tampoc, l'únic que us agrada són els minerals que Àfrica té en el seu territori . . ." Els blancs que hi havia al públic es van posar de tots colors. Sabien que deia la veritat. "No sóc anti-americà, i no he vingut aquí a condemnar Amèrica - vull que això quedi molt clar!" Els vaig dir. "He vingut a dir la veritat - i si la veritat condemna Amèrica, així quedarà condemnada!" (Capítol 18 - El-Hajj Malik El-Shabazz)
Va ser el primer cop que vaig veure els ghanesos ballant com si no hi hagués demà. Tothom s'ho estava passant d'allò més bé, i em van demanar que digués unes paraules. Vaig tornar a insistir en la unitat dels africans i els afroamericans. Em va sortir del cor de dir: "Balleu! Canteu! Però mentre ho feu - recordeu en Mandela, recordeu en Sobukwe! Recordeu en Lumumba mort i enterrat! Recordeu els sudafricans que són a la presó!" Els vaig dir: "Us pregunteu per què no ballo? Perquè vull que recordeu els vint-i-dos milions d'afroamericans als Estats Units!" Però és clar que tenia ganes de ballar! Els ghanesos ballaven com si estiguessin posseïts. Una noia africana molt maca va cantar "Blue Moon" com si fos la Sarah Vaughan. De vegades l'orquestra sonava com Milt Jackson, de vegades com Charlie Parker. (Capítol 18 - El-Hajj Malik El-Shabazz)
Els vaig sortir als reporters amb una cosa que no s'esperaven. Els vaig dir que els negres americans havien de deixar de pensar el que els havien ensenyat els blancs: que els negres no tenien cap alternativa tret de suplicar pels anomenats "drets civils". Vaig dir que els negres americans havien de reconèixer que tenien un cas ferm i sense fissures per portar els Estats Units davant les Nacions Unides amb una acusació formal de "negació dels drets humans" - i que si Angola i Sudàfrica n'eren els precedents, aleshores els Estats Units no s'escaparien fàcilment de ser censurats a casa seva mateix. (Capítol 18 - El-Hajj Malik El-Shabazz)
En el passat, sí, he fet generalitzacions sobre tots els blancs. No ho tornaré a fer mai més - perquè ara sé que alguns blancs sí que són sincers, que alguns són autènticament capaços de ser germans dels negres. L'autèntic Islam m'ha ensenyat que fer una generalització sobre els blancs està tan mal fet com quan els blancs fan generalitzacions sobre els negres. (Capítol 18 - El-Hajj Malik El-Shabazz)
"Malcolm X!" em va cridar - i quan el vaig mirar, em va allargar la mà per la finestreta, amb un somriure d'orella a orella. "Et fa res fer una encaixada amb un blanc?" Imagineu-vos-ho! Tot just quan es posava verd el semàfor, li vagi dir: "A mi no em fa res fer encaixades amb éssers humans. Que n'ets un, tu?" (Capítol 18 - El-Hajj Malik El-Shabazz)
Ja n'he tingut prou, de la propaganda dels altres. Jo defenso la veritat, tant se val qui la digui. Jo defenso la justícia, tant se val a favor o en contra de qui vagi. Primer de tot sóc un ésser humà, i com a tal defenso qui sigui i el que sigui que beneficiï la humanitat com a tot. (Capítol 19 - 1965)
La història de la humanitat ha demostrat a través dels segles que l'autèntic criteri del lideratge és espiritual. Als homes se'ls atrau per l'esperit. Pel poder, només se'ls obliga. L'amor és engendrat per l'esperit. El poder només crea ansietats. (Capítol 19 - 1965)
De vegades m'he atrevit a somiar que un dia la història podria arribar a dir que la meva veu - que va destorbar la comoditat de l'home blanc, i la seva arrogància, i la seva autocomplaença - que la meva veu va ajudar a salvar Amèrica d'una catàstrofe greu, fins i tot fatal. (Capítol 19 - 1965)
Crec que seria quasi impossible de trobar enlloc d'Amèrica un negre que hagi viscut tan avall al fang de la societat humana com jo; o un negre que hagi estat més ignorant que jo; o un negre que hagi patit més angoixa durant la seva vida que jo. Però és només després de la foscor més profunda que pot aparèixer la llum més gran; només després del patiment més extrem que pot arribar la joia més gran; només després de l'esclavitud i la presó que pot arribar el dolcíssim reconeixement de la llibertat. (Capítol 19 - 1965)
Malcolm X |
Sigo de Rodríguez, así que hoy me he preparado para comer una hamburguesa, gulas y un huevo frito encima. Delicioso. ¡Y la salsilla del fondo...!
Esta mañana me ha llegado esto:
El próximo día 10 de mayo lo presentamos en el Teatro de la Comedia a las 13:00. Están ustedes invitados. Si quieren acercarse, estarán en compañía de los monstruos Lluis Homar y Xavier Albertí. He dicho lo presentamos y debiera decir "los" presentamos porque se presenta también este otro libro, de María Condor.
Son los dos primeros volúmenes de un proyecto ambicioso de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y se pondrán a la venta en el mismo Teatro de la Comedia por 3€.
Aquest és el volum de les memòries de l'activista afroamericà Malcolm X (1925-1965), que es van publicar als Estats Units poc després del seu assassinat, i que havia posat per escrit el periodista Alex Haley (1921-1992) a partir de les converses que va mantenir amb Malcolm X durant els dos últims anys de la seva vida. De fet, la introducció que fa Haley al text ajuda a entendre millor el context en què es va redactar el llibre i el sentit d'urgència que Malcolm X va imprimir en aquestes memòries, convençut que li quedava poc temps de vida, i il·lustra molt millor fins i tot que el text mateix els moments més controvertits de la seva trajectòria, especialment la seva ruptura amb la Nació de l'islam (NOI) i les constants amenaces de mort que va rebre per part dels seus antics correligionaris a partir d'aquest moment.
Malcolm X és un personatge extremadament complex, i la seva biografia, de fet, sorprèn per la seva multiplicitat de facetes i experiències diverses en una vida tan breu. En els seus trenta-nou anys, Malcolm va passar de potencial estudiant brillant a veure com la seva família es desintegrava després de l'assassinat del seu pare. Va fer diverses feines als guetos negres de Boston i Nova York, fins que l'addicció i l'atracció pel diner fàcil de la vida al submón el van portar al tràfic de drogues i a la delinqüència. Un cop a la presó, va tenir lloc la seva conversió a la religió predicada per la Nació de l'islam, una organització religiosa que defensava el supremacisme negre, la separació entre comunitats racials i la confrontació directa amb els blancs. De la mà d'un dels fundadors, Elijah Muhammad, es va convertir en ministre d'aquest culte i va dedicar uns dotze anys de la seva vida a estendre la Nació de l'islam per les ciutats dels Estats Units.
Amb els anys, el seu carisma com a orador i predicador el van portar a la fama, i Malcolm X va convertir-se en l'antítesi radical, extremista i políticament incorrecta del moviment pels drets civils, que reclamava la integració i la igualtat de blancs i negres per mitjans no violents. La seva ruptura amb Muhammad després de descobrir el seu doble estàndard moral, així com la gelosia d'aquest pel carisma i la fama adquirits per Malcolm, van portar-lo a apartar-se del moviment, i la seva aproximació a la religió islàmica tradicional i al panafricanisme van marcar un punt d'inflexió en la seva trajectòria com a activista polític, arrel del seu viatge a la Meca i la seva gira per Àfrica. Les seves visions sobre el supremacisme negre van començar a adquirir matisos, així que els últims capítols del llibre obren preguntes molt interessants sobre quina hauria estat l'evolució del seu pensament si no s'hagués vist tràgicament truncada pel seu assassinat.
Cal comprendre que és el llibre d'un orador i d'un predicador, més que d'un pensador polític, que pretén convèncer a través del testimoni de l'experiència directa i una retòrica en tot moment encesa i combativa, més que per la solidesa o els matisos de la seva argumentació. El relat té un punt romàntic, amb el seu recorregut per la vida de crim i de pecat del jove supervivent perdut en el laberint de la jungla urbana, que només a la presó aconsegueix la tranquil·litat i el silenci per aprendre la lliçó sobre la seva pròpia història i descobrir el seu lloc al món. La segona part, la de l'activisme polític, ve marcada per la construcció de la seva figura pública, i és la que desenvolupa les seves idees amb més profunditat.
El punt d'inflexió en la seva vida comença quan, a través de la lectura, Malcolm es familiaritza amb el passat de la població afroamericana als Estats Units i l'herència de racisme i abús sistemàtic per part dels blancs, que és el germen de la segregació posterior i la impunitat de la violència contra els negres: pot semblar estrany vist des de la perspectiva d'avui dia, però a finals dels anys quaranta els llibres d'història amagaven els aspectes més foscos de l'imperialisme de les nacions europees i les seves conseqüències per al present. Els capítols de la presó són una profunda revisió de la història i la filosofia occidentals, dedicades durant segles a amagar els crims dels blancs sota arguments pretesament cientifistes i la retòrica de l'exportació de la civilització occidental.
De fet, aquest punt, el de la denúncia al racisme institucionalitzat per la cultura occidental, és l'aspecte en què el text és més lúcid i punyent, i és sobre aquesta base que Malcolm X edifica la seva defensa de la violència com a instrument de lluita política - en tant que la violència al carrer només seria el fruit i la conseqüència lògica d'una violència molt més profunda, institucional i simbòlica, que ha estat exercida amb impunitat contra els negres durant segles - i la seva resistència a la integració i la convivència entre blancs i negres - en tant que, qui voldria viure en pau i concòrdia amb el seu maltractador? Un altre moment brillant de la proposta és quan contraposa els "drets civils" reivindicats pels moviments pacífics com el de Martin Luther King, i que releguen la lluita antiracista a un afer intern dels Estats Units, amb una noció més àmplia de "drets humans" o de dignitat humana, que connectaria la lluita racial als Estats Units amb les lluites per la descolonització dels països africans.
Els seus plantejaments teòrics també tenen els seus punts cecs, especialment en els moments de sexisme i antisemitisme del text, que de vegades es comprenen pel context històric i social en què Malcolm va viure i que il·lustren les seves experiències, però que a vegades presenta a través d'arguments demagògics o directament falaços. En serien exemples la crítica que fa a l'assimilació dels jueus a Alemanya com el seu gran "error", com si la història es pogués llegir cap endavant i no únicament cap endarrere, un cop l'extermini dels nazis ja s'ha revelat, o els moments en què presenta el capteniment de les dones en públic com una mena de símbol o emblema d'una cultura sencera, donant a entendre entre línies, de fet, que el seu lloc intrínsec és l'àmbit privat. Tot i així, un cop llegit el llibre sencer, val a dir que aquests moments no desllueixen el conjunt, que brilla precisament per l'eloqüència enrabiada del seu protagonista, que prefereix la incorrecció política abans que caure en les mitges tintes o en qualsevol residu, per mínim que sigui, d'hipocresia.
Continguts: Des de la seva infància a Michigan, marcada per l'assassinat del seu pare i les penúries econòmiques de la seva família, Malcolm X aprèn de la injustícia d'una societat en què els blancs imposen les seves normes, basades en la inferioritat dels negres i l'abús i la discriminació sistemàtics. Quan es trasllada a la ciutat de Boston després de deixar els estudis, entra en contacte amb la vida nocturna de la ciutat, i comença a treballar en diferents feines fins que acaba traslladant-se al barri de Harlem, a Nova York. Allà entra en contacte amb el món de les drogues, la prostitució i la delinqüència, i després d'una sèrie de robatoris acaba a la presó, on entrarà en contacte amb la Nació de l'islam i començarà el seu camí com a orador i activista per l'alliberament dels negres. Fins al seu assassinat l'any 1965, les seves idees polítiques aniran matisant-se i evolucionant, tot i que aquests canvis quedin tan sols apuntats en els últims capítols del llibre.
M'agrada: És un testimoni valuosíssim sobre la vida als Estats Units sota la segregació racial, especialment al món urbà del nord, que tot sovint es considerava més avançat que el sud rural, tot i que Malcolm X revela aquesta suposició com a mera hipocresia per part dels blancs.
No m'agrada: Té moments i moments, i el text perd una mica en els passatges en què els arguments cauen en la simplificació i la demagògia.
En podeu llegir uns fragments aquí.
Acabo de decidir, mientras me ponía a escribir esto, que me voy a hacer para comer una tortilla de patatas con cebolla. Creo que ha sido la decisión la que me ha producido la apetencia. Así que voy a abreviar. Sólo dos cosas.
La primera: Mi artículo de hoy en El Subjetivo trata de un filósofo carabinero que leía a Heidegger en la frontera franco-española de Dancharinea... y de alguna cosa más.
La segunda: He comenzado a leer a la vez dos libros: La abolición del hombre, de C.S. Lewis y Escrito en España, de Dionisio Ridruejo. Del libro de Lewis, que es en realidad una relectura profunda, tengo que hablar el próximo dia 12 en Madrid, en la IV Edición del programa Young Civic Leaders de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno. El libro de Ridruejo forma parte de un proyecto personal que comenzó de una manera hace un par de años y está derivando a otra muy distinta. Me ha pasado más de una vez: tengo una idea en mente y voy acumulando materiales para darle forma precisa, pero a medida que estos materiales crecen me van pidiendo que cambie la forma del proyecto, porque la realidad es más compleja de lo inicialmente sospechado y, sobre todo, más amena.
Me voy a pelar patatas y cebollas.
La burocratización del mundo en la era neoliberal
Béatrice Hibou
(Traducción de David J. Domínguez)
Madrid, Ediciones Dado, 2020
Luis Roca jusmet
Como ya sabemos, el neoliberalismo es algo más complejo que el proyecto económico en el que se privatiza lo público y se desregula el mercado. Se ha analizado a partir de sus prácticas, de su imaginario, de su ideología, de sus implicaciones políticas, de las formas de interacción que inaugura. Se ha dicho mucho y era necesario hacerlo, ya que se está convirtiendo en lo hegemónico a nivel social global. Per faltaba decir algo y este libro lo dice. Se trata de la manera como el neoliberalismo, al contrario de lo que predica, nos atrapa en unas redes burocráticas que es una forma de gobernar pero que también va tejiendo muchos de los aspectos de nuestra vida laboral e incluso cotidiana. La referencia para su análisis es (y así lo explicita de manera muy precisa en el postfacio), Max Weber. Pero tiene muy buenos compañeros de viaje: Michel Foucault, Cornelius Castoriadis y Claude Lefort. El primero en sus lúcidos apuntes sobre el neoliberalismo y los últimos en sus análisis de la sociedad burocrática. Todos ellos muy presentes, con todo su potencial crítico, en la caja de herramientas teórica que utiliza la autora del libro, la brillante socióloga francesa Beatrice Hibou. También están presentes Hebert Marcuse ( con su análisis del hombre unidimensional en el capitalismo avanzado), Paul Veyne ( con su análisis de los mitos) Karl Polanyi…
El libro argumenta de manera muy consistente una hipótesis a primera vista sorprendente: la propuesta neoliberal, cada vez más materializada en más sociedades, supone una nueva burocratización que supera todas las anteriores. Lo que ocurre es que este nuevo control burocrático es difuso, fragmentario, y a veces imperceptible. Está formado por un conjunto de dispositivos normativos y procedimentales cuyo rasgo fundamental es la formalización, es decir la abstracción. Es un paso más, y muy importante, en lo que Max weber llamaba “la burocratización universal del capitalismo”. En esta fase hay dos rasgos característicos: el primero es que se diluye la diferencia entre lo privado y lo público, ya que es el modelo de gestión privado el que se impone por todas partes; el segundo es que la abstracción y la formalización se radicalizan al máximo, conduciendo a una especie de “ficción de la realidad”.
El orden neoliberal es un orden mercantil y empresarial que requiere una actualización permanente de sus sofisticados métodos de formalización. Es un gobierno empresarial que llega a las instituciones y regula la vida cotidiana. Todo debe gestionarse de manera rentable, cuantificando y calculando siempre bajo el dominio de la contabilidad. El control y el mando no se establecen de manera jerárquica piramidal, se efectúan de manera indirecta, a través de un sistema de normas, de reglas y de relaciones contractuales que implican prácticas burocráticas. La manera como se impone es en forma de incentivos. Es un sistema de índices y de cifras que implican, en su proceso de formalización, una pérdida importante de información y de todo lo que es singular y cualitativo. Lo que prolifera casi exclusivamente es la matematización del saber. Hay una transformación radical según un modelo de gestión privada, que se aplica también a lo público, en el que las finanzas forman parte de un proceso tan fragmentado y especializado que todo se vuelve opaco. Se impone al mismo tiempo la judicialización y la legalización del mundo empresarial y la búsqueda de seguros a toda costa.
El nuevo espíritu del neoliberalismo es el de una sociedad totalmente burocratizada. Es una forma de gobierno a todos los niveles, desde la escuela hasta el Estado. Hay una burocratización neoliberal de la alianza público-privada según la contratación de la lógica jurídica privada. Hay una reinvención de la planificación de lo público centrada en la cuantificación de los resultados. Hay, paradójicamente, una exigencia de transparencia que finalmente lleva a la máxima opacidad, ya que casi nadie controla los medios sofisticados del proceso. El proceso burocrático continua en la búsqueda de certificación, que exige una auditoría del sistema y una verificación según la normativa. En el sector público hubo una des legitimización progresiva de la intervención pública directa y la necesidad, por actores privados, de ver el entorno modelado según sus intereses. Esta normalización se basa en el principio de trazabilidad, que es la capacidad de reconocer y remontarse a los procedimientos que permiten una producción de un producto o un servicio. Se trata, en todo caso, de una dominación en forma de normalización: oficinas de evaluación, de las agencias de calificación y sociedades de certificación que lo evalúan todo y califican cuando hay lo necesitan. El lugar por excelencia es la seguridad para el despliegue de las técnicas de control y vigilancia.
Un elemento importante es la producción de la indiferencia social entre los ciudadanos, convertidos en clientes. La ética se convierte en algo puramente formal, en una adecuación a la racionalidad técnica y a la ingeniera burocrática. La ayuda humanitaria se convierte en algo burocrático que permite alcanzar el estatuto de víctima, que siempre remite a una lógica individualizante. La pobreza algo tipificado con unos criterios burocráticos que debe resolver el problema de integrar a los excluidos en el mercado. Es un diagnóstico técnico. La indiferencia es resultado de la despolitización. La burocratización se convierte en el lugar de enunciado de lo político. Hay una eliminación ficticia del conflicto, que se oculta y se esconde bajo el lenguaje del consenso y las técnicas de mediación y de resolución de conflictos. Lo que no se puede formalizar, que es lo heterogéneo, queda excluido. Pero no se trata de una descomposición de lo político sino de una reorganización de las formas de dominación. Si se quiere hacer un planteamiento emancipatorio hay que lidiar con esta cuestión, mucho más seria de lo que puede parecer.
Con este breve resumen he intentado resaltar los elementos básicos de que desarrolla con rigor, precisión y claridad Béatrice Hibou en n libro que no dudo en calificar de imprescindible para entender un aspecto menos visible de lo que es el gobierno neoliberal de nuestras vidas.
El futurisme reproductiu no necessita més deixebles. Pero tampoc n’hi ha prou amb l’actitud punk de “no future”, com si tot el que ens quedés per fer fos seure a mirar com els injustificadament rics i poderosos es carreguen la nostra economia, el nostre clima i el nostre planeta, mentre gralles sobre els escarabats egoïstes que tenen la sort de menjar-se les molles del banquet. (110)
Durant la meva tardor prenyada -l’anomenat trimestre daurat- [...] Vaig rebre aquesta ajuda, que em va semblar d'una amabilitat extrema. Més d’una vegada, militars que em creuava a l’aeroport se’m quadraven literalment. Aquestes demostracions de familiaritat em deixaven quasi en xoc. Portes el futur a dins, s’ha de ser amable amb el futur (o si més no amb certa imatge del futur, que es veu que jo semblava capaç de proporcionar i els nostres militars a punt per defensar) [...]
Però el cos embarassat en públic també és obscè. Irradia una mena d’autoerotisme petulant: una relació íntima s’està duent a terme, visible per a tothom, però que decididament els exclou. (129)On anava jo hi anava el bebè, també. Hola, Nova York! Hola, banyera! I tot i això, els bebès tenen una voluntat pròpia, que es fa evident per primer cop quan el meu estira una extremitat i em converteix la panxa en una mena de carpa. (131)
Els bebès creixen dins d’una espiral d’esperança i de por: la gestació només t’acosten al cercle més profund de l’espiral. (132)
De la manera com ho interpreta Sedgwick, no va ser només el fet que ella relacionés una escriptora canònica amb el fantasma brut del plaer personal el que va semblat depravat als seus crítics [es refereix a l'article “Jane Austen and the masturbating girl”]. Encara va ser més irritant l’espectacle d’una escriptora i pensadora -ja fos Sedgwick o Austen- que considera la seva feina com a generadora de felicitat, i que ho celebra públicament com a tal. Encara pitjor, en una cultura decidida a dessagnar les humanitats fins que morin, juntament amb qualsevol tasca amorosa que no serveixi al Déu del capital: l’espectacle d’algú a qui li agrada la seva feina inútil i perversa, i que a més la cobra -i fins i tot bé. (161)
Comida, gratísima, como siempre, con F., en el lugar de siempre y, como siempre, hablamos de editoriales, de autores, de libros... y de jóvenes promesas. Hacemos planes y, como diría Herralde, "gossipeamos" un poco.
F. es una persona que se gana espontáneamente lealtades. Yo quisiera ser él -al menos en este aspecto.
Como llego pronto a Barcelona, entro en el Corte Inglés, donde estoy seguro de que encontraré lo que busco, en la planta de caballeros. Una dependienta muy amable me atiende. Le explico lo que deseo: calzoncillos y camisetas El abanderado, los más clásicos que tenga, los de algodón de toda la vida, sin florituras, estricta comodidad. La chica se me queda mirando y me suelta -ah, la espontaneidad culpable!:
- Está usted muy joven para llevar calzoncillos de abuelo.
Es muy triste lo que estamos haciendo con los jóvenes. No les estamos enseñando las virtudes de la santa hipocresía y sin ella naufraga la civilización.
Antes de volver al tren, me paso por la librería Laie, a ver libros que no leeré. Me compro La mirada cínica, de Ambrose Bierce. Aquí el aforismo con el que me encuentro al abrir el librito al azar: "Si al menos la opinión pública estuviera determinada por el lanzamiento de una moneda, a la larga acertaría la mitad de las veces".
Este artículo fue originalmente publicado por el autor en El Periódico Extremadura
Cuando uno es pequeño suele encandilarse con el discreto encanto de las pequeñas cosas, y hasta la más minúscula fruslería le parece grande y rara, hasta que, al hacernos mayores o sabios, los detalles se descubren como lo que son: un incordio, una pérdida imperdonable de tiempo, una extraviada pulsión de muerte que solo mola a los poetas intimistas, los que alucinan por un tubo (ustedes ya me entienden) o a los místicos que buscan a Dios justo en lo que no es.
Digo todo esto por el desprecio (retórico, por descontado) que muestran por lo “universal” todas las almas cándidas que, haciendo gala de ese gusto, tan romántico y burgués, que tiene la modernidad por lo sensible, se empeñan en confundir lo real con lo concreto, lo verdadero con lo palpable, lo bueno con lo emotivo y lo justo con un fabuloso y tribal jardín del Edén. ¿Se puede estar más perdido?
Empecemos por esto de la realidad. ¿Habrá cosa en el universo, comenzando por el universo, que no sea un “universal”? No ya las leyes universales del cosmos, sino hasta los más pequeños objetos o sucesos son realidades puramente ideales. Piense, verbigracia, en usted mismo. ¿Por qué usted es usted? Ni en lo concreto de su cuerpo ni en lo etéreo de su tiempo hay nada más que infinitas partes de partes, ninguna de las cuales es idéntica a ninguna. ¿Dónde radica, pues, su identidad? ¿En qué cambiante momento es Ud. el que es? En ninguno, claro. Porque Ud. no es ninguna cosa o momento concreto, sino un universal, una esencia, una cosa… ideal.
Pensemos ahora en ese tipo de identidad entre mente y mundo que entendemos vulgarmente por “verdad”. “No hay verdades universales”, dicen los locos que, negando lo que afirman, toman como universal la verdad de que no la hay. ¿Pero no la hay de verdad? Imposible. Cada vez que enunciamos algo descubrimos una verdad universal y eterna como el tiempo. Que “ahora que escribo esto son aquí las siete” será verdad siempre, a las siete y a las nueve, aquí y en Japón, y si no fuera verdad (porque todo es relativo, porque me hubiera equivocado, o porque mi reloj cojeara del segundero), sería igualmente falso (es decir: verdaderamente falso) aquí y en Japón, a las siete y…
¿Y lo “bueno”? ¿Es universal o relativo lo “bueno”? Si algo es bueno de verdad, no puede serlo solo para mí; y si no es bueno de verdad, no es bueno. Piénsenlo otra vez: si lo bueno es según cada cual, es que todos vemos (mal, parcialmente) lo mismo (lo Bueno), luego lo bueno de verdad será siempre lo que es, y el relativismo moral una tesis universalmente falsa, sin que pueda salvarla de ello emotivismo alguno: las emociones y su baile de hormonas no están menos determinados por la música de esos universales que son las ideas interpretando (en tono mayor o menor) el “cómo nos va la feria”.
Pasemos a asuntos más polémicos. ¿Es el pérfido universalismo-de-occidente el padre del especismo antropocéntrico, el colonialismo, el androcentrismo, el esclavismo o el cambio climático? Lo dudo mucho. La mayoría de las culturas se instituyen como un patriarcado, y son tan antropocéntricas y colonialistas como puedan serlo. De otro lado, el capitalismo depredador no es el fruto del universalismo, sino de un relativismo que, descreído de toda verdad o valor universal, nos conforma con la más pobre de las filosofías (la más concreta de las universalidades): la del mundo como un mecanismo ciego, la de la pura voluntad de poder, el imperio de los cuerpos y los cosas, o la sacralización del dinero...
Si algo nos ha descubierto, por el contrario, el universalismo occidental (aunque no solo él) es ese plano trascendente a lo concreto y a las visiones y deseos subjetivos que da lugar a lo objetivo del conocimiento o a la racionalidad de los valores morales.
Que todo nuestro actual sistema de valores (la dignidad, la equidad y la justicia, la solidaridad, la paz, el respeto por el diferente o el cuidado de la naturaleza) haya surgido junto a la subjetividad más ciega, los deseos más egoístas, la opresión de mujeres y esclavos, la guerra, la persecución y el expolio, es una amarga ironía, pero también una esperanza de progreso. Quiere decir que algo hemos aprendido y que, tal vez, los ideales de una civilización pueden, y deben, trascender su origen. Algo que ocurre siempre que en ella se profundiza en las ideas de universalidad y trascendencia.
Desconfíen de los nuevos y extraviados profetas. Cualquier tiempo pasado fue peor: menos universal y más esclavizado por irrelevantes detalles y falsos ídolos (la raza, el género, la comunidad, la patria, el idioma, la costumbre…). Las pequeñas cosas tienen, sin duda, su encanto; pero solo si uno no las confunde con las grandes y esenciales y hace de ellas un falso y peligroso universal.
"L'exercici més fructuós i natural del nostre esperit és, al meu parer, la conversa. Trobe que acostumar-s'hi és l'acció més dolça de la nostra vida; i és la raó per la qual, si se'm forçara a hores d'ara a triar, consentiria més prompte, així ho crec, a perdre la vista que l'oïda o la parla. Els atenesos, i els romans també, conservaven amb gran honor aquest exercici en les seues acadèmies. En el nostre temps, els italians en retenen alguns vestigis, per al seu gran profit, com es veu si comparem els nostres enteniments amb els seus. L'estudi dels llibres és un moviment lànguid i feble que no escalfa, mentre que la conversa ensenya i exercita alhora. Si converse amb una ànima forta i un dur rival, m'ataca pels flancs, em punxa per la dreta i per l'esquerra, les seves imaginacions esperonen les meues. La rivalitat, l'ambició, la lluita, m'empenten i eleven per damunt de mi mateix. I l'acord és una qualitat completament enutjosa de la conversa."
Michel de Montaigne (1533-1592): "Sobre l'art de conversar". Assaigs, III, VIII.Escribe B: "Merci à vous amis qui me souhaitent une meilleure santé. J'en suis touché".
Ayer por la tarde mantuve una charla telemática en el Instituto Juan de Mariana con Quintana Paz sobre conservadurismo. Era, de hecho, la continuación de otra anterior que se nos quedó corta. Esto de las pantallas en un sustituto necesario, pero muy torpe y muy limitado, de la relación fundamental, que es la relación cara a cara. Cuando dos personas discuten sobre algo en el mundo real es todo su cuerpo el que se expresa; cuando discutimos mediados por las pantallas, el cuerpo es un testigo no diré que completamente mudo, pero sí bastante tartamudo y excesivamente pudoroso y eso, curiosamente, resta verosimilitud y, sobre todo, presencia, a los argumentos que intercambiamos. Cuando Sócrates dialogaba con los jóvenes atenienses utilizaba con frecuencia dos expresiones: "ponte en tensión" y "volvamos atrás". Con la primera estaba diciendo que nuestra actitud ante el diálogo es la parte esencial del mismo y, sobre todo, aquello que con mayor claridad nos llevamos a casa; con la segunda, animaba a recuperar la tensión y la frescura inicial que puso en marcha el diálogo y que siempre está amenazada por las divisiones, definiciones, diferencias y sutilezas de la discusión. Parece que quiere decir: o intensidad (y entonces el sujeto que habla es, todo él, el que dialoga) o claridad (y entonces el logos se independiza de nosotros y se acaba perdiendo, hasta el punto de que podemos dudar de si nos reconocemos o no en las palabras que decimos). En el primer caso nos jugamos, sobre todo, el acuerdo o desacuerdo cono nosotros mismos; en el segundo, nos ocultamos tras nuestras palabras.
El tiempo sigue antojadizo, es decir, infantil, que es lo propio de la primavera. Al generoso sol de ayer le ha sucedido una mañana insípida, de grises desvaídos, azules sucios y lechosos, un vientecillo insidioso que me ha pillado mal abrigado y lloviznas a ráfagas que han dejado una fina película de tierra amarillenta en la terraza. Mi cuerpo, barruntándose el cambio, me ha mantenido toda la noche rondando por la casa, como alma en pena, descentrada e incapaz de dar con su destino.
Mi Agente Provocador ha salido a primera hora de la tarde para Pamplona y yo me he prometido aprovechar el tiempo al máximo. Me he programado unos deberes rigurosos que bien sé que no cumpliré. Aquello de Sócrates de que la peor derrota es la que se infringe uno a sí mismo, me resulta tan familiar... Pero el hombre hacendoso que yo quisiera ser se divierte imponiéndole tareas regladas al hombre real que me lleva a rastras y tampoco es cuestión de dejarlo sin voz ni voto.
Me escribe Fernando Savater y me dice que me lea esto. El autor, Shane Trotter, me sonaba... y no he tardado en encontrar la razón. Me lo encontré casualmente hace unas semanas defendiendo en un artículo la fórmula de la felicidad, con lo cual, lo aparté de mí como a un moscardón. Pero el artículo que me sugiere Fernando es interesante.
Aparece una buena reseña de La escuela no es un parque de atracciones en una revista importante, Teoría de la educación. Este libro ha ido haciendo su camino sin prisas, sin aspavientos, de manera silenciosa, pero sin parar. Recuerdo que en el último momento, después de mandarle el texto, le dije al editor que no lo publicara, que no estaba contento con el resultado y que quería revisarlo de arriba abajo. Él, con más sentido común que yo, me respondió que ni hablar. Esta reacción de pánico ante el "nasciturus" es tan habitual en mí que ya debería estar vacunado contra ella. Pero mis fantasmas se despiertan en cuanto pongo el punto final a un manuscrito con el mismo poder de convicción.
Esta tarde, a las diez, tengo una charla telemática amigable con Quintana Paz en el Instituto Juan de Mariana. Hablaremos de conservadurismo.
Sin noticias de B.
Gratísima visita de dos amigos zaragozanos muy queridos, Iris y Rafael, que se presentan con esa inefable felicidad que los recién casados llevan prendida en la piel y en los pequeños gestos. Todo en ellos tienen un aire de cálida intimidad desvelada. Hemos vermuteado en la Plaza de Ocata y comido en casa. Comido y bebido, porque con el transcurso de la comida el vino se nos iba pegando al paladar y a los parpados. Hemos hablado de Marías, de Ortega, de Unamuno y de mil cosas más. ¡Qué cosa asombrosa es la amistad! ¡Qué clima de confianza se crea entre los amigos! ¡Qué bueno sabe el maridaje cordial de vino y risas!
B. me escribe, deprimida, tras la operación, dejándome en el lomo bien clavadas las banderillas de una terrible interrogación: "Franchement, cher philosophe, tout cela vaut-il le coup?"
Tras mucho rumiarlo, me decido a contestarle que sí, que vale la pena y que tengo dos argumentos irrefutables que lo demuestran:
El primero: Tenemos todavía muchos correos que intercambiarnos y así B. podrá continuar dando envidia a sus amigas con su correspondencia con su amigo filósofo español.
El segundo: Gracias a nuestra correspondencia puedo fardar ante mis amigos de mi amiga B., parisina. Ninguno de ellos tiene una amiga parisina. Es, por lo tanto, de sentido común querer mantener mi superioridad cosmopolita sobre ellos. La perturbación de nuestra correspondencia me rebajaría al nivel de su miseria relacional, disminuiría mi dignidad y, en consecuencia, implicaría una grave merma de mi amor propio.
He comenzado De historia y política, de Luis Díez del Corral (1956). Lleva una dedicatoria manuscrita del autor: "A Carlos María González de Heredia y Oñate". Me gustan estas dedicatorias de los libros de segunda mano. Me permiten, de alguna manera, situarme a espaldas del receptor original, para prolongar su eco. ¿Dónde acabarán todos estos libros míos cuando sean de tercera mano? ¿Se les brindará la oportunidad de llegar a serlo?