
Colaboro quincenalmente en Sentits, un programa cultural de Catalunya Ràdio que Adolf Beltran, su director, mantiene en pie con un nivel de exigencia poco habitual.
Estoy intentando llevar a buen puerto un proyecto un poco suicida. Se titula Guía rápida de lectura lenta. Y lo que hago es proponer en diez minutos argumentos para leer un gran libro. Hasta ahora han sido el Banquete de Platón, la Ética a Nicómaco de Aristóteles, la inscripción epicúrea del muro de Oenoanda y, hoy, las Confesiones de San Agustín. Tiendo a prepararme bien mi intervención, pero después las cosas van por los derroteros a los que las empuja inteligentemente Adolf Beltran. Hoy también he acabado olvidándome de mis dos folios e improvisando. Y es así como me he sorprendido a mí mismo diciendo: "El cristianismo nos ha dado tres cosas: la música sacra, la profundización del alma y la mala conciencia, que al menos nos ha dado a su vez una gran literatura".
Esta última frase ha sido traducida por la gran Enid Negrete al mexicano de esta manera:
"El cristianismo nos ha dado 3 cosas fundamentales: la música sacra, el profundizar en el alma y la mala consciencia, ¡que si no más, por lo menos nos ha dado una gran Literatura!" Yo puros amigos sabios chingao...