No es fácil suponer la salida del final del tunel . Sin religión dicen algunos y algunas no hay esperanza. Parece que la única forma de descreer en estos días es aprender a contar mentiras, a inventar fábulas, contar cuentos .... Hay formas camufladas , camaleónicas de religionismo , de religación humana que permiten ese espacio y lugar catártico que nos dirige a veces a un tunel sin salida...
Si no fuera por la muerte lenta que nos recorre cada día nuestros huesos, seguramente no pensaríamos que la luz sube, que el agua también , que el gas todavía más, que la gasolina ya no vemos el precio, que los alimentos cada vez estan más por las nubes... y más , Mas de eso , de lo otro , de la indigencia de quienes sostienen el mundo de los ricos y poderosos. Porque una cosa si sabemos que alguien se está haciendo rico a cuesta nuestra...
El hombre enajenado vive feliz con sus falsas ilusiones, de tuneles sin salida, de prácticas rituales que le permiten aprender de esas fabulaciones que se cuenta a sí mismo. El control y la gestión son el resultado de favorecer que no existan tiempos muertos, tiempos propios, tiempos personales... Ese ciudadano gris funcionario de sus papeles , de sus agenda de control, de sus entradas y salidas para fichar ya no se permite bostezar , ni reir, ni llorar , ... sólo el folklore mediático le permite dar un sentido a su lenta respiración.
Cada vez que el tiempo corre yo lo intento atrapar pero no puedo , me canso ya , me canso. Y así ese rendimiento que cada día me deja casi atónito sólo me sirve para seguir mirando al final del tunel en ninguna dirección, con esa oscuridad que nada destaca, nada detalla , nada percibe...
Si uno se cayera por la escalera de su lugar de trabajo cuesta a bajo , todo sería igual, todo porque se repite en el día a día la escenografia de un estar sin estar, de una ausencia vacía y monótona que como letanía nos protege.
¿De qué nos hemos de proteger ? Sin crisis no hay esperanza, con futuro no hay solución, por eso en esa época de feroz positivismo y nacionalismo convendría hacer irrreverencias como las que nos permiten votimar en un tunel profundo ese sin sentido de palabras que uno escucha a diario en estos días, horas, tiempos, de tanta y tanta absurdidad .
Yo ya sé que no hay dirección .....